Instalarán una planta de bioetanol en General Villegas

Se acaba de conocer que en General Villegas, se gesta el proyecto BioVi, una iniciativa privada que tendrá una inversión de más de 100 millones de dólares.

En el establecimiento “El Clarinete”, sobre la ruta 188, el productor agropecuario Ing. Pierre Courreges encabeza una iniciativa ambiciosa: la instalación de una planta de bioetanol a base de maíz, concebida bajo un modelo asociativo con la empresa Bio4, de Río Cuarto, en Córdoba. La inversión estimada supera los US$ 100 millones.

La propuesta no solo busca generar energía renovable, sino también potenciar la economía regional, dinamizar la ganadería y consolidar a General Villegas como un polo de energía verde en el país. La planta proyectada tendrá una capacidad productiva de 88.000 metros cúbicos de bioetanol por año, con una notable conversión: cada tonelada de maíz se transformará en 410 litros de etanol automotor.

El proceso industrial también producirá casi 1000 toneladas de burlanda húmeda y 15 kilos de aceite de maíz por cada tonelada procesada. Estos subproductos son estratégicos: la burlanda, por ejemplo, se ha convertido en un insumo clave y más económico que el maíz para la alimentación de ganado en feedlots y tambos. De hecho, la futura planta generaría diariamente la cantidad suficiente de burlanda para alimentar 80.000 cabezas de ganado. La burlanda representa en torno a un 30% de la dieta en ganadería y el 10% en lechería.

La elección de General Villegas no fue casual. La planta requerirá 234.000 toneladas de maíz al año, una demanda fácilmente cubierta en una región donde en 2023 la producción del cereal alcanzó las 10 millones de toneladas. Esto al considerarse producción de esa zona del oeste bonaerense más el sur de Córdoba, el este de La Pampa y el sur de Santa Fe.

La región mencionada, además, es un polo ganadero con un rodeo bovino de 1,6 millones de cabezas, lo que potencia la integración productiva. La ubicación también ofrece ventajas logísticas: “Disponibilidad de tren para transportar bioetanol”, detalla el plan.

Actualmente, en la Argentina el corte de bioetanol en combustibles es del 12%, dividido en partes iguales entre maíz y caña de azúcar. Aunque solo el 3,7% del maíz nacional se destina hoy a esta industria, las empresas buscan con el Gobierno que se eleve el nivel al 15%.

La iniciativa en General Villegas está directamente ligada a ese cambio regulatorio. Courreges lo resumió de manera contundente: “Si no sale la ley [por el incremento del corte] no se hace nada porque el mercado está abastecido. En cambio, con ese 3% adicional se abren nuevas oportunidades de inversión”.

El proyecto BioVillegas tiene como socio estratégico a Bio4, una compañía fundada por Manuel Ron y Marcelo Otero en Río Cuarto, que ya probó el modelo asociativo con éxito. El punto de inflexión llegó cuando Courreges y su grupo viajaron a Río Cuarto para conocer de cerca la experiencia de esa empresa

“Cuando fuimos a Bio4, la sensación fue de una industria impresionante. Esa planta la hicieron con 30 productores de la zona. Entonces se nos ocurrió que nosotros también podríamos hacer eso”, contó Courreges.

Así nació BioVi, la sociedad creada para llevar adelante la planta. Al principio, el interés estaba puesto en la burlanda, el subproducto del proceso, pero pronto comprendieron que la clave estaba en el combustible. “Había otro negocio que no habíamos considerado: el etanol. El desperdicio es el desperdicio. Esa es la realidad. El 70% de la facturación es etanol”, subrayó.

La inversión estimada asciende a US$ 107 millones. Hasta ahora, los impulsores ya consiguieron la mitad de los socios, con productores e inversores locales, y ahora buscan completar el resto con financiamiento internacional, créditos verdes y la incorporación de nuevos socios.

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