La sequía le pegó fuerte a los sectores productivos y los contratistas pueden dar fe. El presidente de la FACMA Jorge Scoppa cuenta las peripecias de una tarea titánica en medio del caos.
Que la sequía ha generado enormes daños, ya no es novedad. Que los efectos del clima, heladas y olas de calor incluidas, se sentirán incluso el año próximo, tampoco. Pero, independientemente de los informes y pronósticos que muchos elaboran, la realidad se palpa en el campo. Y allí, definitivamente las cosas están realmente mal.
Uno de los sectores que padece un combo letal (conformado por el clima, la política y la macroeconomía) es el contratista. Se trata de empresarios que tienen la titánica tarea de llevar adelante una cosecha que está destinada al fracaso. Ni la soja ni el maíz generarán los volúmenes y las divisas que se proyectaban hace unos meses. Y, como era de suponer, las esquirlas de esta “bomba” productiva alcanzan a todos.
Para conocer el escenario que afronta el sector, se dialogó con el presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (FACMA), Jorge Scoppa.
Con reflexiones crudas y realistas, el dirigente santafesino afirmó: “es un año donde perdemos todos”. Y agregó: “la sequía nos afectó notablemente a quienes prestamos servicios de cosecha, a tal punto que se trabaja con valores por debajo de nuestras listas”.
El panorama es muy incierto y lo único que puede cambiar el ánimo viene de la mano del clima. “Necesitamos que llueva para que mejoren los perfiles de humedad y se pueda alcanzar una buena siembra de trigo porque la cosecha gruesa ya sabemos que será un fracaso total”, advirtió.
Problemas sin solución
El nivel de inversión que ostenta el sector contratista es realmente importante. Cuando las condiciones son óptimas, los empresarios renuevan su parque de maquinaria conscientes que las labores de cosecha en cada campaña son desgastantes. Disponer de equipos de última generación, con todos los “chiches” tecnológicos, tiene sus ventajas pero obliga a invertir con frecuencia y constancia.
Por eso, en virtud del escenario que afrontan, desde la entidad que preside Scoppa decidieron gestionar ante el Gobierno nacional, y en el Ministerio de Economía, la posibilidad de “trasladar cuotas” hacia el final de los créditos que los empresarios del sector tomaron para seguir. Sin embargo, las novedades brillan por su ausencia. “Todavía no hemos tenido respuesta y lamentablemente ya la debiéramos haber tenido. Están haciendo oídos sordos a los pedidos y eso que la primera nota con audiencia presencial fue hace 60 días”, contó el dirigente.
E insistió: “no estamos en el mejor momento. Se frena la venta de maquinaria agrícola, no se pueden hacer inversiones, no hay volúmenes y lamentablemente lo que se junta alcanza para pagar algunos gastos y seguir adelante. No vamos aflojar, pero está muy difícil todo”.
Para peor, la inflación galopante genera distorsiones muy grandes, teniendo en cuenta que el contratista cobre sus servicios en pesos, pero los insumos están dolarizados.
“No sé qué panorama vamos a tener en el futuro; veremos si el próximo Gobierno estabilizará la situación, sea quien sea, pero es difícil seguir cuando el clima no ayuda. Si tuviéramos volúmenes, nosotros en cantidad de hectáreas cosechadas y los productores en kilos, uno podría seguir adelante, pero como estamos es muy complicado”, concluyó. Fuente: Ecos365