El aumento y escases de insumos, la falta de financiación, la incertidumbre política y económica y las bravuconadas sin razón de algunos funcionarios, están generando desánimo en los productores a las puertas de la próxima campaña de granos finos.
POR JOSÉ LUIS AMADO -PERIODISTA AGROPECUARIO- PARA DIARIO LA VERDAD
A poco que comience la campaña de granos finos, la indecisión de los productores podría terminar conspirando con las necesidades del gobierno. Por estos días, los agricultores ya deberían estar con todos los insumos comprados, pero ante el desconcierto es muy probable que muchos agricultores de pampa húmeda renuncien o esperen hasta ultimo momento para sembrar trigo. Esta indecisión se basa en tres puntos.
La sequía
Por un lado, el desfinanciamiento ocasionado por la sequía y su enorme impacto en los rindes de maíz y soja de primera; esos ingresos que ahora faltan iban a ser reinvertidos en la campaña de trigo. Hay que tener en cuenta que los rindes en los lotes maiceros de primera están entre 30 a 60 quintales por hectáreas, cuando habitualmente superan los 120 quintales. Según varios productores consultados, estos no cuentan con los suficientes recursos para enfrentar la fuerte inversión de dinero que requiere un cultivo como el trigo. Encima casi no hay oferta crediticia por parte de los bancos.
Los fertilizantes
Otro dato no menor es el aumento en el precio de los fertilizantes a causa de la invasión de Rusia a Ucrania. Hay que tener en cuenta que, en la última cosecha, para hacer trigo se compraba la urea/nitrógeno por valores que rondaban los 400 a 600 dólares la tonelada, mientras que hoy está a 1300/1400 dólares por tonelada, e incluso hay zonas donde piden hasta 1500 dólares, es decir se triplicó su precio. Sucede lo mismo con el fósforo, vital para aportar nutrientes al trigo. El fosfato pasó de un valor de 700 u 800 dólares la tonelada a 1500 dólares, hay que pagarlo cash y si hay se lo debe retirar de inmediato del vendedor.
El factor político
Este es el que más complica. A todo lo que tiene que ver con el costo de producción del cultivo trigo, desde hace unos días a esta parte hay que sumar el factor político y la necesidad que tiene este gobierno, ya no solo de divisas provenientes de las exportaciones de granos, sino de encontrar un culpable a la inflación descontrolada.
El anuncio de la constitución de un Fondo con el aumento a las retenciones a la harina y aceite de soja para subsidiar la harina de trigo, hace presuponer a los productores trigueros de una mayor intervención en el mercado de este cereal. El cual, si bien debería pasar por el congreso, nada quita que se encuentra alguna forma “creativa” para que así ocurra.
En cuanto a la necesidad de encontrar un culpable a la inflación, tal vez el mejor ejemplo se escuchó de boca del propio Secretario de Comercio Roberto Feletti, cuando el miércoles pasado responsabilizó a los productores cuando dijo: «Es por la especulación de los que quieren comprarse más departamentos en Miami y más 4×4, y salen a la ruta a exhibir el lujo que tienen…”. No terminó en esto, el jueves Feletti planteó la necesidad que se suban las retenciones al trigo, maíz y girasol.
Es verdad que el trigo, en los últimos 12 meses, aumentó el 29% en dólares, pero los costos directos para poder sembrarlo aumentaron el 65%. Los productores son empresarios que siembran y que tienen el conocimiento para multiplicar la producción de granos, pero carecen de los incentivos necesarios que debería tener una empresa agrícola que entierra dólares a cielo abierto.
Una pena desaprovechar quizás la mayor oportunidad que nos presenta la historia, la ser proveedores de trigo al mundo. Lo otro a tener en cuenta y que es necesario que conozca el lector: el trigo solo participa en el 12% del valor del kilo de pan, el otro 88% son impuestos, otros costos de los fabricantes y la ganancia de la industria panadera.
Por todo esto, cuidado no vaya a ser cosa que ocurra lo de 2015, cuando se sembró la misma cantidad de hectáreas que cien años atrás cuando se cultivaba con caballos y bueyes.
Mafalda, la genial creación de Quino, una vez dijo: “Lo peor es que el empeoramiento empieza a empeorar”.