En Entre Ríos se relevaron lotes con pérdidas totales a raíz de la proliferación de la chicharrita del maíz, el único alimento que este insecto consume para sobrevivir.
En Entre Ríos, la procedencia de la chicharrita en el cultivo de maíz se ve acrecentada en la fecha de siembra tardía y hay afectados lotes del centro y norte, con pérdidas parciales y totales en algunos casos.
El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la provincia, Raúl Boc-Hó, señaló: «Hemos relevado lotes con pérdida del cien por ciento, esto quiere decir que no se van a cosechar; y de ahí para abajo existe un degradé de acuerdo a la fecha de siembra, la ubicación dentro de la provincia y el perfil del híbrido».
Por su parte, el director de Agricultura, Gustavo Oertlin, manifestó la importancia de la detección temprana de esta enfermedad, dado que no hay tratamiento.
«Es importante la prevención y básicamente tratar de bajar la población de la chicharrita que completa su ciclo sobre la planta de maíz. Por eso se está recomendando durante todo este invierno, no tener plantas guachas en los campos. Tratar de eliminarlas lo más temprano posible, con el objetivo de llegar a la fecha de siembra temprana (a fines de agosto, principio de septiembre para nuestra provincia y región). Al menos por 90 días hay que permanecer sin plantas vivas de maíz; sin plantas guachas en toda la provincia», detalló Oertlin.
Por lo pronto, a medida que vaya transcurriendo la campaña de cosecha se irá conociendo qué híbrido puede llegar a presentar un mejor perfil sanitario ante esta enfermedad.
Esta plaga que afecta de manera exclusiva a la planta del maíz, es una enfermedad que estaba presente en la región maicera del norte del país y por una cuestión climática se ha extendido a nuestra región, causando mucho daño en lotes entrerrianos. La chicharrita, cuyo nombre científico es Dalbulus maidis, actúa como insecto vector de la enfermedad conocida como el achaparramiento del maíz y es transmitida de plantas enfermas a sanas.
Es monófaga -esto es, se alimenta sólo de maíz para completar su ciclo vital- y se adapta bien a las temperaturas más elevadas, razón por la cual, sumado a las condiciones de abundantes precipitaciones y al escalonamiento en las fechas de siembra de este cereal, ha servido de base para que esta plaga se reproduzca y migre con mayor facilidad.
Se recomienda a los productores reducir ventanas de siembra para una determinada zona, usar semilla tratada con insecticidas, de modo tal de proteger hasta V2, al finalizar la campaña, comprobaremos que híbridos presentan mejor comportamiento, contemplar en la estructura de costos, el control químico en estado vegetativo. Durante este invierno y para reducir el impacto de la plaga en la próxima campaña, se recomienda llegar a la siembra de primera con más de 90 días sin plantas guachas, de modo tal que no permitan alimentar las nuevas generaciones.
La chicharrita no tiene cura, por lo cual resulta necesario un monitoreo permanente de los lotes de siembra, como una herramienta eficaz para las detecciones tempranas.