La historia de John Deere (Capítulo 19)

En el capítulo 18 comenzamos a contarte una serie de datos curiosos y poco conocidos de la empresa John Deere. En este nuevo capítulo vamos a seguir debelando algunas otras historias novedosas.

POR: José Luis Amado -Periodista Agropecuario e Investigador-

Parece obvio, pero no lo es. Lo primero que hay que decir es que John Deere fue una persona real, no solo una empresa que tiene por imagen la silueta de un ciervo saltando. A modo de síntesis, destacar que Deere comenzó como herrero en Vermont (Estado de Nueva York) en la década de 1820, pero luego se mudó a la región de Illinois en busca de mejores oportunidades para él y su familia. Abrió un taller para reparar y construir herramientas, y poco después logró su gran innovación. En 1837, creó una hoja de arado de acero pulido que era más suave, más liviana y menos propensa a oxidarse y que por lo tanto ofrecía menos resistencia al arrastrarse en los pesados suelos del Medio Oeste. Algo que, hasta ese momento, no lograban las hojas de arado de hierro fundido.

John Deere vivió 82 años y a lo largo de esa vida acumuló muchos hechos destacables. Por ejemplo, se sabe que Deere fue cofundador en 1863 del primer banco en Moline (Primer Banco Nacional), y que pasó allí un año como su cajero. Este dato curioso lo aporta el gerente de Historia y Archivos de la propia empresa John Deere, el historiador Neil Dahlstrom.

John Deere también fue el segundo alcalde de la ciudad de Moline, Illinois, cumpliendo funciones entre 1873 y 1875. Se conoce que fue un gran impulsor de mejoras en infraestructura. Eso incluyó obras sobre sus rutas y caminos, la instalación de iluminación de gas en el centro de la ciudad y la construcción del cementerio de Riverside.

Según el historiador Neil Dahlstrom, “a pesar de los voluminosos archivos de la empresa, Deere dejó poca correspondencia personal, por lo que se utilizan otros elementos para conocer su personalidad. Solo hay unas pocas letras escritas en su mano”, dijo. “Son libros de cuentas: libros de contabilidad, cheques, facturas pendientes … Tenemos cientos de cheques. Siempre es fascinante lo que dice sobre una persona, pero nada más».

También Dahlstrom destaca que Deere fue un feroz abolicionista de la esclavitud en la década de 1850 (antes de que el presidente Lincoln liberara a los esclavos). Otro dato interesante que habla muy bien de Deere es que dirigía tres granjas, una al este del cementerio de Riverside y las otras estaban en Iowa y en Nebraska. Es muy probable que estas actividades productivas lo hayan obligado a no volver nunca más a las actividades políticas.

Los colores

No hay certezas que indiquen cual es el origen de los colores verde y amarillo utilizados por la empresa. Aunque hay algunas especulaciones que ambos tonos podrían estar asociados a los colores del cultivo de maíz, en donde es preponderante el verde de la planta en crecimiento y el color amarillo del fruto maduro.

La Revista El Surco

Si hay una publicación emblemática dentro del sector agropecuario mundial y de las publicaciones empresarias, esa es la Revista The Furrow (en castellano El Surco), que aún edita la empresa John Deere.

The Furrow, que tenía como sub título «A Journal for the American Farmer» (la Revista del Agricultor Americano), se comenzó a publicar 1895 y está considerada una publicación legendaria.


Tapa de una revista Furrow de los meses de abril, mayo y junio de 1897. Como curiosidad se ve que usaban la frase: La Revista del Agricultor Americano. También usaban la palabra hardware, que para esa época significaba: Conjunto de Equipos. La revista habalaba de los distintos arados y de los cultivadores.

Desde sus inicios, los distribuidores americanos de la maquinaria John Deere enviaban de forma gratuita la revista a sus clientes agricultores. Esto fue así desde 1896 y para ello utilizaban el Servicio Postal de los Estados Unidos.

