Las Cabina Simple son el origen de las pick-ups: vehículos pensados para llevar carga por donde sea necesario. Son herramientas de trabajo. La Argentina se construyó con chatas cabina simple y aún hoy hay miles en servicio. La gran mayoría de las pick-ups viejas son cabina simple. Sin embargo, eso ya no es así.
De todas las pick-ups medianas que se venden en la Argentina sólo Chevrolet, Ford y Toyota ofrecen carrocerías Cabina Simple para sus modelos S10, Ranger y Hilux. Este año, Volkswagen Argentina dejó de vender la Amarok Cabina Simple fabricada en Pacheco.
Son pick-ups que hoy sólo demandan las empresas grandes. ¿Por qué pasó esto? ¿Tanto cambió el público? Sí, el público de chatas cambió y hoy hay compradores para todo: desde laburo y paseo, hasta de uso mixto, lujo y alta performance.
Pero esa no es la causa de la extinción de las de Cabina Simple. El verdugo de estas herramientas de trabajo es la hoy llamada LiNTI (Licencia Nacional Transporte Interjurisdiccional), antes llamada LNH (Licencia Nacional Habilitante), pero es siempre conocida como “Registro Moyano”, en referencia a Hugo Moyano, el poderoso sindicalista que impulsó su creación.
Vamos a meternos en el mundo de la peor burocracia hecha para arruinar la vida de las personas que trabajan por cuenta propia. Una burocracia que atenta contra la industria local (porque se fabrican y venden menos pick-ups). Y un escollo que fomenta la inseguridad vial.
Pero antes, algunas respuestas a preguntas frecuentes:
-¿Que es la LiNTI?
-Es la Licencia Nacional de Transporte Interjurisdiccional. Es el permiso necesario para usar un vehículo de carga en la Argentina.
-¿Por qué es interjurisdiccional?
-Acá esta la primera trampa. Interjurisdiccional implica pasar de una provincia a la otra o entrar a un puerto (jurisdicción de Prefectura Naval Argentina) o un aeropuerto (Policía de Seguridad Aeroportuaria). También se cambia de jurisdicción cuando se cruza de un lado a otro de la Avenida General Paz, en Buenos Aires.
-¿Y si yo no cambio nunca de jurisdicción y me quedo por el resto de mi vida en mi distrito?
-En teoría, no sería necesaria la LiNTI. En la práctica, cualquier control de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) te va a detener y dará por sentado que estás haciendo “transporte interjurisdiccional”. Si no podés demostrar de dónde venís y hacia dónde vas, tienen la autoridad para secuestrarte el vehículo. Al revés de la Ley, que considera el principio de inocencia sobre todas las cosas, la CNRT te considerará culpable hasta que demuestres lo contario. Los que trabajamos en la calle y sufrimos esta arbitrariedad lo sabemos muy bien.
-¿Quién debe tramitar la LiNTI?
-Cualquier persona que tenga un vehículo tipo pick-up cabina simple o furgón que cargue más de 700 kilos. Eso abarca a la gran mayoría de los vehículos chicos de trabajo de los cuentapropistas.
-Si yo no uso mi pick-up para hacer transporte para terceros y sólo la compré para transportar mi equipaje o un cuatriciclo, ¿también debo tener la LiNTI?
-Sí, no importa: como es una pick-up cabina simple, aunque sólo transportes tus pertenencias, la CNRT considerará que lo que estás transportando es “carga comercial”, aunque sea tu propio equipaje. La CNRT, en una maniobra inexplicable, entiende que estás lucrando. Es decir, que esa carga te genera dinero, por lo cual te obliga a tener la LiNTI.
-Si yo soy plomero, electricista o pintor. Si pago todos los impuestos por mi profesión. Si tengo las matriculaciones técnicas para ejercer. Si me compro una pick-up cabina simple para llevar mis propias herramientas de trabajo, ¿tengo que tramitar la LiNTI?
-Sí, estás obligado, porque lo que llevás en la caja es para “lucrar”. Es decir, son las cosas que te ayudan a ganar plata, aunque sea un trabajo por el cual ya pagás impuestos.
-¿Entonces con tramitar la LiNTI alcanza y sobra?
-No, porque la LiNTI es sólo para el chofer. El vehículo además debe tener: VTV de Carga Nacional (no sirve la municipal), RUTA Nacional y Provincial (Registro Único de Transporte Automotor) y seguro con Póliza Comercial. Y no te olvides de llevar también el remito con CAI vigente al momento del traslado.
-¿Cuánto tiempo demanda tramitar todos esos permiso?
-Sacar la LiNTI por primera vez demanda cinco días, porque hay que hacer un curso de capacitación. A eso hay que sumar un día de exámenes médicos y psicológicos (es obligatorio hacerlo en clínicas del Sindicato de Camioneros). Ya son seis días sin trabajar, en oficios donde quien no trabaja no cobra. Si ya la tramitaste una vez, el curso y los exámenes médicos se reducen a dos días. Si tenés menos de 45 años, el médico es cada dos años, pero el curso es anual: sí o sí.
-¿Y cómo son los costos de todo eso?
