Analistas de mercados le adjudican incidencia en la baja del 3% del CCL y además le permitió al BCRA comprar US$58 millones.
El dólar soja IV pareció comenzar a mostrar ayer que puede ayudar a calmar a sus primos financieros y aportar para que el Banco Central (BCRA) sostenga la compra de reservas con montos que, incluso, lo ayuden a recomponer su tenencia neta por esta vía.
Hay que recordar que esto no había sucedido durante agosto, ya que dilapidó buena parte de lo adquirido en intervenciones para contener al dólar MEP.
El dato surge de tomar nota de la caída mayor al 3% que mostró en la jornada el precio promedio del dólar contado con liquidación (que se colocó por debajo de los $750 por primera vez en dos semanas y cerró a $738,7) y la estabilización que exhibe su variante «local» (el MEP) por debajo de los $675.
Eso, a su vez, ayuda a mantener calmo al dólar blue, que cerró estable a un promedio de $720 en el centro porteño para la venta (tras marcar un mínimo de $715), cayendo unos $75 desde el «pico» próximo a los $800que marcó el 16 de agosto, aunque manteniendo un avance de $384 (+107,5%) respecto de su cierre a $346 del año pasado.
Pero, sobre todo, porque el ente monetario logró recomprar unos US$58 millones por sus intervenciones sobre la plaza cambiaría oficial, su mayor adquisición desde el final del dólar agro, cifra que más que duplica la recompra de anteayer.
El resultado del día tiende a confirmar las presunciones de los analistas:
El nuevo esquema que estimula las liquidaciones sojeras (al permitirles retener hasta el 25% de los montos exportados, siempre que ingresen al valor oficial el 75% restante) puede servir para que el BCRA vuelva a sumar reservas netas -aunque no en la cantidad que necesitaría para recomponer su tenencia- y achicar la brecha cambiaria, sin tener que seguir sacrificando en esa tarea todo lo readquirido, como ocurrió el mes pasado.
Por lo pronto, con el nuevo saldo positivo por sus intervenciones sobre el mercado, el BCRA ya «anotó la decimoctava rueda seguida con saldos positivos por compras en el mercado y acumula unos US$95 millones recomprados» en las primeras cinco ruedas del mes, observó Gustavo Quintana, de PR Cambios.
Incluso, según testimonios de varios operadores, hasta se dio el «lujo» de atender algunos pagos de importaciones que venían demorados. «Algunos están largando», coincidió en notar el economista Salvador Vitelli, de Romano Group.
Ingreso temporal y ¿luego?
La cuestión a no perder de vista es que el presente esquema culmina a fin de mes, por lo que, para incidir sobre la tenencia neta del BCRA (que se mantiene hundida en terreno fuertemente negativo), tendría que mejorar sustancialmente sus aportes de aquí en más. De octubre en adelante todo luce muy cuesta arriba.
«Con el dólar soja IV el BCRA buscó ganar poder de fuego para agrandar sus reservas utilizables para intervenir en ambos mercados y llegar parado de la mejor manera a las elecciones de octubre», evaluaron los analistas de Portfolio Personal.
«Si bien aún no se notó una liquidación masiva del agro, las toneladas comercializadas subieron súbitamente de 28.582 a 86.016 del martes a anteayer (+201%) a pesar de que los precios de comercialización apenas saltaron 20% entre lunes y miércoles, todavía sin reflejar la suba en el tipo de cambio percibido neto de retenciones de 56%. De allí que se espera que el salto en los volúmenes operados se traduzca en un aumento de la oferta y en compras del BCRA», acotaban ya en la mañana.
Por lo pronto, el mercado está atento a la respuesta del campo con respecto al dólar soja IV, en medio de presiones sobre las reservas del BCRA que no aflojan.