Se registraron lluvias dispares en diversas regiones agrícolas

Desde el viernes pasado se registraron lluvias en diversas regiones agrícolas que permitirán a los productores completar, adonde llegó el agua, planes de siembra pendientes en soja y maíz. Aunque heterogéneos, los acumulados de precipitaciones sirven además para los cultivos implantados. Se necesitarán, no obstante, nuevos eventos para que la campaña pueda seguir su curso. En rigor, en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) consideraron “escasos” los milímetros para los lugares que requieren con urgencia reponer humedad.

Desde el viernes pasado se registraron lluvias en diversas regiones agrícolas que permitirán a los productores completar, adonde llegó el agua, planes de siembra pendientes en soja y maíz. Aunque heterogéneos, los acumulados de precipitaciones sirven además para los cultivos implantados. Se necesitarán, no obstante, nuevos eventos para que la campaña pueda seguir su curso. En rigor, en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) consideraron «escasos» los milímetros para los lugares que requieren con urgencia reponer humedad.

En el sudeste de Córdoba, se registraron 13 mm en Bell Ville, 25 mm en Ordóñez, 20 mm en Justiniano Posse, 11 mm en Inriville, 25 mm en Idiazábal y 33 mm en Monte Buey, entre otros lugares. «En 10 kilómetros de distancia tuvimos lluvias de 7, 12 y 24 mm en la misma zona», señaló Juan Pablo Ioele, asesor de productores en la región. Para Ioele, pese a las condiciones aún bajas de humedad, se va a sembrar.

«Si bien las escasas lluvias no alcanzaron para reponer el perfil edáfico, apretados por la fecha de siembra [ya que se va cerrando la ventana para la implantación] los productores están arriesgando y se largaron a sembrar la soja de segunda que restaba y el maíz tardío», explicó Ioele.

Florencia Poeta, analista de la BCR, señaló que las precipitaciones «estuvieron por fuera de la zona núcleo», ya que los mayores caudales se dieron desde el centro de Córdoba, Tucumán, hacia el norte del país.

«En la zona que más se necesitaba realmente las lluvias fueron muy escasas», precisó la analista. Según detalló, estuvieron entre 5 milímetros y 8 milímetros en lugares puntuales. «Nos están diciendo que esto no es suficiente como para reactivar actividades, por ejemplo de siembra», indicó.

Julio Lieutier, asesor del Consorcio Regional de Experimentación Agrícola (CREA) Seguí-La Oriental, en el norte de Buenos Aires, dijo que «las lluvias del fin de semana permitirán terminar las siembras de soja de segunda y de maíz tardío».

Entre otros, hubo registros de 20 a 40 mm en Junín y Arrecifes, de 20 mm en Carmen de Areco y de 40-50 en Chacabuco. Se presentó, no obstante, una gran disparidad espacial. «En el mismo partido, algunos recibieron 15 mm y otros 50″, indicó Lieutier.

Para tener en cuenta, el hecho de que se puedan reanudar las siembras no asegurará rendimientos rentables de soja ni de maíz. «Harán falta lluvias regulares en enero, febrero y marzo para que la recarga de los perfiles permita un adecuado desarrollo vegetativo y reproductivo de los cultivos en los meses de mayores temperaturas. Los planteos técnicos de estos cultivos tardíos son defensivos en términos de densidades de siembra y elección de materiales genéticos, para hacer frente a un escenario climático que promete una disipación lenta del fenómeno La Niña», indicaron.

En soja, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la siembra ya cubre el 60,6% de las 16,7 millones de hectáreas proyectadas por la entidad para la campaña. La demora interanual de la implantación se ubica en 12,6 puntos porcentuales.

Sobre esta oleaginosa, vale recordar que la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) indicó que 2,4 millones de hectáreas en la región núcleo se venían encontrando antes de las lluvias en una condición de regular a mala.

«En los 15 años de seguimientos que realiza el GEA [sistema de análisis de cultivos] de la BCR, jamás se observó que a 10 días de cerrar el año [el informe se conoció el jueves pasado] haya semejante nivel de hectareaje en condiciones regulares a malas. Ya se trata del 58% de la soja de 1ra. En una semana subió un 9% el área afectada. 200.000 ha más pasaron a malas condiciones y la región totaliza 600.000 hectáreas en situaciones críticas. Y otras 200.000 ha se sumaron a la condición regular, sumando 1,8 M ha en este estado. Se calculan que 100.000 ha deberán resembrarse», apuntó la organización.

