Las principales petroleras del país lanzaron una dura advertencia a la flamante secretaria de Energía, Flavia Royón, tras la decisión del Gobierno de extender el corte del gasoil con biocombustibles.
La posibilidad de «cortar» el gasoil con biodiesel venció la semana pasada, pero el miércoles Royón comunicó que la medida se extenderá. «Estamos convencidos que debemos apostar a los biocombustibles que nos permiten un ahorro de divisas. Es por eso que hemos decidido, junto al ministro de Economía Sergio Massa, y la secretaria de Agricultura, prorrogar el corte al 12,5% de biodiesel», tuiteó la secretaría de Energía.
El secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, le dio además un argumento político, a través de su cuenta de Twitter: «Celebramos la medida de prorrogar el corte de 12,5% del biodiesel. Esto marca el excelente trabajo coordinado entre las secretarías que componen @Economia_Ar y del acuerdo generado con la Mesa de Enlace en las reuniones de trabajo que venimos manteniendo».
La medida se había tomado meses atrás, en pleno desabastecimiento de gasoil en medio de la cosecha, con el objetivo de agregar combustible en el mercado. El corte -que fue llevado del 5% al 12,5%- incrementó la producción en unos 900.000 litros, según estadística oficial, pero también introdujo un aumento en el precio del gasoil en los surtidores.
A pocos días del vencimiento de esa medida extraordinaria, la industria de los biocombustibles reclamó la prórroga. Lo mismo hizo el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti.
Una medida polémica, con costos
Apenas conocida la medida, las petroleras hicieron saber al Gobierno su descontento ante lo que calificaron de «decisión inconsulta».
Para las compañías, esa determinación las obliga a hacerse cargo de mayores costos. Un precio que, en definitiva, termina beneficiando a empresas vinculadas con los fabricantes de biocombustibles. El argumento oficial es que el mayor corte de gasoil ahorra divisas a la Argentina ya que hace falta importar menos combustible para abastecer el mercado interno.
Para las petroleras, ese argumento es falaz. Que -una vez superada el máximo de exigencia tras la cosecha gruesa- la producción local está en condiciones de abastecer el consumo interno sin necesidad de mayores importaciones.
El directivo de una de las petroleras líderes sacó cuentas sobre los mayores costos para el fisco: «El biodiesel es 115% más caro que el gasoil, y que solamente por la exención del impuesto a los combustibles líquidos el Estado perdió el año pasado $23.000 millones. En 15 años de vigencia del esquema este el Estado perdió casi 7500 millones de dólares en impuestos no cobrados».
Desde esas empresas consideran, además, que la producción de biodiesel está cartelizada y que unas pocas empresas manejan el negocio, que termina impactando en el bolsillo de los consumidores. Las petroleras, incluso, introducen una polémica adicional: el probable perjuicio que el corte del gasoil con biocombustibles, al 12,5%, puede provocar en los motores de los vehículos. «¿Qué pasaría si nuestros clientes tienen problemas por cargar gasoil «cortado» en nuestros surtidores? ¿Cómo les explicaremos que no es nuestra responsabilidad?», arguyó, inquietante, el director de la petrolera.