El presidente de la Cámara Argentina de Feedlots, Fernando Storni, asegura que la foto es muy negativa, pero la película es incierta. Todo está supeditado a lo que suceda en las elecciones.
Se dispararon los costos de alimentación también en la ganadería de carne, especialmente en el engorde a corral. Los feedlots advierten que los valores se han dolarizado y a medida que se acerca la fecha de votación presidencial, los plazos de pago se acortan y la ecuación de engordar un animal, les deja una pérdida de hasta 65.000 pesos por cabeza.
Sobre esta “foto negativa” del negocio, el presidente de la Cámara Argentina de Feedlot, Fernando Storni, indicó desde el Congreso Federal Ganadero del ROSGAN que se desarrolló la semana pasada en Rosario, que “es necesario ordenar la macro antes de avanzar en lineamientos básicos como pueden ser la comercialización por cortes o las intervenciones a los mercados”, entre otros temas.
Ante la instancia del cambio de Gobierno nacional, “debemos aprovechar esta oportunidad única y cercana de volver a poner estas cuestiones sobre la mesa, sea quien sea el que gane, porque está claro que un cambio debe haber, ya que así no podemos continuar”, expresó el dirigente, al término de la reunión de la Mesa Nacional de Carnes que se dio ese Congreso.
Según Storni, la Mesa de Carnes es una instancia de consenso que allana el camino a cualquier Gobierno que desee tomar medidas en pos del desarrollo de la cadena.
Las pérdidas y la coyuntura
Según confirmó el presidente de la CAF, “un feedlot tradicional pierde en promedio 65.500 pesos por animal terminado, tras casi nueve meses de ligero equilibrio”.
El número surge del cálculo de margen bruto de la actividad realizado a inicios de noviembre por la Cámara, asumiendo un peso de entrada al corral de 180 kilos, un ciclo de terminación de 131 días y un peso neto de salida de 320 kilos finales. Medido en kilos de novillo según el INMAG (Índice de precio del mercado Ganadero de Cañuelas), la pérdida actual equivale a 81 kilos por cabeza mientras que a igual fecha del año pasado el engorde a corral arrojaba una pérdida de $10.495, equivalentes -a valores de entonces- a unos 37 kilos de novillo por animal terminado.
Pero además, preocupa que los animales encerrados puedan acceder al alimento que demanda el proceso a un costo conveniente. “Es una expectativa difícil en cuanto a alimentación, por problemas en la adquisición de maíz, subproductos y derivados, no sólo por la falta de precios que se está dando previo a la elección (valores dolarizados, plazos de pago), sino que existen ya problemas de volumen disponible”.
Para Storni, el resultado aún es incierto y seguramente no será el mismo: “puede ser positivo, negativo o neutro, porque evidentemente muchos de los valores con que hoy hacemos este cálculo van a haberse modificado dentro de tres meses, sin contar gastos de estructura y otros costos dolarizados, dependerá de cuánto costará ese novillo gordo para saber cómo será el resultado de la película”, explicó.
El presidente de la CAF, al igual que la mayoría de los empresarios del sector, confiesan que no saben qué puede pasar hacia adelante con el mercado interno, teniendo en cuenta que el consumidor podría estar “en una situación sumamente compleja de acá a tres meses, lo cual no traccionaría la demanda, por eso decimos que necesitamos algo de estabilidad”.