Según un entomólogo del INTA, el ganado no está muriendo en el campo por la intoxicación por el astilo moteado, sino por obra del meloideo alias ‘Uriburú’.
El astilo moteado conocido vulgarmente como ‘Siete de Oro’, está bajo sospecha científica de generar un cuadro de intoxicación con desenlace fatal en equinos, bovinos, vacunos y ovinos por consumo accidental al pastar plantas de alfalfa.
Contrariamente a esta hipótesis, el entomólogo del INTA Rafaela hasta 2020, Jorge Frana, quien dialogó con Campo Litoral en relación al retorno de la humedad en el centro oeste santafecino y su injerencia directa sobre las plagas, afirmó que no cabe posibilidad alguna que el astilo moteado o Siete de Oro intoxique al ganado, ya que siempre se ha visto a estos insectos por cada metro cuadrado del campo, por así decirlo, y que los animales eventualmente los tragan al pastar.
«Si fuera el ‘7 de oro’ el causante de las intoxicaciones, todas las vacas de los departamentos San Justo de Córdoba y Castellanos de Santa Fe deberían estar muertas porque siempre estuvieron en todos esos años en los ramilletes florales de la alfalfa», dijo Frana.
Otros agrónomos consideran que el astilo moteado se ha vuelto una plaga -favorecida por condiciones climáticas secas- y que consecuentemente migró hacia plantaciones de alfalfa en flor, ya que se alimenta de su polen, luego de la pérdida de lotes enteros de maíz por la sequía.
La tesis científica que quita al astilo moteado del banquillo de acusados se sustenta en una investigación de 1999 en la que participó dicho entomólogo del INTA, Jorge Frana, que acreditó que el consumo del Siete de Oro en animales no provoca su deceso. Ese ensayo fue hecho sobre en un grupo de terneros, a uno de los cuales se le dio 150 astilos moteados al día y a otros 300, lo que delató que no presentaron síntomas de intoxicación: «Le dimos a consumir en forma forzada 150 Astylos por día durante 5 días a uno y a otro 300; y no hubo ni fiebre, ni hemorragia, ni diarrea; no hubo ningún síntoma».
Recordemos que el cuadro de intoxicación que está matando al ganado, tiene ciertos signos clínicos específicos como enterocolitis, gastritis, ulceración bucal, heces blandas, cólicos, taquipnea respiratoria, taquicardia, disuria urinaria, cistitis hemorrágica, sudoración excesiva, palpitación diafragmática y problemas neurológicos.
Según este entomólogo del INTA, la toxina cataridina que supuestamente sería la secretada por el astilo moteado y muy mortal, no estaría presente en el organismo de este tipo de escarabajo, sino más bien en el de los meloidos (Epicauta leopardina Haag), vulgarmente bautizados como Uriburu. «Se sabe que un meloido causa la muerte de un caballo; uno solo (…) Capaz que estén también en el ambiente y en muy baja proporción», sostuvo.
De igual forma, Jorge Frana aseveró que la deducción a priori del INTA BALCARSE de que las defunciones del ganado son consecuencia del astilo moteado radica en las biopsias forenses en el rumen de las vacas, repleto de miles de Siete de Oro que impiden ver siquiera un solo meloido.