Luego de la derrota oficialista y una semana agitada por los resultados de las PASO, Alberto Fernández accedió a renovar parte del gabinete entre los que se incluye al ministro de Agricultura. Su plan original era encarar el recambio de nombres tras los comicios definitivos, pero pasaron cosas…
POR JOSÉ LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO-
Decir que el domingo pasado el Gobierno cayó derrotado no es ninguna novedad, lo que sí hay que destacar es que esas derrotas fueron principalmente en las más importantes regiones productivas del país. Más puntualmente en aquellas zonas que están vinculadas a las actividades tradicionales y también en zonas donde las economías regionales tienen un importante desarrollo y potencial. Un resultado que reflejó el malestar y rechazo del interior productivo a la política agropecuaria oficial.
El rotundo triunfo de Juntos por el Cambio o Juntos, como se llama en la provincia de Buenos Aires, está trayendo consecuencias políticas impredecibles. Pero ese triunfo, que se dio en gran parte del país, tuvo en algunos distritos sorpresas inesperadas para todos y mucho más para los gobiernos de Alberto Fernández y Axel Kicillof.
Está claro que la elección del domingo estuvo atravesada por varias causas, pero quizás la que más pesó es la situación económica y la mala relación entre el Gobierno y el campo.
Ahora bien, lo primero que hay que decir es que para los productores agropecuarios, las elecciones PASO no fueron unas elecciones primarias más, sino la oportunidad para que las ciudades del interior ligadas con la actividad agropecuaria expresaran su descontento con el Gobierno por las medidas del último año y medio. Por ejemplo, la suba de las retenciones a la soja, el intento de expropiación a la empresa Vicentin, el cierre temporal de las exportaciones de maíz y el cepo para vender carne de vaca descarte al exterior. Todas esas cuestiones influyeron en el resultado que obtuvo el Gobierno en la denominada Pampa Húmeda.
Chau Basterra
El viernes pasado fue una jornada repleta de versiones sobre cambios en el gabinete nacional. Una de ellas era que Alberto Fernández había decidido cambiar a Luis Basterra, su Ministro de Agricultura, por Julián Domínguez. Finalmente, y ya sobre el final del día, se conoció lo que los corrillos indicaban, Finalmente, Basterra, el hombre que en poco menos de dos años jamás le otorgó una nota a un periodista agropecuario, se había convertido en ex ministro.
Llegó Domínguez
El ahora nuevo titular del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca es Julián Domínguez. El abogado oriundo de Chacabuco que ya fue ministro de esta cartera en
2009 cuando la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner lo designó como Ministro de Agricultura. Cabe destacar que Domínguez mantuvo dicho cargo hasta la finalización del primer mandato presidencial (2011), luego de lo cual asumió su banca como diputado nacional tras resultar electo para dicho cargo. Luego la Cámara de Diputados lo designó como presidente de la misma hasta 2015, en momentos en que varios cortocircuitos con el kirchnerismo lo alejaron del poder.
No entienden…
Hace solo 20 días, Julián Domínguez fue invitado a una mesa de debate en el marco del evento “Experiencia IDEA Agroindustria” que se desarrolló en Rosario. Allí entre otras cosas Domínguez dijo: «La dirigencia política no entiende al campo argentino… El problema que tenemos es que la mayoría de funcionarios son de la Capital Federal, no somos un país federal. Falta una visión federal que pueda integrar las habilidades del campo».
Al margen de lo efectivo o no que puedan ser los cambios en el gabinete nacional, Julián Domínguez tiene una parada brava. Cabe destacar que la Mesa de Enlace acaba de tomar la decisión de realizar un paro agropecuario para después de las elecciones de noviembre.
Ya desde las entidades gremiales se lo están advirtiendo, pues, si quiere que el campo colabore con él, deberá resolver una maraña de problemas que tiene al sector agropecuario con el freno de mano puesto. No son temas menores, veremos si puede, o si lo dejan.
