Desde las aseguradores que operan en la región reclaman coordinación en la política regulatoria entre las provincias y Nación. La opinión del gerente de Seguros Agropecuarios de Sancor Seguros, Gustavo Mina.
Con la media sanción de Senadores y la intención de tratarlo en estos meses en la Cámara de Diputados de Santa Fe, el texto del proyecto que establece nuevos parámetros para el seguro agrícola presentado el año pasado por Perotti genera más dudas que certezas, sobre todo porque todavía no se comenzó a discutir cómo será el subsidio oficial que permita sostener valores de pólizas que sean posibles de afrontar.
En ese marco desde las aseguradores que operan en la región reclaman coordinación en la política regulatoria entre las provincias y Nación, aunque ven con buenos ojos la posibilidad de que, al menos en la esfera santafesina, se encaren normativas que actualicen las pólizas.
“Claramente sería muy importante que la provincia de Santa Fe avance en una ley de gestión de riesgos agropecuarios. Los beneficios de esta ley no impactarán solo en el productor agropecuario, sino en toda la cadena agroindustrial. Cualquier iniciativa debe estar basada en una ley de gestión de riesgos agropecuarios para que tenga continuidad en el tiempo y que no esté condicionada a decisiones políticas o coyunturales”, precisó Gustavo Mina, gerente de Seguros Agropecuarios de Sancor Seguros.
-¿Cómo debería funcionar? ¿Algo similar al subsidio de tasas en los créditos?
Existen distintos mecanismos. Lo ideal es contar con un presupuesto anual para subsidios a las primas de seguros agropecuarios, pero ante la escasez de recursos, se pueden diseñar distintos instrumentos de beneficios o incentivos a aquellos productores que cuenten con coberturas de riesgos climáticos.
Desde Adira (Aseguradoras del Interior de la República Argentina), como miembros del Consejo Agroindustrial Argentino, proponemos que al menos en una etapa inicial se brinden beneficios impositivos a los productores que contraten seguros de riesgos sistémicos como ser sequía.
Otra alternativa podría ser mejorar el alcance de la ley provincial y nacional de emergencia agropecuaria. La propuesta es que además de los beneficios actuales, cuando se declare una emergencia o el desastre agropecuario, el productor reciba una indemnización para hacer frente a los costos de producción.
Como herramienta que da sustentabilidad a la producción agropecuaria, el seguro debería vincularse con el financiamiento al sector y, cómo baja el riesgo de incobrabilidad, la tasa de interés debería ser menor.
– ¿Cuáles son las principales dificultades para masificar el uso de seguros agrícolas en Argentina? ¿Qué porcentaje del universo agrícola hoy está cubierto regularmente?
Aproximadamente el 50% de la superficie cultivada en Argentina cuenta con seguro. De lo que se asegura, el 98,2% corresponde a coberturas de granizo con adicionales (heladas, vientos, etc.), 1,2% multirriesgo agrícola y 0,6% a seguros paramétricos.
La sequía se cubre a través de multirriesgo agrícola o seguros paramétricos. Es decir que solo el 1,8% de lo que factura el mercado de seguros agropecuarios corresponde a coberturas que incluyen sequía.
En general, los países que cuentan con programas de seguros de multirriesgo agrícola son los que subsidian parcialmente las primas, como sucede en Brasil.
-¿Exigiría reaseguros off shore? ¿Funciona el reaseguro en el actual escenario de escasez de dólares?
El mercado de seguros agropecuarios cuenta con apoyo del mercado internacional de reaseguro. Esto implica que, en años normales, parte de lo que se recauda en concepto de primas de seguros sale en dólares al exterior, y en años de malos resultados, las pérdidas económicas son compensadas con dólares externos. Este punto no debería ser un problema, pero hoy el mercado de seguros generales (no solo el, de Agro) se encuentra en una situación crítica ante las restricciones para girar dólares al exterior. Fuente Punto biz.