En 20 años, el valor del kilo de asado, rindió más que el dólar, superando incluso al plazo fijo tradicional, las acciones de bolsa y la compra de dólares.
Un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio de Córdoba reveló que haber comprado carne en 2002 fue la opción más rentable para los argentinos, superando incluso al plazo fijo tradicional, las acciones de bolsa y la compra de dólares. Se trata igualmente de un ejercicio comparativo y lúdico, ya que congelar carne, en rigor, no se trata de una inversión y menos es posible congelarla durante 20 años.
“En el hipotético caso de haber comprado y congelado asado por el equivalente a $100, hace 20 años, hoy valdría $24.000. Pese a que la tira de asado con hueso es uno de los cortes más consumidos a nivel local y no es exportado, la evolución de su precio superó al rendimiento de las alternativas de ahorro más utilizadas del país”, aseguró la Bolsa de Comercio.
En cuanto al plazo fijo tradicional, en el IIE la Bolsa de Comercio cordobesa señalaron que un depósito inicial de $ 100 en abril de 2002 equivale hoy a $ 3.800 por el pago de intereses. Por su parte, el plazo fijo en UVA los $ 100 iniciales en la actualidad equivalen a $ 4.750.
Si la inversión en UVA hubiera existido hace 20 años -el IIE consideró el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER)- el rendimiento hubiera sido de $ 4.362, aún menos que con la combinación de plazo fijo y UVA.
En cuanto al dólar, un ahorrista que compró $100, en dólares, en abril de 2002, tendría ahora casi $3.900 valuados al tipo de cambio oficial. Pero si se mide en el mercado informal, el monto asciende a $6.700.
Los cálculos dejan en evidencia que la dolarización venció a los instrumentos de ahorro tradicional en pesos, pero también perdió frente a la inflación: en términos reales el dólar libre perdió 44% de su poder adquisitivo desde abril de 2002.
Por último, en cuanto a las acciones en la bolsa, los $100 invertidos, en abril de 2002, equivaldrían a $22.500 actuales, tomando como base la evolución del índice Merval.
“La pérdida del poder adquisitivo, el bajo nivel de educación financiera y las políticas de represión financiera en confluencia con las tasas de interés inferiores a la inflación llevan a que se deteriore el ahorro de la población. A su vez, esta situación deriva en menores posibilidades de financiamiento, tanto para el consumo como para la inversión, lo que impacta de forma negativa en la economía y limita aún más el potencial de crecimiento y desarrollo de cara al futuro”, concluyó el informe del IIE de la Bolsa de Comercio de Córdoba.