“El gobierno argentino no entiende lo que el campo le puede dar al país”

Gustavo Grobocopatel, instalado definitivamente en Uruguay, dijo que “El gobierno argentino no entiende lo que el campo le puede dar al país”. El empresario presentó Mauá, una nueva plataforma digital y móvil para sus clientes en el sector agroexportador. La gestión de Alberto Fernández, el impuesto a la riqueza y por qué “le duele” la Argentina.

El Grupo Los Grobo, la empresa de agro que conduce Gustavo Grobocopatel, presentó Mauá, una plataforma digital que promete mejorar el flujo de información entre con los productores que son clientes de la empresa que nació en Carlos Casares, en la provincia de Buenos Aires.

El empresario habló con Infobae de su nuevo sistema digital. También de las razones que motivaron su decisión de irse de la Argentina a vivir a Uruguay y de cómo ve al Gobierno de Alberto Fernández. Como siempre, Grobocopatel habla pausado y no se calla nada: criticó el impuesto a la riqueza, explicó por qué tributa en el país vecino y aseguró que cree que el Gobierno no entiende el impacto positivo que podría tener el campo en la economía. “Me duele la Argentina”, resumió Grobocopatel desde Colonia, donde vive definitivamente desde el año pasado.

Mauá lleva ese nombre en homenaje al Barón de Mauá, Irineu Evangelista de Sousa, un hombre de negocios y banquero brasileño que vivió en el siglo XVII. “Mauá representa los valores del empresariado emprendedor, innovador, involucrado con el desarrollo y el progreso, comprometido con altos valores humanos, que no le temía a la competencia global y se integraba al mundo desde su cultura y potencial. Nuestra Maúa es una herramienta, no es un martketplace: desarrollamos una plataforma que está vinculada con la transacción y la gestión del negocio de granos de los productores agrícolas”, destacó.

El Grupo tiene tres grandes áreas. La primera, la más importante, es la de agfood, con producción agrícola en esquemas de siembra asociadas con 100 productores y más de 30 sucursales que prestan servicios en todo el país. Luego la división industrial, con el molino harinero Cánepa, en Chivilcoy. La tercera es Agrofina, que trabaja en la industria química sintetizando, formulando y distribuyendo fitosanitarios en toda la Argentina.

El sector de la producción está concentrado en el país –luego de que vendiera sus operaciones en Brasil, en 2014, y dos años después las de Uruguay–, factura unos USD 600 millones por año y siembra 200.000 hectáreas. Desde 2017, los accionistas son Victoria Capital Partner, el principal socio controlante; la CFI, entidad del Banco Mundial que apoya al sector privado; el FMO, que es el banco de Desarrollo de Holanda; y el fondo de inversión de la Universidad de Texas de EEUU. Grobocopatel y una de sus hermanas tienen el 24% del capital accionario.

El año pasado, el empresario dejó de ser presidente de su empresa, cuando se fue a vivir del otro lado del río de la Plata, y ahora maneja una división de negocios de consultoría internacional e innovación.

– ¿Por qué se fue a vivir a Uruguay?

– Fue una decisión que tenía tomada hace varios años, una decisión de vida que ya estaba tomada. La pandemia hizo que me instale acá 24×7. Quiero dedicarme a los temas que me interesan y en los que sé que puedo generar valor. La empresa tiene un equipo gerencial desde hace varios años que está a cargo y lo hacen mejor que yo. No me necesitan.

– Su salida del país se dio en un contexto complejo, con empresarios importantes que tomaron el mismo camino, en medio de la discusión del impuesto a la riqueza y en un momento adverso entre el Gobierno y el establishment.

– En mi caso, esa no fue la motivación. Me fui a Uruguay por la pandemia, no por el Gobierno de Fernández.

– ¿La situación del país, con una presión fiscal que muchos definen como altísima, no influyó en su decisión?

– No, la verdad, no. No en mi caso. Pero entiendo que para muchos otros empresarios, sí. Son impuestos que se superponen con otros. Yo tengo bienes en el país y me toca pagar por eso, no es que no voy a pagar nada.

– Hoy se conoció el primer amparo por el impuesto a la riqueza…

– Uno de los grandes problemas del país es la falta de inversión. En parte por eso no hay creación de puestos de trabajo, crecimiento ni redistribución. Se dice que hay unos USD 300.000 millones de argentinos en el exterior y el gran desafío es que vuelvan, que se vuelva a confiar. Estas medidas lo que hacen es ahuyentar esa posibilidad. El impuesto genera pan para hoy y hambre para mañana. Hay temas de solidaridad con los que estoy de acuerdo, pero esto no agrega nada a las soluciones estructurales que necesita el país.