La revista se distribuía originalmente de forma trimestral y su tamaño era de 10 por 13 pulgadas que combinaba publicidad de John Deere, artículos y consejos agrícolas dirigidos a 17 mercados regionales diferentes. Con el tiempo, se hizo más pequeña y con más páginas.

Esta revista fue tan importante que llegó, en 1912, a una circulación de 4 millones de lectores. Ese mismo año, la John Deere compró su primera imprenta para confeccionar la revista.

Esta revista tenía la particularidad de no solo tener detalles de las maquinarias que vendía la empresa, sino que en su contenido había muy buenas notas a granjeros de distintos lugares del mundo, incluso de lugares impensados como por ejemplo de países africanos que de a poco estaban incorporando la mecanización a principio del siglo pasado. Hoy en día, la revista llega a unos 570.000 lectores en los EE. UU. y Canadá, y a unos 2 millones en todo el mundo.

Según el director de arte de El Surco, Tom Sizemore, la mayoría de los lectores quieren seguir leyendo la edición impresa, incluso cuando la era digital ha cambiado muchas otras rutinas agrícolas. “Seguimos escuchando estas historias sobre la muerte del papel”, dijo. «Pero en las encuestas de nuestros lectores, se nos dice que el 80 por ciento todavía prefiere el papel a lo electrónico, independientemente del lugar donde viva».

Sizemore, que ha sido parte de la revista durante los últimos 37 años, acredita el enfoque de la revista que hace hincapié en historia de agricultores y no tanto en los equipos John Deere. “Incluso el tema más técnico tiene que tener una historia humana detrás”, agregó Jones. “Siempre hemos sido capaces de convencer a la dirección de que el contenido no debería ser sobre equipos John Deere. Nos hemos apegado a eso con el tiempo”, explicó. Desde 1958 presenta fotografías a todo color.

A fines de la década de 1960, El Surco había evolucionado hasta convertirse en una revista a todo color y cambió su nombre a «A Journal for the Progressive Farmer». The Furrow está considerada la publicación de marca de mayor duración en el mundo. Hoy El Surco se produce en más de 20 idiomas, sirviendo a agricultores en más de 100 países, con una distribución global total de aproximadamente 2 millones de ejemplares.

Lo viejo es nuevo

El año 2020 fue un año que nos deparó la sorpresa de una pandemia mundial a causa de virus Covid-19. Y como no podía ser de otra forma qué mejor que recurrir a las historias que contaba la revista El Surco para saber cómo se vivieron circunstancias similares en otra época.

Ciento veinticinco años antes del 2020, ya la revista El Surco contó cómo los agricultores enfrentaron en 1918 la pandemia mundial por la llamada “Gripe española”. Esta enfermedad provocó el brote de enfermedad más mortal en la historia de la humanidad y cuenta la revista que “La zona rural de Iowa se vio muy afectada y la Junta de Salud de Iowa colocó a todo el estado en cuarentena. La junta también cerró escuelas e iglesias, y exigió el uso de cubiertas faciales en los espacios públicos”, curiosamente, las mismas acciones de hace poco.

Hoy, 126 años después de su primera edición, The Furrow (El Surco) documenta la vida agrícola. Si querés leer la edición digital lo podés hacer en:
https://www.deere.com/en/publications/the-furrow/

La primera cabina John Deere

Hoy la cabina de un tractor moderno es una verdadera maravilla tecnológica. Todas las marcas del mundo se esfuerzan en ofrecer no solo altísima tecnología, sino también cada vez mayor confort para el conductor. Pero todo esto en algún momento comenzó y en el caso de la empresa John Deere comenzó a fines de la década de 1950.


La primer cabina Jhon Deere fue montada sobre un tractor JD Modelo 830 del año 1958.

Más precisamente comenzó con una cabina de acero que le fue colocada al tractor modelo 830, la cual tenía ingreso por la parte de atrás y que tenía una puerta de chapa con vidrios que se abría en dos partes o con una cortina de lona.

