Esta semana se conocieron dos noticias que muestras las dos caras de una misma moneda. La moneda es la agroindustria y una cara es la que nos muestra el éxito del gremio aceitero que obtuvo un salario inicial que supera los 100 mil pesos y la otra cara es la que muestra la CAME, que indica que por culpa de los planes sociales se les dificulta conseguir empleados.
POR JOSÉ LUIS AMADO -PERIOODISTA AGROPECUARIO-
El jueves pasado, el denominado gremio de los aceiteros, publicó en sus redes sociales una gran noticia: obtuvieron el mayor aumento de salario de todos los trabajadores argentinos.
Textual el gremio expresó: “En el día de la fecha (5 de agosto), los compañeros paritarios de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina firmaron en la sede del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación un acuerdo con los representantes patronales de las cámaras CIARA, CIAVEC y CARBIO en la negociación por la revisión salarial del Convenio Colectivo de Trabajo 420/05 que llevará el salario básico inicial a $ 100.059,31 a partir del 1° de julio de 2021 y $ 110.065,24 a partir del 1° de agosto de 2021 para las y los compañeros obreros y empleados aceiteros”.
En otro párrafo de la gacetilla indicaron que “El planteo de nuestra organización se basó en el derecho a un Salario Mínimo, Vital y Móvil según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, esto es, que asegure a los trabajadores “alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión”.
Concretamente, en términos porcentuales el aumento de los aceiteros fue de un 48,5 % de aumento anual. Asimismo, en el mes de diciembre se efectuará una nueva revisión de este acuerdo. Incluso se acordó el pago de una suma extraordinaria de $40.000, que se abonará el próximo mes de septiembre de 2021, para aquellos trabajadores declarados esenciales y que cumplieron funciones durante la vigencia del ASPO, complementaria del bono de $90.000 acordado por ese concepto en diciembre de 2020.
De esta forma la moneda cayó del lado correcto de las cosas y las empresas aceiteras y agroalimentarias reconocieron las necesidades salariales de sus trabajadores. Cabe destacar que la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina representa a 21 sindicatos de trabajadores aceiteros de distintos lugares de argentina.
La otra cara
Actualmente existe una incompatibilidad entre las ayudas sociales otorgadas por el Estado y el empleo formal; situación que genera inconvenientes a la hora de conseguir trabajadores que quieran legalizar su situación laboral por miedo a perder los beneficios de los planes. Para contrarrestar esto la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) impulsa una ley que permite complementar estos dos puntos para evitar la escasez de mano de obra que afecta a las economías regionales.
En ese sentido, todas las economías regionales del país se encuentran muy afectadas y esto se debe a que los trabajadores eligen no ser blanqueados para continuar recibiendo los beneficios que le brinda el Estado por encontrarse en una situación de vulnerabilidad económica por no contar con un empleo formal.
Este tipo de economías requieren de trabajadores temporarios, y de acuerdo a los datos aportados por la propia CAME, en Argentina se requiere un total aproximado de 625 mil empleados para cubrir la demanda laboral por temporada.
La situación es tan delicada que, a raíz de esto, desde la CAME se generó un proyecto de ley impulsado por la senadora de la provincia de Salta, Nora Giménez entre otros, que apunta a compatibilizar los planes sociales con el trabajo en blanco, y de esta manera enfrentar la falta de mano de obra.
Si bien la confederación reconoce que en muchos casos percibir una ayuda social representa una mayor entrada respecto a los sueldos que ofrecen algunos empleadores, remarcó la importancia de complementar ambos salarios. La otra cara de la moneda.