«Hay grandes niveles de deseo por parte de la sociedad para mejorar los hábitos alimenticios y volcarse a sistemas de producción y consumo de alimentos saludables y sustentables”. Así lo aseguró el presidente de Coninagro Carlos Iannizzotto durante la asamblea anual de la entidad, donde se presentaron los resultados de una encuesta realizada por Coninagro para detectar tendencias, creencias y nuevos hábitos de alimentación en la población.
Según el relevamiento, que fue realizado en octubre de este año entre 829 personas, casi el 75% afirma haber cambiado “bastante” o “mucho” sus hábitos alimenticios a lo largo de los últimos cinco años. Solamente un 6% afirma no haber cambiado en nada su alimentación en igual período. «Este dato, desagregado, nos muestra que estos cambios en la alimentación fueron mucho más propensos entre las mujeres que entre los hombres, y también fueron mucho más propensos entre el segmento etario más joven de la sociedad, el mismo que afirma ser el que menos se cuida a la hora de alimentarse», indica el informe.
El informe muestra, por ejemplo, los niveles de consumo de frutas y vegetales, carnes rojas, pescado, y comidas rápidas. En cuanto a frutas y vegetales, casi un 75% afirma que las consume entre 3 y 6 veces por semana o incluso más de 6 veces por semana. Estos niveles de consumo se ven invertidos en pescados y/o comidas rápidas, donde más del 80% afirma que las consume menos de una vez por semana o nunca.
«Evidentemente hay una intención de cambio cultural a la hora de alimentarse entre los jóvenes, pero aún no se refleja esa iniciativa en cambios efectivos y concretos a la hora de la ingesta de alimentos como tal. A su vez, entre quienes afirmaron haber modificado su alimentación en los últimos cinco años, la razón predominante es estrictamente sanitaria: casi el 65% afirma que cambió sus hábitos por su salud o por la salud de su familia», añade el informe de Coninagro.
En cuanto al consumo de alimentos orgánicos y/o ecológicos, apenas el 25% de la muestra afirma consumirlos de manera periódica (“siempre” o “casi siempre”). Esta variable, desagregada, vuelve a mostrar la tendencia donde los jóvenes son los menos propensos a consumir este tipo de alimentos y los adultos mayores, los más propensos.
La encuesta también indagó en los niveles de información sobre los procesos de producción de los alimentos que hoy posee la sociedad y en los niveles de información que le gustaría tener realmente. En cuanto a la información que posee la sociedad respecto de cómo se producen los alimentos que consume, un 40% afirma estar bastante o completamente informado, contra un 25% que, de manera inversa, afirma estar poco o nada informado.
«Si contrastamos esta variable con el nivel de información que a la sociedad le gustaría tener realmente, se destacan datos muy interesantes: al 80% de la sociedad le gustaría poder estar bastante o completamente informado, y solamente un 7% muestra desinterés en el tema. Concluimos que si la información necesaria para poder estar al tanto de los procesos de producción de los alimentos estuviese al alcance de los ciudadanos, en canales de rápido acceso, la inmensa mayoría de la sociedad se interiorizaría mucho más», remarcan desde la entidad gremial.
En cuanto a la educación acerca de la alimentación sustentable en nuestra sociedad, existe un consenso prácticamente total en la siguiente premisa: la sociedad considera que es sumamente importante que los colegios eduquen acerca de la producción y la alimentación sustentable. A su vez, en relación al rol de los actores sociales involucrados, un 47% cree que el Estado debería fiscalizar la seguridad alimentaria y promover la producción sustentable y el 31% cree que debería fiscalizar la seguridad alimentaria y exigir metas de producción sustentable.
El vicepresidente de la entidad, Elbio Laucirica, indicó: “Coninagro viene avizorando esta demanda de la sociedad por alimentarse mejor, principalmente desde lo nutricional. Es así que a través de la Red de las Buenas Prácticas Agropecuarias y del INTA, se viene haciendo un abordaje interinstitucional en éste sentido. Temas como las BPA, la inocuidad, trazabilidad y certificación, se van a ir imponiendo, en respuesta a las demandas sociales».