Comenzó la siembra de soja con el pie derecho. Además, qué está pasando con el trigo y el maíz en la región núcleo.
POR JOSÉ LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD
Las últimas cuatro campañas de granos gruesos, se caracterizaron por la existencia de suelos con compromiso en sus reservas de agua. En concreto, esas campañas comenzaron con infinidad de productores mirando hacia arriba y rogando algún chaparrón que les permita sembrar en tiempo y forma.
Pero en esta campaña 2025/2026 de soja, muestra un escenario totalmente distinto. El 95% de la región núcleo presenta reservas hídricas que van de adecuadas a abundantes, incluso hay varias zonas con excesos.
En definitiva, este año el desafío pasa por sembrar lotes demasiado húmedos que apenas secan entre tormentas semanales. “El panorama es totalmente diferente. Es una campaña atípica, con abundante agua y decisiones que se van ajustando sobre la marcha”, resumen los técnicos de Junín.
Los primeros lotes se están sembrando en estos momentos, y el ritmo se generalizará hacia fines de noviembre. En este marco, se espera cubrir unas 3,2 millones de hectáreas; unas 200 mil menos que el año pasado. “Se observa un porcentaje muy alto de superficie ocupada por cultivos invernales y maíz temprano”, justifican los técnicos.
El principal responsable de este buen comienzo, es porque están los perfiles bien cargados, y por lo tanto se esperan mejoras tecnológicas en la oleaginosa. “Podría verse un leve aumento en los niveles de arrancador, pero el foco está puesto en invertir en semillas y en el control de malezas”, señalan los asesores.
Es que en esta campaña se nota una fuerte adopción de variedades resistentes a determinados principios activos herbicidas, especialmente para enfrentar el avance del yuyo colorado.
Qué pasa con el maíz
Con dificultades, pero a tiempo, se culminó con la implantación del maíz temprano. Había temor a no llegar poder sembrar las 1,66 M ha que se intencionaban por las lluvias, pero finalmente se terminó. Con dificultades y muchos contratiempos por los caminos y las condiciones de siembra, pero a tiempo para ir en busca del máximo potencial.
También, en este caso, los técnicos destacan cambios de estrategias en la aplicación de fertilizantes para ser eficientes ante el gran nivel de agua que estamos recibiendo. “En trigo y maíz se está utilizando mucho la fertilización dividida para mejorar la eficiencia de absorción en distintos momentos del ciclo”, detallan. Esta práctica, resultó clave para reducir pérdidas de nutrientes en trigo tras las lluvias abundantes de los últimos meses. Ahora se la aplicó al maíz.
Los asesores coinciden en que la mayor inversión tecnológica se concentra en la fertilización de los cereales. “Son los que más responden a una mejora en la nutrición, especialmente en la fertilización nitrogenada”, explican.
Productores y técnicos juninenses, aseveran que la campaña gruesa avanza, pero con dificultades. “La siembra de maíz se volvió una odisea”, resumen los técnicos de la zona, donde los excesos hídricos vienen marcando el ritmo de las labores. “Ya van cinco fines de semana seguidos con lluvias de entre 20 y 30 milímetros y los campos siguen sin secar”.
Las áreas más complicadas se concentran al noreste de Junín, sobre todo hacia Chacabuco y Rojas, y también al sudoeste, en las zonas de Laplacette, Bermúdez y Saforcada. En cambio, hacia el norte del partido la situación muestra algo más de alivio.
Esto, determina que, entre las lluvias constantes y los fuertes vientos de las últimas tormentas, muchos productores no lograron completar la siembra de maíz temprano. En varios casos, entre el 20% y el 50% de la superficie prevista, deberá pasarse a fechas tardías.
¿600 espigas por metro cuadrado?
En cuanto a cómo están los cultivos de trigo, es en Córdoba en dónde más se destacan. En el sudeste cordobés, el recuento de espigas está por encima de 600 espigas/m2. “Hace años que no tenemos esa cantidad. Los últimos años estábamos entre 350 y 450 espigas/m2”, destacan los técnicos de esa zona.
El trigo está atravesando su periodo más crítico para la determinación del rendimiento (hay un 15% en floración) con el 85% del área entre excelente y muy buenas condiciones. Las buenas reservas de agua sostienen la expectativa de rindes por encima de 40 qq/ha. En Colón lo sintetizan así: “la situación de los cultivos es inmejorable”. Este año, además, aprovechando el contexto hídrico, mejoró la fertilización en el cultivo: en promedio se aplicaron 250 kg/ha de urea y 120 a 130 kg/ha de fósforo.
Aunque la presión de mancha y roya amarilla fue alta, los fungicidas vienen respondiendo bien en la región. En Junín advierten que el clima ideal para los hongos —con calor, humedad y viento— potenció la incidencia, y algunos lotes podrían requerir una segunda aplicación. De cara a las próximas semanas, la fusariosis asoma como el principal riesgo: las temperaturas durante el llenado de grano serán determinantes.