A bordo de tractores, autos y camionetas, miles de productores agropecuarios autoconvocados protestaron contra las políticas del Gobierno. Una movilización que no pasó desapercibida.
POR: JOSÉ LUIS AMADO -PERIODISTA AGROPECUARIO- PARA DIARIO LA VERDAD
El descontento del sector más productivo del país ya no se puede disimular. La falta de gasoil para esta cosecha gruesa, los impuestos, el desdoblamiento cambiario y las retenciones en suba son las principales razones por las que los productores abandonaron las tareas en sus campos para ir a protestar a la Plaza de Mayo.
Miles de camionetas y de autos con productores provenientes de distintos lugares del país llenaron la ciudad de Buenos Aires. En una impactante marcha los productores lograron mostrar su descontento ante todo el país y de paso le mostraron a la Mesa de Enlace el error político en la decisión de no acompañar.
Esta historia no comenzó ayer sábado, empezó en 2008 cuando la por entonces presidenta de la Nación Cristina Fernández propuso un aumento a los derechos de exportación, cuando las quiso hacer móviles. Es decir que ese impuesto debía aumentar a medida que aumentaba el precio, con lo cual el 35% de hoy iba a pasar hasta casi el 80%. Ya en esa oportunidad se hablaba de hacer una movilización a Buenos Aires. Pasaron catorce años y ahora, luego de una serie de asambleas realizadas en distintas zonas del país, se tomó la decisión de volver a protestar, pero ahora sí, el epicentro debía ser el lugar donde se toman las decisiones, en Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada y el ministerio de Economía de la Nación.
Algo a destacar, si bien la protesta organizada por los autoconvocados no contó con la adhesión de la Mesa de Enlace nacional, sí obtuvo el acompañamiento de la Mesa de Enlace de Córdoba y la del NOA, más algunas filiales de Federación Agraria Argentina, e importantes sociedades rurales como la de Rosario.
Lo cierto es que ayer los canales de noticias estaban admirados por la cantidad de televidentes que estaban siguiendo sus trasmisiones y más aún la cantidad de personas que estaban en distintas plataformas como Youtube. Ocurre que muchos no pudieron ir, dado que por estos días los productores están en plena cosecha de granos y más aun teniendo en cuenta que está previsto lluvias para las próximas jornadas.
Como sea, la protesta de ayer superó las expectativas de los autoconvocados y además mostró una crisis de representatividad. La distancia entre las bases y la Mesa de Enlace quedó más que manifiesta. El único dirigente de peso que apoyó la protesta fue el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino.
La reacción del Gobierno
Ayer el ministro de Agricultura Julián Domínguez, seguramente ante tamaña convocatoria, se mostró conciliador con el sector agropecuario al manifestar que su cartera tiene voluntad de «escuchar al sector» y agregó: «Si hay algún reclamo que tenga que ser atendido, lo vamos a atender y lo vamos a escuchar», declaró Domínguez desde Israel.
También remarcó que la «prioridad» es «el productor», dado que «lo hemos definido en la Argentina como la gallina de los huevos de oro»; y afirmó: «Yo he dicho hasta el cansancio que las retenciones no se van a aumentar». A su vez, insistió en que «el productor argentino no captó la renta inesperada». Finalmente evitó caracterizar la protesta de ayer, «No me corresponde a mí hacer un análisis de las motivaciones», dijo.
Por su parte, el ministro de Producción Matías Kulfas criticó la movilización, «Esto no es el campo, es un sector que tiene absoluta afinidad con Juntos por el Cambio. Por eso el tractorazo no lo han apoyado ni las principales entidades agrarias. Son expresiones de un ala muy reaccionaria que son un brazo político», sostuvo Kulfas.
Dicen que como muestra sobra un botón, estas dos opiniones absolutamente distintas pertenecen a dos ministros ligados directamente a la producción. Así estamos.
