El Índice de Confianza del Empresario Agropecuario elaborado por CREA mostró el ánimo del sector. Más de la mitad de los productores encuestados considera que es un mal momento para realizar inversiones.
El Índice de Confianza del Empresario Agropecuario (ICEA) tuvo su registro más bajo desde 2012 y alcanzó un valor de 29,6. Por primera vez desde 2019, la evaluación de las condiciones actuales estuvo por debajo de las expectativas.
En el marco de dificultades climáticas y en un contexto macroeconómico incierto, el ICEA tuvo un deterioro adicional respecto a los valores históricamente bajos de julio 2022. La caída observada no fue mayor por las expectativas favorables en torno a los precios de los productos agropecuarios, que en algunos casos están evolucionando por debajo de la inflación (ejemplo en leche y hacienda).
Momento para realizar inversiones
El 52% de los encuestados en nov-22 cree que actualmente es un mal momento para realizar inversiones. Se trata del porcentaje más alto desde la pandemia (el neteo de momento bueno vs momento malo es-32%, y en mar-20 era -36%). Así, el contexto climático adverso, más las condiciones macro e institucionales imperantes, incidirían negativamente en la intención de invertir.
Créditos de terceros para adquirir equipos
El 85% de los miembros CREA que brindan servicios de maquinaria agropecuaria y/o aplicación aérea recurren a crédito de terceros para adquirir nuevos equipos. De este modo, es esperable que, en la actual coyuntura de altas tasas de interés y dificultades climáticas, resulte difícil renovar el parque de maquinaria y aviones.
El clima pega fuerte
Las condiciones climáticas adversas que atraviesa el país tiene importantes impactos en las diversas actividades agropecuarias, en sus comunidades y encadenamientos. En particular, para el ciclo 22/23 de trigo y cebada, se estiman pérdidas de 37% y 32% respectivamente. En términos de exportaciones, la merma por la falta de lluvias y las heladas implicaría unos US$ 3.300 millones menos durante los próximos meses, lo que pone en juego el cumplimiento de las metas de reservas internacionales con el FMI. En este marco, y considerando que hasta el 25-nov-22 el BCRA venía vendiendo US$ 983 millones en el mercado de cambios (pese a las crecientes regulaciones), el Gobierno relanza un tipo de cambio particular para la soja y sus derivados. Así, el “dólar soja2”, con una cotización de 230 ARS/US$, apuntaría a acumular liquidaciones por US$ 3.000 millones, buscando compensar la menor cosecha fina durante el verano.
Contexto económico y político
El Gobierno se enfrenta a un 2023 con pocas herramientas y opciones para estimular la economía. Luego de 2 años de liquidaciones récord del sector agroindustrial, la sequía amenaza con agravar la restricción de divisas, producto de la elevada brecha cambiaria generada por las inconsistencias de la política macroeconómica.
Así, no parece haber margen para continuar atrasando el tipo de cambio. La restricción de las importaciones, que se viene implementando para intentar estabilizar el mercado de cambios oficial, ya parece haber comenzado a impactar en el nivel de actividad.
Por otra parte, la posibilidad de estímulo fiscal aparece acotada no solo por el frente cambiario, sino también por el acuerdo con el FMI.