Según un folleto original de 1958 esta cabina tenía las siguientes particularidades: “Esta es una manera fácil y económica de protegerse durante todo el año. Invierta en una cabina de tractor John Deere 830 diésel, totalmente de acero y trabaje con mucha más comodidad, incluso cuando sopla el viento. En verano, basta con abrir la resistente cortina trasera para disfrutar de una ventilación cruzada refrescante. Además, usted disfrutará de una vista panorámica de su trabajo en todas las direcciones”.

El blindado de John Deere

En 1939, Charles Wyman, presidente de John Deere en ese momento, estaba preocupado por el inicio de la Segunda Guerra Mundial y el ingreso a esta de los Estados Unidos y se le ocurrió ofrecer al gobierno un vehículo blindado construido sobre el tractor John Deere Modelo “A”. La idea era simple: crear un vehículo de combate blindado, que sería producido en grandes cantidades a un bajo costo.

La cabina del conductor y el motor estaban completamente cubiertos con placas de blindaje de acero, cuyo grosor era de 3/16 pulgadas (4 mm) a 3/8 pulgadas (9,5 mm). En ambos lados espacio para colocar ametralladoras de 7,62 mm. El peso seco de este blindado era de 2500 kg, pero con las placas blindadas pesaba 1588 kg más, es decir superaba las 4 toneladas.

Este blindado fue presentado en el año 1941 y fue enviado a Aberdeen Proving Grounds en Maryland para ser probarlo en ocasión de combate. Los tres usos principales del tanque eran como unidad liviana de combate, como motor de arrastre para blindados más grandes y como entrenador para los operadores de tanques.

El objetivo de la prueba de Aberdeen era determinar la idoneidad militar del tractor, determinar dónde podría incluirse el tractor en el programa militar y determinar la viabilidad de remolcar y determinar la idoneidad militar del tractor/remolque.

El nombre real de este modelo fue “Tractor Blindado John Deere Modelo A” y, según se sabe, la empresa estaba en condiciones de fabricar no menos de 100 unidades por día, pero sin las placas de blindaje que lo cubría. En las pruebas se sugirió que “podía ser muy eficiente para trasladarse a altas velocidades sobre caminos de superficie dura detrás de un camión o motor principal con ruedas; este remolque también se puede usar para transportar municiones u otros suministros en el campo de batalla”, detalla el informe original.

Más adelante el informe dice: “El presente tractor no es adecuado como unidad de combate con ametralladoras porque no tiene suficiente maniobrabilidad; es decir, debido a la unidad de ruedas delanteras de dos ruedas, el vehículo no se moverá en arena profunda o lodo. Sin embargo, con una modificación menor del conjunto de la rueda delantera, la unidad podría usarse como un motor principal blindado o como un tanque ligero improvisado”.

Entre otras deficiencias se notó una visibilidad extremadamente pobre desde el asiento del conductor, que no podía ver la carretera directamente frente a él y a los lados, así como una suspensión rígida, lo que provocó que el viaje en la torreta blindada causara una gran incomodidad. Durante las pruebas de fuego, las deficiencias solo aumentaron. Resultó que el trabajo de los tiradores en los laterales era muy difícil. Evidentemente, no había suficiente espacio para acomodar ni siquiera a una persona con un mínimo de municiones.

Por el lado de las ventajas estaba su bajo costo y velocidad de construcción, y si bien los ingenieros de la empresa le realizaron muchas modificaciones la idea no prosperó.

Nota: Este material ha tomado un trabajo muy arduo. Por lo tanto, si vas a utilizar esta nota, te pedimos por favor que la divulgues mediante un link a la misma o que cites la web y a su autor. Muchas gracias.


Además la John Deere, tal como se ve en este publicación de 1942, también fue el único fabricante del remolque blindado denominado M8.

John Deere

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