Según el Índice CAIR, está virtualmente paralizada la compra venta de campos.
En Argentina quedan muy pocos lotes sin sembrar o sin ocupar con hacienda, y los que no son producidos por sus dueños ya fueron arrendados rápidamente en el comienzo de la campaña 21/22. El mercado de alquileres, motorizado por los buenos precios internacionales de los granos, está en años hiperactivos. Pero muy diferente es la situación cuando lo que se analiza es la compra y venta de campos. Este tipo de operaciones requieren otro nivel de inversión y exigen horizontes mucho más estables. Por eso, en los últimos años son muy pocas las transacciones que se realizan.
En enero, el Índice de Actividad del Mercado Inmobiliario Rural (InCAIR) elaborado por la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) fue de 20,04 puntos, el más bajo para un mes de enero desde 2014.
«Esta nueva baja inter mensual refleja la compleja situación que está atravesando el mercado inmobiliario rural, de discreta actividad durante todo el 2021, con inconvenientes generados por decisiones políticas y económicas que continúan afectando la operatoria y el ánimo inversor. A todo esto se suma el impacto de la sequía presente en gran parte del país que obliga a numerosos productores a reconsiderar sus proyectos de inversión», afirman desde CAIR.
La base del InCAIR es de 97,5 puntos, que corresponde en forma histórica a su pico máximo registrado en septiembre del año 2011.
El InCAIR se conforma, principalmente, por: resultados de la encuesta mensual de actividad efectuada entre socios de todo el país; cantidad de avisos publicitarios de campos en venta o alquiler en los principales medios gráficos de tirada nacional; cantidad de anunciantes en la web de CAIR; operaciones rurales realizadas en el periodo analizado; -búsquedas y consultas efectuadas por inversores en la web de CAIR; y cantidad de avisos comerciales en las principales plazas del interior del país.