A pesar de los aumentos que el precio de la carne vacuna registró en las góndolas en diciembre y enero, el valor promedio de quince cortes es en promedio entre 6 y 30% menos que los que pagan los consumidores de Chile, Uruguay y Brasil. Así surge de un relevamiento realizado por Juan Manuel Garzón, economista jefe del Ieral de la Fundación Mediterránea, para la Sociedad Rural del Noreste Santiagueño (SRNS).
El relevamiento de precios que se realizó en la segunda semana de enero, destaca que no obstante el alza de precios que tuvo lugar hacia fines de año y principio de éste, los valores abonados en el país «no desentonan» respecto de los precios pagados en la región, e incluso en una comparación con algunos vecinos (Uruguay, Brasil y Chile) registró el nivel más bajo.
Tomando los valores en dólares de 15 cortes en tiendas online de supermercados, que incluyen cortes de calidad (lomo, cuadril, nalga peceto), cortes de precio medio y parrilleros (vacío, asado, bife ancho, paleta) y cortes populares (osobuco, falda, picada común), el relevamiento concluye que el precio promedio por kilo de los cuatro mercados osciló los $ 800.
En el caso de Argentina el promedio se ubicó en $ 781 el kilo, mientras que en el caso de Brasil fue $ 832, en Uruguay, $ 845 y en Chile, un país que importador de carne vacuna, el promedio de los 15 cortes se ubicó en $ 1000 por cada kilo.
«El precio medio de estos cortes (13 en la comparación con Chile) en diciembre era de U$S 10,5 el kilo, mientras que en Argentina de U$S 7,2 / kilo. Para el mes de referencia, la carne bovina era en Argentina un 30,9% más barata que en Chile, a nivel consumidor final», sostiene el informe.
En el otro extremo, la comparación con Brasil revela «la Argentina aparece con una carne bovina en promedio un 6% más barata que en Brasil», pero aclara que hay matices según los cortes. Se observa «una brecha más alta que el promedio en lomo, pero no así en peceto, corte en el que Brasil aparece con un precio más bajo».
En cuanto a Uruguay, el mes pasado el precio medio de estos 15 cortes «era u$s 7,2 por kilo, mientras que, en Argentina de u$s 6,2».
Así, en promedio, «la carne argentina era 14,4% más barata que en Uruguay», apunta el documento. Sin embargo, subraya que «en algunos cortes no había casi diferencias (peceto, asado), pero en otros la brecha a favor de Argentina era más del 25% (carne molida)».
Esto se registró aun luego de los incrementos de precios que se sucedieron en el año, especialmente en el tramo final de 2020, un año que Grazón califica de «muy atípico» en el comportamiento de este mercado.
Tras un inicio de subas muy importantes en el primer trimestre, los aumentos se moderaron en el segundo y tercer trimestres, que coincidieron con el momento más duro de las restricciones a la circulación en el contexto de la pandemia y la «depresión económica.
El último trimestre del año, supuso un cambio de tendencia, con un aceleración importante, es especial el diciembre.
«La aceleración de fines de año coincidiría con cierta vuelta a la normalidad en la economía argentina, con prácticamente todas sus actividades habilitadas para operar», concluye Garzón.
A esto contribuyó, además, la estacionalidad en la demanda de carnes en noviembre y diciembre, «donde el buen clima y las fiestas aumentan la cantidad de reuniones, encuentros y el consumo de carnes», explicó.