En el sector agropecuario generó un fuerte rechazo la posibilidad de que el Gobierno impulse en el marco del nuevo Consenso Fiscal el denominado impuesto a la herencia. Advierten que se trataría de otra carga más para el sector y hasta un “impuestazo”. Además, dicen, desalentaría inversiones.
“El campo no resiste más impuestos y, en este caso, impide el crecimiento genuino, la generación permanente de empleo, el ahorro futuro y el sustento familiar”, señaló Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA). En una línea similar se pronunció Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). “Es un mal impuesto, una nueva forma de sacarle dinero a todo lo que es capital”, dijo. “Esto atenta contra la transmisión de bienes que puede hacer un padre a su hijo para apoyarlo en su desarrollo y crecimiento”, agregó.
Chemes luego remarcó: “Es algo increíble; se hace todo lo contrario a lo que hay que hacer. En lugar de incentivar para que el capital crezca, le ponen el pie encima para asfixiarlo”.
El impuesto estuvo vigente en el país hasta 1976. La provincia de Buenos Aires lo tiene desde 2010. Entre Ríos, por su parte, según indicó el experto en temas tributarios del agro Héctor Tristán, lo derogó hace cuatro años (estuvo vigente entre 2013 y 2017).
En este sentido, respecto de la provincia de Buenos Aires, Tristán señaló que el impuesto se determina teniendo en cuenta el monto de la transmisión gratuita (donación, herencia, legado, etc.) y el grado de parentesco del beneficiario.
“Existen montos mínimos exentos en el caso de que estos sean padres, cónyuges o hijos, que son los familiares más directos; actualmente alcanza a $1.344.000 para los familiares directos y asciende a $322.800 para los restantes familiares”, explicó Tristán.
“Las alícuotas van desde 1,6% (herencias menores a los $ 616.137) hasta un máximo de 6,4% para herencias de $78 millones en adelante. El impuesto también incluye una cuota fija, que va desde los $9874 hasta $3,2 millones, según el monto que fue heredado”, agregó el consultor.
En diálogo con el diario La Nación, Tristán apuntó que, si bien el tributo será facultad de cada provincia, es un “impuestazo”. Agregó: “Va a hacer que las grandes riquezas se vayan de la Argentina”. Tristán consideró que el Gobierno incentiva a las provincias a una mayor carga tributaria porque “por el acuerdo con el Fondo (FMI) les va a girar menos recursos”.
Ante una consulta de este medio, desde la consultora Barrero & Asociados evaluaron: “Hay que analizar la medida en su contexto. En nuestro país ya hay impuesto a las ganancias y a los bienes personales y el año pasado hubo un impuesto a las grandes fortunas que todavía no sabemos si va a continuar vigente. Ahora, con el impuesto a la herencia se incurre en una nueva superposición fiscal: la misma cosa paga 2 o 3 veces impuestos a nivel nacional. ¿Ahora le quieren sumar otro a nivel provincial?”
Según señalaron en esa consultora, para los productores agropecuarios, “que todos los años toman decisiones de inversión importantísimas para el país por su impacto en el trabajo, en la actividad en el interior, y en la generación de divisas, es un castigo fenomenal”. Añadieron: “Ni hablar de la dificultad de calcularlo cuando su actividad se desarrolle en más de una provincia al mismo tiempo”.
Impacto
Destacaron que “tendrá impacto en la inversión”. Por ello, remarcaron que “se genera un efecto contrario al que están buscando”.
“¿Cómo se le explica a alguien que trabajó toda la vida para dejarle algo a sus hijos y ayudarlos en sus proyectos que el Estado ahora se va a llevar una parte de ese esfuerzo?”, reflexionaron en Barrero & Asociados.
Por su parte, el consultor Gabriel Gambacorta, del estudio homónimo, señaló que si se aprobara el impuesto “tendría un fuerte impacto en el agro porque la generación mayor generalmente lega su patrimonio a la siguiente y con cada cambio de titularidad de fisco se llevaría un porcentaje de aquel”.
Respecto del tributo en la provincia de Buenos Aires, recordó que “se grava al heredero que vive en Buenos Aires, que debe pagar por los bienes que recibe, aunque no estén en la provincia”.
“Por ejemplo, si una persona vive en Saladillo y recibe como herencia un campo en Córdoba debe pagar el tributo”, dijo. Además, si no vive en Buenos Aires, pero recibe un campo situado en la provincia también debe pagar el impuesto, según una escala que contempla el grado de relación de los herederos y el monto de lo que se va a trasmitir.
El tributo está en otros países pero, se explicó, con mínimos no imponibles muy altos y tasas muy bajas. No se superpone con otros tributos. “En la Argentina se solapa con el Impuesto a los Bienes Personales que se paga durante toda la vida de la generación mayor y vuelve a pagarse al trasmitirse a los herederos”, remarcó Gambacorta. Fuente: Diario La Nación.