Crotos y linyeras, dos personajes de la Pampa húmeda. Sí, son dos personajes distintos.
Los linyeras eran en general hombres que se desplazaban caminando o viajando escondidos en los trenes de manera vagabunda, nunca se quedaban mucho tiempo en un lugar, no tenían trabajo fijo.
En cambio, el linyera quería libertad, independencia y soledad. Su nombre probablemente provenga de «lingerie», vocablo francés destinado a designar a la ropa interior que tenía en sus atados. Los linyeras llevaban al hombro un prolijo paquete cuadrangular que los italianos denominan «lingera».
Además, portaban la «bagayera», palabra derivada del español «bagaje» o del italiano «bagaglio», que quiere decir equipaje. Este es un atado de tamaño menor donde guardaban la olla y la pava, y dentro de ellas sus cubiertos, el mate con su bombilla y un plato hondo enlozado.
De todas formas, la diferencia más importante entre estos es que mientras un “linyera”, le gustaba estar solo, un ser bagabundo en la búsqueda de su independencia y su libertad, en cambio el “croto”, buscaba trabajo en las cosechas del campo. Era un trabajador “golondrina”, yendo de un lugar al otro.
Origen de la palabra Croto
La palabra croto se referencia en el apellido de un político bonaerense, más puntualmente la de uno de los fundadores de la Unión Cívica Radical, el Dr. José Crotto de la ciudad bonaerense de Dolores.
José Camilo Crotto, además de haber sido dirigente ruralista y senador, entre 1918 y 1921, fue gobernador de la provincia de Buenos Aires. Durante su mandato promulgó un decreto (el Decreto 3/1920), que autorizaba y permitía que los trabajadores de las cosechas (o peones golondrina) tuvieran pasajes gratis de tren para llegar a los campos a trabajar.
Ocurre que en aquellos años, época en que los ferrocarriles eran administrados por los ingleses, no se permitía viajar a los obreros “golondrina” en el tren (suelen contar que los tiraban del tren en movimiento) y siendo gobernador sancionó una ley obligando al ferrocarril a llevar a 2 trabajadores gratis por formación. De esta forma nació lo que se llamó la Ley Crotto.
Los jefes de estación, al momento de controlar los pasajeros anunciaban “van por Crotto”, lo que luego se convirtió en “son de Crotto”, para finalmente decir “son crotos”.
Linyeras y crotos, historias de personajes de una época que pasó. Y ya que está, vaya también un recuerdo para Tabaré Gómez Laborde, fallecido caricaturista autor de la historieta “Diógenes y el Linyera”.