Preocupa a los contratistas la floja campaña de soja y maíz y la falta de insumos

Ya comenzó la cosecha de maíz, con un avance del 10% de las 7 millones de hectáreas sembradas, y se espera que en pocos días arranque el grueso de la cosecha de soja. Pero el contexto para los contratistas, que realizan entre el 70% y 80% de las labores de cosecha, no son las mejores.

“Los valores de las tarifas presentan un panorama complicado debido a los bajos rindes que están entregando los maíces afectados por la seca y en gran por temporal que hubo en la Pampa Húmeda, que volteó muchos cultivos, y debido a ello, quiérase o no el producto, se siente muy afectado”, disparó Fredy Simone, presidente de Cámara Bonaerense de Contratistas Rurales y vicepresidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (FACMA).

«La seca afectó muchas hectáreas y por ende los maíces no responden a las expectativas de rinde previstas, y se encuentran por debajo de esos valores» afirma.

Por otro lado, dijo que están corriendo detrás de la inflación, y cada vez que forman un precio,, como para tener un punto de referencia estable para nuestros equipos, a la semana todo cambia y nada de todo lo presupuestado es de utilidad.

Por lo que desde la Federación Argentina de Contratistas en Maquinaria Agrícola confeccionaron listas de precios, pero los valores de los insumos aumentan de manera automática ante la escasez de los mismos en el mercado. «Y sabemos que el mercado así funciona y esas son las reglas de juego con las que debemos jugar”, dice el contratista.

De todas maneras, Simone remarcó que es entendible que al productor le puede parecer caros los valores que proponen desde FACMA, o desde el propio contratista. «Podemos pensar que tenemos un motón de plata percibida por el servicio prestado, pero en realidad tenemos muy poco a la hora de pagar los insumos, desde los repuestos de los equipos hasta el combustible. En verdad se hace muy difícil llevar una empresa con este grado de inestabilidad e inflación que tenemos porque todo lo que se compra hoy o se lo saca a pagar, es muchísimo más caro luego cuando se hace efectivo el pago. Y ese es un costo extra que descubrimos en el momento del pago, nunca lo podemos cubrir. Estamos siempre corriendo atrás de la inflación” sentencia el contratista.

“Con el combustible pasa algo muy parecido, debido a que va a haber poco y estará muy acotado, y si se solicitan 10.000 litros de gasoil para un equipo de cosecha, volumen que tranquilamente es como para que trabaje 10 días una cosechadora, el proveedor entrega la mitad, y si se quiere abonar el monto de lo recibido tampoco se recibe el pago, porque no se sabe ese proveedor a que valor comprará él a su vez ese combustible”, describió.

Y esa incertidumbre se refleja en nuestro malestar y el de los productores y de todo aquel que es generador de trabajo, consideró, porque «no sabemos donde estamos parados por más que queramos poner la mejor de las voluntades. Por otro lado se sabe que la cosecha es sagrada y que la vamos a levantar bajo cualquier precio”.

“A la inquietud del productor generada en el hecho que no sabe a que atenerse, se le suma el tema de las retenciones, que por más que el incremento de las mismas no afectó a los granos, no deja de ser un problema para la comunidad del campo. Todo lo que esta pasando influye en nosotros y en nuestro ánimo», agregó Simone.

Repuestos y cubiertas

«Con respecto a los repuestos no cambió nada, es más esta empeorando, porque muchos insumos de cosechadora y tractores no están entrando al país, y es abundante lo que no se pudo reparar debido a la falta de repuestos» dice.

«Ocurre que muchas máquinas nuestras, son importadas y utilizan repuestos importados debido a que a lo largo de los años, fuimos implementando nuevas tecnologías e incorporando equipos con componentes importados buscando la eficiencia el trabajo. Y hoy todo eso esta faltando en el mercado y como se sabe, todo lo que no hay aumenta su precio, y ello contribuye a que es muy difícil saber hoy el valor de cada cosa que se precisa para seguir funcionando”.

Es lo mismo que pasa con los neumáticos, que sigue habiendo problemas para conseguir y eso es lo que lleva a los aumentos que se producen, de 200% de aumento en el término de un año a dos años.

«Aunque en realidad ese porcentaje varía en función de la necesidad de la goma como ocurre con los repuestos. Es que son muchas y diferentes las medidas de las cubiertas que usamos, como por ejemplo las alta flotación, las de cultivo, las gomas radiales para tal o cual máquina, y eso es lo que lleva a tener muchas diferentes medidas de goma, y si no hay de una medida determinada automáticamente aumenta el precio».

«Sabemos que el productor al trabajar con tan baja rentabilidad no puede sostener los campos que alquila y los contratistas al ser el último eslabón de la cadena productiva somos tomados como variables de ajuste. Y ello no es sano para nuestra actividad pero es lo que nos toca vivir”, sostiene Simone con cierto grado de preocupación. Y completa la idea: “de manera tal que tratamos de apoyar al productor, sabemos que es una zona distinta a la Pampa Húmeda con rindes menores, y costos mayores por lo cual cabría otorgar a estas zonas algún alivio de parte del estado” explica. Fuente Clarín

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