Las copiosas lluvias de enero a esta parte, la elevación de la cota de la Laguna La Picasa y los primeros desbordes de ese espejo de agua sobre una ruta nacional, en cercanías de la ciudad de Rufino, en el extremo sudoeste de la Provincia de Santa Fe, pusieron en alerta nuevamente a productores agropecuarios, cámaras empresarias, y autoridades locales y provinciales.
El sector más comprometido es el que se encuentra entre Pichimahuida y El Mangrullo, hacia donde el gobierno provincial envió maquinarias para poder aliviar el sector y retirar el agua de la ruta. A su vez, las autoridades emitieron una alerta para que se circule con precaución en ese tramo, entre los km 413 y 415, de la Ruta Nacional 7, a la altura del paraje El Mangrullo, cercano a su cruce con la Ruta Nacional 33.
Ante ese panorama, el Consejo de Entidades Empresarias y de la Producción de Santa Fe alertó, sobre la existencia de los canales clandestinos, que están provocando el desborde de la laguna e instaron al Gobierno nacional y a los ejecutivos de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires “a tomar rápidas medidas para interrumpir los aportes de agua provenientes de obras hídricas e hidroviales irregulares que están provocando esta situación”, que afecta principalmente a territorio santafesino.
Concretamente, pidieron “avanzar con las obras de drenaje proyectadas en Santa Fe, a subsanar cuestiones legales que en Buenos Aires impedirán su utilización y que ponen en un potencial riesgo de inundación a miles de hectáreas productivas y poblaciones santafesinas, ante un incremento de las precipitaciones, con los consiguientes daños medioambientales, millonarias pérdidas en infraestructura, en áreas productivas y poblados de la provincia de Santa Fe”.
En tanto, el intendente de Rufino, Natalio Lattanzi, junto a funcionarios provinciales, recorrieron los reservorios de la cuenca La Picasa, donde “se recopiló información ‘in situ’ para poder obtener un análisis más eficaz y preciso de esta situación”. Al mismo tiempo, desde esa ciudad, enviaron una nota al gobernador Omar Perotti, pidiéndole que “debido a la grave situación hídrica de la región, ordene la intervención inmediata institucional e interdisciplinaria en lo productivo, estructural y social”.
Lattanzi participó en la reunión de la cuenca La Picasa en la localidad de Sancti Spiritu, donde manifestó “la gran preocupación en la coincidencia generalizada de los productores y que la situación ameritaba trabajar en conjunto y en el territorio”. En este sentido, la semana pasada se realizó una jornada de trabajo de la que participaron funcionarios, y técnicos de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.
Por su parte, el gobierno santafesino anunció el envío de 2 máquinas para la estación de bombeo de la denominada “Alternativa Norte”, para tratar de bajar el nivel del canal por gravedad y hacer que continúe saliendo el agua hacia el territorio bonaerense.
Al respecto, hace dos semanas, la ministra de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat de Santa Fe, Silvina Frana, e integrantes de la Comisión Interjurisdiccional de la cuenca de la laguna La Picasa, participaron de una jornada de trabajo técnico en la zona afectada, para constatar los puntos neurálgicos de los reservorios, puntos de conflicto por cruces de agua no determinados y la situación del funcionamiento de la laguna.
Los expertos dijeron que hay 11 distritos afectados directamente: Teodelina, Villa Cañás, María Teresa, Christophersen, San Gregorio, Diego de Alvear, Aarón Castellanos, Rufino, Amenábar, Lazzarino y Sancti Spíritu. El área abarca unas 540.000 ha, de las cuales corresponden a Córdoba, el 48%; a Santa Fe, el 37% y a Buenos Aires, el 15%.
Para ello, el sistema de drenaje cuenta con 8 reservorios, incluyendo la misma laguna, 5 de los cuales están en la provincia de Córdoba, mientras que en Buenos Aires no hay ninguno.
Tras reiteradas crecidas y con la histórica falta de coordinación entre las autoridades de las 3 provincias que integran la cuenca, La Picasa pasó de tener poco menos de 1.000 ha, en los años ’70 del siglo pasado, a superar las 40.000 ha en los momentos de mayores inundaciones.
Para Juan Carlos Duhalde, presidente del Comité de Cuenca La Picasa, “la solución pasa por lo hídrico. Para bajar la laguna hace falta que Buenos Aires autorice las salidas y reciba el agua que tiene que recibir. Hoy tenemos campos inundados de gran capacidad productiva, y vemos que Córdoba y Buenos Aires defienden a sus productores y su producción cuando se discute la salida del agua. Nosotros estuvimos en contacto con funcionarios de la provincia (de Santa Fe) en estos días y no podemos darnos el lujo de no defender lo nuestro, y muchas de las soluciones pasan por lo político. Hay que tomar decisiones que son duras, pero son necesarias”, resaltó.