Según Zeni, entre otros lugares de Buenos Aires, llovió 120 mm en Vidal, 53 mm en Miramar, 37 mm en Balcarce, 22 mm en Lincoln, 23 mm en Urquiza, 20 mm en Morse. En tanto en Junín se registraron 9 milímetros.

Los registros de agua caída en algunas localidades de la provincia de Buenos Aires, según la cuenta de Twitter de de Meteo- Salto, fueron los siguientes: Salto: 34 mm, Berdier: 73 mm, Arroyo Dulce: 25 mm, La Invencible: 35 mm, Gahan: 47 mm, Monroe: 95mm, Inés Indart: 70 mm, Las Saladas: 60 mm, El Crisol: 51 mm, Tacuarí: 28 mm, Los Ángeles: 50 mm, Carmen de Areco: 91 mm, La Ernestina: 35 mm, en Mercedes, en el Cuartel VIII cayeron 72 mm, 54mm en el cuartel V, de Chacabuco y 36 mm en Dennehy, partido de 9 de julio.

Otros registros, fueron los siguientes: Bragado: 83 mm, O´ Brien: 38 mm, Los Toldos: 20 a 45 mm, 25 de Mayo: 15 a 70 mm , Saladillo: 25mm, Suipacha: 37mm, Chivilcoy: 38 mm Comodoro Py: 22 a 50 mm, Vedia: 10 a 15 mm, Arenales:13 mm.

Afectado por una sequía severa, los registros no cambian el oscuro panorama productivo en la mayoría de las localidades del norte bonaerense. En San Nicolás: 8,2 mm, Conesa: 4mm, Pergamino 24 mm, Ramallo: 5 mm, Pérez Millán: 8 mm, San Pedro: 5,1 mm, Santa Lucía: 40 mm y Capilla del Señor: 25mm.

Cabe destacar lo dispar y errático de las lluvias, por ejemplo en Rojas, en el norte bonaerense, se informaron desde 27 mm hasta 74 milímetros. En tanto, fueron bajas las precipitaciones en el sur de Santa Fe. Según Zeni, se reportaron en Rosario 8 mm; en Zavalla 7 mm; en Carlos Pellegrini 6 mm y en Bigand, 20 mm.

La situación por la falta de lluvias abundantes es motivo de preocupación de los productores. Al respecto, el Consejero de Coninagro de Santa Fe, Alberto Candelero, trazó un duro panorama para esa provincia que la entidad reflejó así: «En maíz [las plantas] deberían estar en estado de floración; las plantas están secas, sin perspectivas de cargar grano, estado de desastre. No hay reservas de alimentos (pasto), de silos picado fino y de granos para los animales en general (vacas de tambo, novillos, invernada, etc). La producción está pasando por una situación extrema. Las cooperativas, este año prácticamente sin operatoria de acopio de cereales están con rentabilidades muy bajas y altos costos por inflación, lo que genera situación de quebrantos. El productor acude a su cooperativa por ayuda para refinanciar sus pasivos, está prácticamente con bajo capital de trabajo, un panorama incierto y poca ayuda crediticia».

Respecto de Córdoba, entre otros lugares, Juan Salvay, consejero de Coninagro, señaló que «se están monitoreando los maíces tempranos, en los cuales ya hay pérdidas importantes en algunas zonas».

Por su parte, Elbio Laucirica, presidente de Coninagro, afirmó: «La grave situación actual merece un planteo de políticas activas del sector, tipo de cambio, financiamiento, leyes, asistencia financiera, entre otras. Con la emergencia agropecuaria no alcanza, el productor cooperativo no puede avanzar. Las pérdidas son significativas y entendemos la situación, pero hay que observar lo que viene y tomar decisiones políticas que generen previsibilidad al productor agropecuario. Además esta grave situación en los pueblos de las diferentes economías regionales se derrama e impacta en una baja de consumo en esas localidades, con menos comercialización, transporte y un freno general en la economía».

Por ultimo destacar que el temporal cubrió varias regiones agrícolas lo cual permitirá completar las implantaciones de los dos principales cultivos de la Argentina. Y, aunque los cultivos necesitarán más agua y es probable que aún persista el clima predominantemente seco durante uno o dos meses más, los pronósticos hacia adelante indican que la falta de humedad se iría disipando a medida que transcurra el verano.

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