-Si hacés el curso por primera vez, son 12.000 pesos. Para la renovación, 2.000 pesos. El control médico cuesta para todos lo mismo: 4.000 pesos. Recordá que vos ya pagás impuestos por tu actividad.
-Entonces, ¿está mal que exista la LiNTI?
-No, pienso que si vos te dedicás al transporte de mercancías como profesión y brindás servicios a terceros, está perfecto que tengas que hacer cursos y cumplir la reglas. El transporte es una profesión y está muy bien que se controle a los profesionales. El problema es cuando tenés que hacer todos estos trámites (y pagarlos) cuando tu profesión no es el transporte de mercaderías comerciales. Ahí la LiNTI se convierte en un sistema meramente recaudatorio, que contribuye a la inseguridad vial y destruye puestos de trabajo.
-¿Por qué contribuye a la inseguridad vial?
-Si prestan atención a las calle verán que todos los cuentapropistas que necesitan un vehículo de carga para llevar sus herramientas de trabajo utilizan autos viejos: Ford Falcon, Peugeot 504, Renault 12 y Fiat Duna. Instalan portaequipajes en estos vehículos en estado calamitoso, que se arrastran por la calles, porque están cargados por encima del peso permitido. También vamos a ver a muchas pick-ups de 1980 para atrás. ¿Por qué? Porque están homologadas para cargar 500 kilos y, por lo tanto, no necesitan la LiNTI. Así se llega a la locura de que un cuentapropista, en vez de progresar, involuciona y pone en riesgo su vida, la de sus colaboradores y la de otras personas que se cruzan por su camino. ¿Quién no vio a un carpintero por Panamericana en un auto viejo, llevando muebles mal atados sobre el techo? ¿Quién no vio a jardineros o pintores llevando herramientas en baúles que ya no cierran bien de todas las cosas que cargan? ¿O una panadería de barrio haciendo reparto en un auto viejo? Son personas que renunciaron a someterse a la burocracia, el tiempo y el costo que demanda la LiNTI. Cuando el sistema genera esas distorsiones es porque el sistema no funciona. Ahora vamos al caso inverso. Hace poco se viralizó el video de un camionero que se grabó manejando por una ruta llena de hielo en la Patagonia, cantando temas de los Redonditos de Ricota. El video se hizo famoso porque, pocos kilómetros después, el camión volcó. Esa persona, que no estaba en sus cabales para llevar un transporte de carga, había aprobado los análisis Psico-Físicos de la LiNTI. Es un sistema que, además de fomentar la inseguridad vial, está probado que no contribuye a la seguridad vial. Y genera desempleo.
-¿Por qué genera desempleo?
-Porque el costo y el tiempo que demandan los trámites hacen que los pequeños cuentapropistas renuncien a la posibilidad de contratar un empleado que trabaje como chofer. Entonces, el dueño de la pyme termina usando un auto destartalado para no romper el suyo. Sólo las grandes empresas, que cuentan con un gran equipo de choferes, pueden darse el lujo de perder días de trabajo y asumir el costo que demanda la LiNTI. Para las pequeñas empresas y profesionales independientes, en cambio, sólo funciona como un sistema recaudatorio.
-¿Por qué es recaudatorio?
-Porque impone anotarse como transportista profesional en el Registro Único de Transporte Automotor (RUTA) y pagar aún siendo plomero, jardinero o pintor. Termina siendo una doble imposición impositiva. El plomero transporta herramientas y repuestos para su trabajo: no transporta cargas comerciales. Pedirle a un jardinero que se registre también como transportista es tan absurdo como pedirle también que tramite un permiso adicional para usar la bordeadora o la sopladora de hojas. Su trabajo no es la carga. Lo que hace es cargar herramientas para usarlas en su trabajo. ¿Se entiende la diferencia? El Estado argentino no la comprende. O no la quiere entender. Por eso ya nadie compra pick-ups Cabina Simple, que son los vehículos más indicados para estos oficios: la burocracia mató a las camionetas pensadas para trabajar.
-¿Qué se puede hacer?
-Poco y nada. Ya lo dijo un conocido sindicalista muy elogiado por las autoridades: “Todo lo que tiene ruedas es nuestro”. Sin embargo, se podría marcar una diferencia si el límite de carga subiera un poco. En lugar de los actuales 700 kilos, cambiaría mucho la situación si fuera de 1.200 kilos. Quedarían exceptuadas las pick-ups y furgones chicos. La LiNTI sólo deberían tramitarla los verdaderos transportistas que conducen vehículos comerciales pesados. Ese simple cambio permitiría reactivar un segmento del mercado de vehículos de trabajo y sacar de las calles los autos viejos y destartalados, que se usan como mulas de carga.
EL EXAMEN MÉDICO
En mis años de trabajador cuentapropista hice 10 cursos y pasé 10 exámenes médicos. Este año me toca de vuelta. Aprendí mucho y también sufrí situaciones feas.
