Ya estiman una caída de hasta del 50% en los rindes potenciales de soja de primera por la sequía.
El 2022 terminó con la primavera más seca de los últimos 35 años y con grandes pérdidas de maíz sumado a una buena parte de soja de primera en malas condiciones, el 85% de la región núcleo registró menos de la mitad de las precipitaciones de lo usual en dicha estación.
La sequía sigue golpeando fuerte al agro y según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el 80% del maíz temprano sembrado en la zona núcleo ya está perdido y el estado del cereal «es 30% malo, 50% regular y 20% bueno».
Además, en una semana, el avance de la siembra en la región núcleo fue de tan solo 3% y aún resta concretarse el 42% de la superficie intencionada. «Hay localidades donde la escasez de humedad a la siembra no les ha permitido siquiera comenzar con la labor», afirmó la BCR. En este sentido, el centro-sur de Santa Fe registra el mayor retraso, con un avance del 10%.
«Los acumulados de la primavera en la región núcleo no solo quedan muy lejos de los acumulados estadísticos mensuales sino también por debajo de los totales que alcanzó la primavera de 2021. El año pasado la mayor parte de la región también había quedado por debajo de los promedios históricos», señaló el informe.
«En este 2022 el panorama es aún más crítico, ya que se adiciona el tercer año consecutivo con el fenómeno de La Niña: son 3 años con escasa acumulación de reservas de agua en el perfil del suelo. Esto explica las enormes dificultades que está presentando el desarrollo de la campaña 2022/23», agregó.
En lo que respecta a la soja de primera, estiman una caída de hasta el 50% en las expectativas de rinde con pérdidas que podrían alcanzar los US$ 700 por hectárea.
«Con 60% de la soja de primera en condiciones de regulares a malas, una sequía que sigue afectando a casi al 100% del área y lotes que están siendo sembrados sobre el final de año, muy por fuera de su fecha óptima, la pregunta que surge es a qué rinde se puede aspirar esta campaña. Normalmente, el horizonte productivo que traza el productor de zona núcleo para soja de primera suele estar entre los 40 a 50 quintales por hectárea», indicó el informe.
Sin embargo, hoy los asesores y productores reportan caídas en las expectativas de rinde de entre el 20% y 50% y advierten que podrían caer más en función de cómo se den las lluvias: «Los milímetros que se pronostican para el comienzo del nuevo año son claves para frenar el deterioro del cultivo, pero ya no sirven para recuperar la potencialidad», explican los asesores en los alrededores de Rosario donde estiman alcanzar 25 quintales por hectárea.
En los 15 años de seguimientos que realiza la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), señalaron que nunca se observó que antes de cerrar el año haya «semejante nivel de hectareaje en condiciones regulares a malas».
Si bien se presentaron precipitaciones a partir de las últimas horas del sábado sobre el oeste de la zona núcleo, para luego ir avanzando por el resto del área durante la jornada del domingo, los mapas de disponibilidad hídrica siguen mostrando características de humedad muy negativas, con condiciones de sequía en la mayor parte de la región.
«Para lograr niveles óptimos de humedad edáfica se necesitarían, en las próximas dos semanas, registros de más de 140 mm en toda la zona núcleo, con núcleos máximos que alcanzan los 180 mm valores que, según las condiciones actuales, parecen muy difíciles de alcanzar», concluyó el informe.
El déficit hídrico está lejos de ser un problema solamente para el sector agrícola -que es el principal generador de divisas en la actual coyuntura argentina-, «dado que también está liquidando la oferta forrajera en pasturas y pastizales, lo que obliga a ‘liberar’ campos y, de esa manera, saturar el mercado de hacienda en un momento en el cual lo precios de la carne vacuna muestran un retraso histórico respecto de la inflación promedio de alimentos», indicaron desde el portal Bichos de Campo.
Productores complicados
Considerando el desplome en las expectativas de rinde, desde la BCR trazaron tres posibles escenarios productivos de 35 qq/ha, 25 qq/ha y 15 qq/ha, «siendo el primero un escenario optimista». Los cálculos arrojan márgenes negativos para las tres productividades bajo la condición de campo alquilado (situación en la que se produce el 70% de la soja la región), dijeron.
Según el trabajo, bajo alquiler se requiere cosechar al menos 38 qq/ha de soja para comenzar a ganar.
Las pérdidas ascienden a US$ 97 /ha si el rendimiento logrado es de 35 qq/ha, pero si éste se desploma a 25 qq/ha o a 15 qq/ha hay que esperar caídas en los márgenes netos de US$ 422 /ha y de US$ 747 /ha, respectivamente.
En campo propio, los resultados son positivos para las productividades de 35 y 25 qq/ha, pero no así para la de 15 qq/ha, ya que el rendimiento de indiferencia ronda los 16 qq/ha.