Un grupo de científicos argentinos presentó, hace unos días, los resultados de un estudio que “determina claramente” la capacidad del fármaco ivermectina para reducir la carga viral de la COVID-19, lo que permite al sistema inmune del paciente “tener mejores ventajas para pelear el virus”.
“Lo que buscamos es en la etapa temprana una herramienta para bajar la carga viral y que le de sustento a la respuesta inmune del individuo para que se pueda defender”, precisó el director del Centro de Investigaciones Veterinarias de Tandil, Carlos Lanusse.
Este estudio se trata de una “prueba de concepto” realizada sobre una muestra de 45 pacientes hospitalizados en estado leve o moderado dentro de los 5 primeros días de la enfermedad -de los cuales 30 recibieron el medicamento y 15 actuaron como grupo control-, y sirve como precedente para futuros estudios con hipótesis clínicas sobre una muestra mucho mayor.
“Este es un estudio de prueba de concepto con objetivos ideológicos, para llegar a determinar exactamente el rol clínico harían falta estudios con indicadores clínicos”, subrayó el director del proyecto, Alejandro Krolewiecki.
En concreto, este estudio demuestra que el fármaco, cuyo uso comercial ya está aprobado, actúa ocupando los transportadores celulares que el virus emplea para pasar del citoplasma al núcleo de la célula, “donde el virus utiliza la maquinaria replicadora de la célula para seguir multiplicándose”.
Debido a esto los investigadores consideran que el fármaco sería más efectivo en las etapas iniciales de la enfermedad, incluso antes de que aparezcan los síntomas, ya que en muchos casos cuando los síntomas llegan a su máximo ya no hay carga viral.
Además esta investigación lanza una nueva hipótesis sobre si la ivermectina “puede o no tener un nicho de oportunidad como preventivo”, que deberán despejar futuras investigaciones.
Este estudio, que se inició en mayo, es fruto de una cooperación público-privada, en la que estuvo presente el Ministerio de Ciencia y Tecnología, cuyo titular, Roberto Salvarezza, participó en la presentación y resaltó la “validez científica” que aporta a la discusión sobre el uso del fármaco.
“Cuando salen las conclusiones tienen una validez científica para un fármaco que se estaba utilizando pero no tenía un sustento científico”, aseguró Salvarezza.
La ivermectina tomó fuerza como posible remedio para mitigar el coronavirus a raíz de un estudio conducido por científicos australianos en abril, acerca del efecto in vitro, en tubos de ensayo con cultivos celulares, que demostraba la capacidad del fármaco para suprimir la replicación viral en 48 horas.
A este estudio lo siguieron meses de debate científico que ahora cuenta con la evidencia aportada por el equipo argentino sobre pacientes, y que permitirá avanzar la investigación para determinar un uso concreto de la ivermectina sobre contagiados de COVID-19.