– ¿Tiene que pagar o ya tiene la residencia fiscal en Uruguay?

– Tengo la residencia uruguaya desde antes de que se votara la ley. No tengo que pagarlo porque soy contribuyente uruguayo.

– ¿Cómo definiría la relación entre el campo y el Gobierno?

– Este Gobierno no entiende lo que el campo le puede dar al país. Creen que ya dio lo que podía dar y no es así. Es enorme lo que puede el campo en términos de exportaciones, trabajo y creación de valor agregado. Hay demanda de estos productos en el mundo y con inversión se podría duplicar o triplicar las exportaciones de origen agroindustrial no en granos sino en productos agroindustriales. No hay dimensión de todo eso.

– ¿Cómo ve a la Argentina desde Uruguay?

– Con cariño y amor. Atahualpa Yupanqui vivió en Francia y decía que no estaba exiliado, que le gustaba vivir en París. Pero aseguraba que la Argentina le dolía. Uno vibra con lo que está pasando… me duele la Argentina.

¿Qué es lo que más le preocupa de la economía argentina?

– No hay una conversación objetiva sobre los temas con espíritu constructivo. Una conversación no para tener razón sino para aprender, que permita transformaciones y poder dar vuelta la hoja para construir. Tenemos un sistema complicado. No somos competitivos para el mundo y eso lo ven los inversores. Esa falta de competitividad se debe a muchos factores: la macroeconomía, la infraestructura, la parte impositiva, los costos de transacción y la falta de la integración al mundo. Tenemos muchos problemas de competitividad y para revertir eso hacen falta trasformaciones en muchos aspectos de manera sistémica. Si hacemos todo eso, como parte de un acuerdo de mayorías, con proyección, se puede revertir esta tendencia negativa.

Aplicación móvil

Mañana, la presentación de Mauá contará con la presencia de Enrique Iglesias, economista uruguayo que fuera presidente del BID, de la CEPAL y el Segib, además de ex canciller de ese país, que dialogará con Grobocopatel y con Jorge Arpí, CEO de Los Grobo.

“Toda la información transaccional con la empresa estará vista de una mejor manera con una experiencia más integral, transparente y cómoda. Además, los productores podrán acceder datos de clima y al estado de sus cultivos en tiempo real y de la mejor forma y tiene una comunidad donde se compartirán conocimientos. Es una plataforma a la que se puede acceder por web y el móvil, algo que no es tan común en el sector. Somos pioneros con este tipo de aplicaciones y estamos experimentando en cuestiones de vanguardia, como la inteligencia artificial”, detalla el empresario.

– ¿Qué permitirá hacer Mauá, por ejemplo?

– Tener toda la información de la compra de sus insumos: datos de stocks, precios y si esos insumos son baratos o caros en relación al precio de los granos y, en términos históricos, cómo evolucionaron esas compras. Información inteligente y online para la gestión y la toma de decisiones. También información sobre los mapas satelitales de los cultivos que se actualizan semanalmente y mapas de productividad para vender mejor los granos. Datos en tiempo real de los precios y la cuenta corriente granaria. Esta es la versión 1.0 de Mauá, va a crecer y actualizarse todo el tiempo. Esperamos que trascienda también a nuestros clientes en algún momento y se convierta en un estándar del mercado.

– ¿Usarán Inteligencia Artificial?

– Es un camino. Iremos acumulando información para que se interactúe y las máquinas aprendan de las personas para mejorar la toma de decisiones. Son los primeros pasos hacia la inteligencia artificial. Tendremos alertas automáticas, que no es algo muy sofisticado, pero ayuda a saber rápido sobre el precio de los granos, por ejemplo. Hay muy buenas startups en el mundo, el agtech es una tendencia muy fuerte, pero faltan plataformas que hagan que los productores las usen: les terminás complicando la vida. Por eso nuestra herramienta está hecha de abajo hacia arriba, y fácil. Entramos por los puntos de dolor de los productores: las transacciones y la información transaccional. Y vamos hacia esquemas más sofisticados e integradores con las tendencias globales. No queremos complicarle la vida a nadie, venimos a ayudar, a solucionar. Como dijo el fundador de Waze, no hay que enamorarse de la solución, hay que enamorarse de problemas.

Tecnología

Te puede interesar:

Menú