Antonio Aracre, presidente de Syngenta para Latinoamérica Sur, cree que la falta de crédito es uno de los temas más críticos para solucionar. Mayor flexibilidad para nuevos empleos, inversiones con miras a la exportación y consenso político que traspase gobiernos son algunas de sus ideas para lograr una Argentina más moderna.
Se entusiasma al discutir sobre los grandes desafíos que enfrenta la economía argentina y el rol que los empresarios deben asumir para sobrepasarlos. Antonio Aracre, presidente de Syngenta para Latinoamérica Sur, cree que la falta de crédito es uno de los temas más críticos para solucionar y que a partir de allí, otras medidas a implementar tienen más chances de ser exitosas. Mayor flexibilidad para nuevos empleos, inversiones con miras a la exportación y consenso político que traspase gobiernos son algunas de sus ideas para lograr una Argentina más moderna.
¿Cuál cree que es un tema crítico para resolver hoy en el país?
Hay un tema que es fundamental. El ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo que cuando hay escases de dólares se retrasa la agenda del crecimiento y se disparan los precios porque la inflación en la Argentina está muy correlacionada con el valor del dólar. Entonces negociar un acuerdo con el FMI para refinanciar esa deuda que tenemos es crítico si queremos avanzar con un crecimiento más importante en 2022.
En el coloquio de IDEA de este año por ejemplo, el tema central fue cómo generar empleo, y para eso el crecimiento es fundamental. Sin crecimiento por más leyes que se hagan no se va a generar trabajo.
¿Se necesita una reforma laboral para generar empleo hoy?
Si la macroeconomía no se ordena, una reforma laboral es como poner el carro delante del caballo. Primero hay que tranquilizar la economía y mostrar un sendero de estabilidad importante. Se necesitan ciertos acuerdos políticos a nivel macroeconómico que muestren por dónde va a transitar la economía argentina en los próximos 10 años y después sí, podría tener sentido una modernización de las leyes laborales. En mi opinión, debe hacerse sin afectar derechos adquiridos de los trabajadores que hoy están en el sistema sino mucho mejor, incentivando la incorporación de empleo joven con un esquema más flexible para que los empresarios se sientan más cómodos en incorporar ese tipo de fuerza laboral.
¿En qué basaría esa flexibilización?
Puede ser con una menor carga fiscal por una cantidad de años, que incentive esa incorporación de nuevos empleos y tal vez también con menos ligitiosidad en el caso de salida o desvinculaciones. Siempre, esto tiene sentido en las nuevas incorporaciones y no en las personas que hoy ya están en el sistema.
¿Cómo afecta entonces la decisión de no poder despedir empleados o el pago de la doble indemnización?
Fue una medida acertada en un momento donde la incertidumbre social era altísima por efecto de la pandemia. También creo que en algún momento hay que poner en la agenda de discusión si realmente se necesita seguir con una doble indemnización o con la prohibición de despido. Tal vez sean dos puntos importantes para discutir después de las elecciones, cuando ya no haya tanto interés político entre lo que se dicen de cada uno de los lados y se pueda discutir el futuro de la Argentina.
Aún así, en ningún caso creo que esas dos decisiones estén limitando el crecimiento económico ni la generación de empleo en el corto plazo. Pero sí, son restricciones que hay que comenzar a flexibilizar en una Argentina que todos queremos que sea más moderna.
¿El resultado de las elecciones de noviembre puede cambiar el escenario?
Nadie se quiere suicidar si está medianamente cuerdo en cuanto a cómo se planta en el mundo. Creo que el partido gobernante va a seguir teniendo ambiciones de mantener el gobierno en 2023, con lo cual tiene que relanzar algunas iniciativas y reconvertirse en un esquema que sea más adecuado con lo que la sociedad pide.
A la oposición tampoco le conviene un país que entre en una crisis terminal porque si son alternativa en 2023 y heredan una Argentina más ordenada tienen más chances de que les vaya mejor. En definitiva, si salimos de la especulación política y pensamos en nuestros hijos, en la cantidad de argentinos que sufren, en los que no están incluidos en el sistema; trataremos de realmente buscar entre todos soluciones permanentes.
¿Hoy hay un contexto propicio para atraer inversiones?
La inversión normalmente tiene un factor que la limita mucho, que es el crédito. En cualquier país del mundo, la economía funciona en base al crédito. Cuando yo era jovencito mi primer auto lo compré con un Plan Rombo y el primer departamento lo compré con una hipoteca. Así funciona en todos los países del mundo. La Argentina hace muchos años que perdió el crédito. Lo perdió en 2018 en materia internacional y en materia local, el Estado con su enorme déficit fiscal que también arrastra hace décadas termina absorbiendo todos los pesos disponibles en los depósitos bancarios.
Si queremos que la Argentina funcione, crezca y que se generen inversiones necesitamos que la Argentina tenga crédito. El crédito internacional, sin un acuerdo con el Fondo no va a llegar, y local será con un sendero que marque una reducción en el déficit fiscal para que las empresas puedan acceder aunque sea a una parte de esos depósitos y ese crédito disponible.
¿Syngenta tiene algún proyecto con inversión en el corto plazo?
Venimos haciendo y anunciando inversiones y proyectos desde fines del año pasado. En nuestra planta de Venado Tuerto estamos haciendo toda una modernización que conlleva unos u$s 30 millones de inversiones hasta el año que viene. También lanzamos un proyecto de intermediación vertical hacia la exportación para conectar a los productores argentinos con los grandes compradores de granos en China. Esto le permite a los productores chicos y medianos acceder a tecnologías de alto valor a las que antes no podían acceder, gracias a que les reconocemos por sus granos un valor preferencial al no tener que ceder ese margen a la intermediación de la exportación. Y a la vez le garantizamos a China una seguridad alimentaria a través de la provisión segura, estable y continua de granos de la Argentina. Esta humilde contribución que hacemos desde Syngenta es un primer paso para trabajar en esto.
¿Cuál es hoy el peso de las exportaciones para Syngenta en Argentina?
No es muy alto pero con este proyecto aumenta. Ya con estos u$s 100 millones que hemos hecho de exportaciones este año alcanzamos a un 20% de nuestra facturación y esperamos poder duplicarlo el año que viene.
A pesar del contexto local, ¿Syngenta terminan el año con crecimiento?
Si, este año estamos creciendo, manteniendo nuestro liderazgo en la industria. Tiene mucho que ver con la situación global donde los precios de los commodities han sido muy buenos. Eso ayudó al productor a tener una situación más razonable en su ecuación de rentabilidad y apostar más por la tecnología. Estamos terminando un año muy positivo. Fuente: cronista.com