Los exámenes médicos duran varias horas. Hasta el año pasado, había que hacerlo de manera obligatoria en clínicas del Sindicato de Camioneros. Al principio, iba a la Av. Díaz Velez (Buenos Aires) y los últimos los hice en Escobar. Tenés que ir a las cinco de la mañana para que haya cupo, haciendo filas de madrugada en la vereda (muerto de frío, si es invierno). Hay gente que viene desde muy lejos y se levantó a las dos de la mañana. Previo a eso, tenés que haber pagado el arancel.
Entrás y te encontrás con una burocracia desordenada. Las especialidades son Cardiólogo, Oftalmólogo, Radiografía de Pecho, Electroencefalograma, Psicología, Sangre y Orina, Audiometría y Médico Clínico. Entonces, como siempre está todo atestado de gente, entrás de a varios en casi todos los consultorios. Nunca hay privacidad. Te atienden con un “trámite express”. Por ejemplo, el Clínico te hace tres preguntas simples, te pesa y te raja (siempre con la puerta abierta y tomando mate).
Otro ejemplo es el electroencefalograma: entramos de a cuatro, te ponen una pasta en la cabeza y te conectan unos cables. Debés estar con los ojos cerrados sin hacer absolutamente nada. No podés abrirlos. Debés estar totalmente quieto casi cinco minutos, sin mover un dedo, pero los que te atienden hablan como si nada, contándose cosas cual grupo de amigos y tomando mate.
Pero lo peor es Psicólogo. Son una serie de ejercicios de atención (antiguos) y te dan fotocopias que no se entienden nada. Te obligan a hacerlos por tiempo medido y te presionan para entregar. Yo tuve la suerte de estudiar y hacer varias de esas pruebas, pero hay mucha gente que es de oficio y no sabe hacer esos tests. Se ponen muy nerviosos. Uno de los tests es el de Bender. El otro es dibujar la casa, el árbol y demás. Otro es dibujar una persona. Y así. Los más jóvenes, en general, no tienen problema.
El tema es la gente mayor que no está acostumbrada, se levantó a las cuatro de la mañana, hizo una hora de fila muerto de frío en la calle y después tiene que hacer esto. Es obvio que se van a equivocar.
Hacerle eso a un carpintero de 60 años que cometió “el pecado” de comprarse una pick-up Cabina Simple para llevar sus cosas es un abuso y una falta de respeto.
Una vez que entregás la hoja vas a “Revisión”, donde te atiende un joven de mala manera, con soberbia. A los que les fue “mal”, los presionan con preguntas. Yo vi a gente de trabajo, muy mayor, salir llorando de los nervios. Vi a gente que era empleada que no aprobó, porque los dibujos los hizo mal. Llaman a la esposa llorando diciendo, que no habían aprobado y que el patrón los iba a despedir.
Una vez que terminás, hay que esperar 48 horas los resultados. Si dan mal, debés volver a hacer las pruebas que fallaste. Una vez que tenes el “Apto Médico”, debés otra vez pagar y sacar el turno del “Curso”.
EL CURSO
El Curso se hace en una sede a elección, dura todo el día y tiene diversos “Temas”. Luego de unos 10 cursos realizados, les puedo asegurar que el 90% de los mismos es totalmente inútil y una real pérdida de tiempo, ya que no aplican en la vida real de la calle.
El que más me gustó fue el de Legales, donde había un profesor que realmente sabía y nos dio herramientas concretas para defendernos de los controles en la calle, que suelen ser agresivos. La conclusión fue que lo que aprendimos en el curso en la calle no aplica nada, porque los que controlan desconocen las reglas y sólo quieren “remitir” (secuestrarte el vehículo y llevarlo a un depósito) para que pagues una multa que vale más de 50 mil pesos.
Otro que me gustó fue el de Mecánica. El profesor sabía, pero por ejemplo la parte de Common Rail la di yo, porque el tema era nuevo y el profesor tenía poca idea de sistemas de inyección de combustible con menos de 20 años de antigüedad.
El resto no sirve para nada. Al mediodía, cuando se hace un receso para el almuerzo, nos reímos de las cosas que dicen. Todos lamentamos el día de trabajo perdido. Lo único bueno es que los lugares son prolijos y están limpios, no como los consultorios, que dejan mucho que desear en cuanto a higiene.
CONCLUSIÓN
Como conclusión les digo que los políticos, sindicalistas y empresarios nunca en su vida aceptarían el trato y la pérdida de tiempo al que la gente común es sometida para sacar la LiNTI. El pueblo que trabaja -el cuentapropista del día a día, el dueño de pyme que trata de salir a flote, el argentino que pone el hombro- sufre bajo la excusa de “profesionalizar el transporte” las consecuencias leoninas y sinsentido de un grupo de gente totalmente desconectada de la realidad. Obligan a gasistas a anotarse como transportistas para llevar sus herramientas. Es el reino del revés. Y tiene un objetivo claro: pisar la cabeza del que trabaja.
Lo que escribo es mi experiencia de 10 años de sufrir por tener una vieja chata cabina simple y pagar, pagar y pagar, además de perder el tiempo.
La LiNTI está pensada para recaudar y arruinar a la gente que saca adelante este país. Destruye puestos de trabajo, paralizó la venta de pick-ups cabina simple y, como si fuera poco, fomenta la inseguridad vial. Texto de Pablo Rossi. Especial para Autoblog