Y mientras más lejos del puerto tenés el campo, peor es. No es casualidad el crecimiento del girasol. Los números finos de un productor del oeste bonaerense.
POR JOSÉ LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD
En el oeste bonaerense advierten que “no cierran” los márgenes de los principales cultivos. “Recemos que el productor igual siembre y se mueva el interior”, afirmó el consultor y productor de Carlos Tejedor, Dante Garciandía.
Como muestra, Garciandía realizó un análisis sobre cómo están los números del negocio agrícola en la región, en base a una escala media de un campo de 200 hectáreas con un costo de 13,5 quintales de alquiler, contratando todos los servicios y antes de pagar el impuesto a las Ganancias.
De ese trabajo, se desprende que “son muy altos los rendimientos de indiferencia que se necesitan”. Es decir, la cantidad necesaria de quintales para cubrir los gastos de producción y de alquiler del campo.
“En maíz se necesitan 75 quintales en campo propio y 85 en alquilado, cuando se calcula que va a dar 86, o sea que el margen es prácticamente nulo. En soja, el rendimiento de indiferencia son 38 quintales y la expectativa de producción son 35. O sea, estás perdiendo US$ 94,8 por hectárea”, señala el agricultor.
Por eso, en lo que respecta a la campaña gruesa, lo mejor es el girasol, que tiene un margen positivo de US$ 46,8 por hectárea.
En ese sentido, amplía: “Los rendimientos de indiferencia son posibles de llegar, pero después te afecta el clima y no se logran. Por ejemplo, para el trigo se necesitan unos 44,6 quintales, que es un valor normal, pero este año van a dar entre 25 y 30. Entonces al productor no le va a alcanzar ni para cubrir los costos y va a perder”.
Al respecto, explica que la soja de segunda, que se siembra después del trigo, no alcanzará a salvar las pérdidas que este año arroja el cereal de invierno en la zona. “Con la soja de segunda se ganan US$ 47, pero con el trigo se van a perder un promedio de US$ 98 por hectárea. En ese doble cultivo, se pierden alrededor de US$ 50″, describe.
En el caso del doble cultivo, la combinación de cebada y soja de segunda sí dejan una buena ganancia. “De todas maneras, en importancia de área en el distrito, la más importante es la soja, le siguen el maíz, el trigo, después girasol y por último la cebada y el sorgo. Por más que den bien los márgenes, la cebada no se siembra mucho y es la mitad de área que la de trigo”, aclara.
En tanto, asevera que las últimas campañas agrícolas han sido muy similares en cuanto a los márgenes. “La 2024/25 muestra un alto nivel de inversión necesario para obtener buenos rendimientos, valor de alquileres en alza para el promedio de la zona”.
En lo que refiere a la campaña gruesa, comentó: “El área de implantación es incierta y muy retrasada. Del lado de los números, está claro que no está para tirar manteca el techo, están como casi siempre, muy pero muy finos”.
En este escenario, donde se necesitan muy altos rindes para cubrir la inversión, Garciandía considera que es necesaria una urgente baja de las retenciones. “Necesitamos que las políticas agropecuarias de turno miren al sector de otra forma, mantener la baja en el gasto público primero, y seguir con una rebaja impositiva vía derechos de exportación. Sería el inicio de una buena señal, por el bien del productor, de la cadena productiva que involucra, y la vida de los pueblos del interior. De lo contrario, van a desaparecer los productores medianos y chicos, que no les va a quedar otra que alquilar el campo, y la agricultura va a quedar en manos de empresas cada vez más grandes”, enfatizó.
Coninagro
En este sentido, Elbio Laucirica, presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria, explicó que la entidad se encuentra diseñando un programa de reducción gradual para las Retenciones. Actualmente el grano de soja tributa un 33%, mientras que el maíz y el trigo tienen una carga del 12%.
El esquema que busca impulsar Coninagro sería similar al que había propuesto la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara-CEC), de reducir 8 puntos los derechos de exportación que tiene la soja para aliviar la carga impositiva y mejorar la competitividad.
En esta misma línea Coninagro apunta a incluir tanto al maíz como al trigo en un programa de baja gradual de retenciones que permita una transición menos abrupta para los productores. La organización buscará ponerse de acuerdo con los integrantes de la Mesa de Enlace. Consultadas, en el resto de las entidades aclararon que aún no hay un programa para avanzar sobre este tema.
No obstante, la intención es alcanzar acuerdos que permitan dar un respiro al sector frente a las adversidades económicas y los elevados costos productivos.