De acuerdo a un relevamiento de la Sociedad Rural Argentina (SRA), de un precio promedio de $600 el kilo de carne vacuna en marzo pasado para nueve productos, se pasó a 708 pesos el último mes; también reclamaron para que se termine el cepo a la actividad.
Pese a las medidas restrictivas que tomó el Gobierno para intentar controlar las subas en la carne, como la creación de un registro para vender al exterior y una cuotificación de las exportaciones hoy en el 50%, los precios igual aumentaron entre marzo y junio pasado un 18%. En tanto, la exportación cayó 45% el mes pasado. Es decir, no se logró el objetivo inicial oficial de bajar la carne más allá de que en las últimas semanas hubo una tendencia a la reducción en los valores de los cortes cárnicos.
El dato se desprende de un relevamiento realizado por el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (SRA), que analizó el efecto de la intervención oficial sobre el mercado de la carne.
Desde abril pasado el Gobierno viene ejerciendo presión sobre el producto. En rigor, entre otras medidas, puso nuevos requisitos para quienes se quieran anotar o permanecer en el Registro Único de Operadores de la Cadena Agroindustrial (RUCA), un registro clave para poder operar. Aquellas firmas que no tienen un establecimiento propio anotado en el RUCA deben presentar un “plan de trabajo proyectado para el próximo año, con detalle de mercadería a exportar, volúmenes, proveedores y destinos”.
Luego, antes del freno a las exportaciones que dispuso en mayo pasado, creó un registro para que se declaren las ventas al exterior. Este mecanismo se llama Declaración Jurada de Operaciones de Exportación de Carne (DJEC) y se puso en marcha con una resolución conjunta entre el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Desarrollo Productivo. Después de eso vino un cepo total a las exportaciones, salvo para las cuotas asignadas al país (a Europa y Estados Unidos). Hoy, en tanto, hay una cuotificación del 50%.
Según el trabajo de la Rural, en marzo pasado el precio promedio de nueve productos (asado de tira, vacío, bola de lomo, nalga, falda, osobuco, lomo, peceto y picada común) era de $600 el kilo. En tanto, en junio último ese promedio saltó a 708 pesos el kilo, un 18% más.
“La carne aumentó 7 puntos porcentuales más de lo que subieron los alimentos en particular y la inflación en general”, detalló el trabajo de la entidad. En el período evaluado por la SRA los alimentos subieron 11% y la inflación general 10,9%. Hay un problema que excede al precio de la carne en sí y que tiene que ver con la tendencia inflacionaria en el país donde a la carne se le cargan otros costos.
Mientras la carne no dejó de subir, las medidas tuvieron un efecto adverso en la cadena que va desde el productor hasta la industria. Respecto de los productores, la hacienda perdió valor en términos nominales y reales. “Hasta la tercera semana de julio se registra una caída nominal de entre un 5 y un 15% para la hacienda de exportación y entre un 1% y un 3% la hacienda para consumo, según la categoría”, dijo. La entidad precisó que la situación en la Argentina fue capitalizada por los productores de la región, sobre todo en Brasil y Uruguay.
“A mediados de abril el productor argentino recibía por su novillo el mismo precio que su par uruguayo, hoy es un 20% menor”, señaló el trabajo. Sobre Brasil destacó que el precio de la hacienda en pie registró un aumento desde mediados de abril del 29%.
Afectados los consumidores con un precio que no bajó y los productores por la depresión del valor del ganado, por el cepo a la exportación se desplomó la exportación el mes pasado. En efecto, la sucesión de medidas hizo que de 63.288 toneladas peso producto de mayo último las ventas al exterior bajaran a 34.775 toneladas peso producto en junio pasado, según el reporte del instituto de la SRA en base Indec. “Las exportaciones cayeron en junio 45% respecto de mayo”, precisó la entidad.
En valor las ventas al exterior venían superando los 220-230 millones de dólares. Para la SRA, en junio ingresaron 108 millones de dólares menos que en mayo. En este contexto, la entidad indicó que la medida implementada por el Gobierno tuvo el siguiente resultado: “Todos perdimos”.
En esta línea, detalló: “Los productores, porque la hacienda perdió valor en término nominales y reales. Los consumidores, porque los precios aumentaron 18% a causa de las pérdidas de eficiencia en la integración de la res y deterioro de la complementación entre los diferentes destinos y mercados. El eslabón industrial, porque la producción cayó 10% en el segundo trimestre y esto los impulsó a trabajar con una mayor capacidad ociosa, por tanto menor capacidad para absorber parte de los costos fijos. El país, porque las exportaciones un junio cayeron en volumen 45% respecto de mayo. En un mes se perdieron divisas por U$S 108 millones”.