Productor explicó la brutal trasferencia de dólares del campo al Estado

Un productor de Córdoba sacó la cuenta y demostró que a los productores por Retenciones les quitaron 200 mil millones de dólares. Además, qué está pasando con el mercado de los alquileres agrícolas.

POR JOSÉ LUIS AMADO -PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD

Frente a las contingencias climáticas que atraviesa el campo, con excesos de precipitaciones e incluso inundaciones en algunas zonas, y escasez hídrica en otras, el ingeniero agrónomo Néstor Roulet -ex secretario de la cartera de Agricultura durante la gestión de Mauricio Macri, productor agropecuario y ex vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas- aseguró que “las condiciones a las que se enfrentan los productores muchas veces no son comprendidas por quienes viven en las ciudades” y subrayó: “el riesgo que tiene esta fábrica sin techo es enorme y hay que aprender a convivir con él”.

En una entrevista periodística e un medio radial, Roulet agregó que esa incertidumbre, se agrega la “económica”. “Uno ve los pronósticos que anuncian una semana de lluvias y sabe que en el campo tiene una fortuna en juego. Uno depende de los insumos, del banco… por eso es necesaria una asistencia financiera adecuada”, después de años de enfrentar crisis climáticas. “Por sequía, por inundaciones, o por otros factores, desde hace años se habla de un sistema de seguros multirriesgo en Argentina, pero nunca se llega a un acuerdo. Es una lástima, porque sería un beneficio no solo para los productores, sino para la economía del país”, subrayó.

Por otra parte, Roulet alertó sobre la falta de flexibilidad en los contratos de venta anticipada de granos (forward), señalando que, “uno hace una venta pensando en una cosecha de 350 toneladas, pero si las condiciones climáticas te impiden cosechar, no podés salir a comprar granos para cumplir con el contrato, y esas son cosas que debemos corregir en Argentina”. Además, subrayó que estos problemas también afectan al sector ganadero y requieren reformas estructurales.

En cuanto al impacto de los derechos de exportación al agro (Retenciones), señaló: “Lo que pedimos es que nos saquen la mano del bolsillo porque los números no dan. El rinde de indiferencia hoy está en 35 o 38 quintales de soja según la zona, y el gobierno debe entender que seguir con este nivel de retenciones es asfixiar al sector”. Roulet reconoció una mejora en la reducción de algunos impuestos, señaló que “es insuficiente” porque la rebaja fue “mínima y temporal”.

Roulet comparó -para ilustrar la diferencia – la situación de Argentina con la de países vecinos como Uruguay, donde el rendimiento de la soja se ha duplicado desde 2002 gracias a una carga fiscal más baja. “En Uruguay, Brasil y Paraguay el productor cobra 380 dólares por tonelada, mientras que en Argentina son 290 dólares. Esa diferencia de 100 dólares allá se usa para tecnología; aquí, para la casta política”, detalló.

El ingeniero Roulet ejemplificó la magnitud del desafío que enfrentan los productores puntualizando que “Hoy tener 350 toneladas de soja (la producción de unas 100 hectáreas de campo), expuestas a la intemperie significa tener 110 millones de pesos en riesgo. Mientras tanto, seguimos viendo camiones varados en los caminos y campos anegados por las lluvias. Nos robaron 200 mil millones de dólares y, a pesar de todo, el productor sigue apostando por la Argentina”.

Roulet que es productor en la provincia de Córdoba, se refirió además a la pérdida de competitividad que viene atravesando la soja, que “a pesar de haber registrado un aumento del 86 % en el precio FOB desde año 2002 (fecha en que impusieron las retenciones), el productor en la actualidad tiene margen negativo”.

Y explica que esto ocurre como consecuencia de la “presión impositiva y del aumento de los costos productivos”. Y agrega que mientras el ingreso bruto del productor aumentó en dólares un 86 %, las retenciones por hectárea aumentaron un 106 %, los costos directos (insumos, labores y seguros) se incrementaron un 176 % y los indirectos (cosecha, flete y comercialización), un 139 %. Agrega que también aumentaron los precios de los alquileres (180%).

Qué pasa con los alquileres

Yendo a otro orden de cosas, se puede decir que hay un escenario complejo para la renovación de los alquileres agrícolas. Las conversaciones para la campaña 2025/26 se dirimen entre los factores negativos (sequía y caída de precios) y los positivos (buenos resultados en carne y leche). Ocurre que la cosecha de maíz de primera, la cual ya casi está terminada, abre paso a la trilla de las sojas tempranas, que plantean una real incógnita respecto a los rindes. Y en este marco, están comenzando las primeras conversaciones por los arrendamientos agrícolas 2025/26. Un tema particularmente delicado.

Las primeras impresiones adelantan que, en los contratos que se renueven a la misma cantidad de quintales de soja por hectárea que el año pasado, los dueños de los campos deberán considerar que representan menos pesos constantes que en la campaña pasada por la caída del valor de la soja en dólares, mientras que probablemente sus costos de vida no hayan seguido la misma tendencia.

Por otro lado, los arrendatarios que estén en peor condición financiera serían los que abandonarán los lotes de peor potencial de rinde. Así las cosas, ya hay quienes buscan salir del tradicional esquema de quintales fijos y terminen proponiendo una parte menor a quintal fijo y otra mayor a porcentaje. También la posibilidad de ofrecer un contrato a varios años con el compromiso de reposición de nutrientes si se alcanzan determinados niveles de rendimiento en el lote. Opciones hay varias, el tema es compatibilizar ambos intereses. Nada más, ni nada menos.

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