El principal destino de las ventas fue Estados Unidos, al acaparar el 45% del total exportado, seguido de cerca por la Unión Europea con el 38%. Los productos de origen vegetal con mayor volumen exportado fueron azúcar de caña, pera, soja, vino, manzana, puré de pera, trigo, arándano y ajo, mientras que entre los productos de origen animal se destacaron los provenientes de la actividad ovina.
La exportación de productos orgánicos alcanzó el año pasado las 143.000 toneladas, lo que significó una suba en volumen del 11% interanual, de acuerdo a datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
El principal destino de las ventas fue Estados Unidos, al acaparar el 45% del total exportado, seguido de cerca por la Unión Europea con el 38%.
Los productos de origen vegetal con mayor volumen exportado fueron azúcar de caña, pera, soja, vino, manzana, puré de pera, trigo, arándano y ajo, mientras que entre los productos de origen animal se destacaron los provenientes de la actividad ovina.
El informe del Senasa titulado “Situación de la Producción Orgánica en la Argentina durante 2021”, también reveló que el año pasado la superficie orgánica cosechada subió un 14% y alcanzó las 96.476 hectáreas en total, “sosteniendo la tendencia de crecimiento de los últimos 10 años”.
La región que más aumentó su superficie cosechada fue Cuyo (+ 61%), mientras que las provincias que más lo hicieron fueron Salta, Jujuy y Mendoza.
La venta de productos orgánicos viene incrementándose fuertemente en los últimos años a nivel global, en línea con el surgimiento de consumos asociados al bienestar y la vida saludable, impronta que la pandemia aceleró.
El técnico del Área de Producción Ecológica del Senasa, Diego Pinasco Güelvenzú, pronosticó un escenario favorable para este año en lo que hace a la producción local y las ventas externas, aunque advirtió sobre el desconocido impacto que puede tener la guerra entre Rusia y Ucrania.
“Teniendo en cuenta que nuestros principales destinos son Estados Unidos y en segundo lugar la Unión Europea -liderada por países como Alemania y Holanda- con el escenario de conflicto bélico hay que ver como reacciona el mercado. Pero sacando ese ruido, las perspectivas son buenas porque la tendencia en el largo plazo viene siendo creciente y positiva”.
Con el objetivo de lograr más producción, mayor cantidad de productores y de puestos de trabajo, a principios del año pasado el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca lanzó el “Plan Estratégico del sector de la Producción Orgánica Argentina 2030”.
“Buscamos posicionar a la producción orgánica como un modelo productivo diferenciado para las producciones, tanto primarias como industriales, basado en la preservación ambiental, sostenibilidad y el desarrollo sustentable”, destacó el exministro Luis Basterra el día de la puesta en marcha del plan.
Uno de los objetivos del plan, es el de incrementar la cantidad de productores y elaboradores/procesadores. En lo que respecta a la cantidad de establecimientos que se dedican a la producción orgánica, el reporte anual que elaboró el Senasa contabilizó 1.336 en 2021.
La iniciativa también apuesta a aumentar el volumen, destinos y participación de productos orgánicos exportados.
En esa línea, Pinasco Güelvenzú sostuvo que, en términos de exportación, “hay mucho por avanzar” y consideró que lograr equivalencias normativas con otros países puede ser una vía para abrir más mercados y obtener nuevas oportunidades de negocios.
“En su momento, Argentina hizo su equivalencia con la Unión Europea y eso impulsó la producción local”, recordó Pinasco Güelvenzú.
Entre los destinos posibles para homogeneizar normativas, el especialista mencionó a Japón, Corea, Estados Unidos, algunos países de África y el mundo árabe.
Para poder ser comercializados, los productos orgánicos necesitan obtener una certificación específica. En Argentina, el año pasado el 98% de la producción certificada fue vendida al exterior.
No obstante, muchos orgánicos se comercializan en el mercado interno como productos convencionales, ya sea por falta de certificación o por la necesidad de ser vendidos antes de su vencimiento o putrefacción, como sucede en el caso de algunos productos frescos (frutas y verduras).
De esta manera, la producción de orgánicos es mayor al total certificado. Otro de los desafíos es alcanzar una certificación más alta que la actual.