Qué le regala el campo a Milei para este 2024

De continuar el clima así, el agro podría registrar su segunda mayor cosecha gruesa de la historia. Las exportaciones ascenderían a USD 35.800 millones, lo que significa USD 10.000 millones más que el total aportado en la campaña actual a las arcas del Banco Central.

POR JOSÉ LUIS AMADO -PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD

Tras la sequía de la campaña 2022/23, que significó una caída de exportaciones por casi USD 20.000 millones, la producción del agro en el próximo ciclo podría ser la segunda más importante de la historia por detrás de la de 2018/19, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Así, ante las estimaciones de los principales granos, las primeras proyecciones ubican a la producción de soja en 50 millones de toneladas y al maíz en 56 millones de toneladas. El girasol se estima en 4,3 millones de toneladas y el sorgo en 2,4 millones de toneladas, mientras que otros cultivos sumarían otras 4,9 millones de toneladas.

De esta manera, la producción total de granos en la 2023/24 podría alcanzar las 137 millones de toneladas, lo que representaría un 65% más que el volumen total obtenido en la campaña previa. De confirmarse esta cifra, se trataría de la segunda mayor producción de la historia, sólo por detrás de los 140 millones de toneladas del ciclo 2018/19.

En este marco, la fuerte recuperación de la producción prevista para la nueva campaña permite que el agro vuelva a posicionarse como el mayor aportante de dólares para la economía del país.

En cuanto a los granos que aún están en poder se los productores, el Gobierno estima que quedan 4,5 millones de tonelada de soja sin comercializar, pero a eso se debe sumar 2,8 millones ya comercializadas y aún no liquidadas. En cuanto al maíz, hay casi 6 millones de toneladas sin vender y 3,5 millones de toneladas ya vendidos y con precio a fijar. Y el trigo podría dejar unas 12 millones de toneladas para exportar.

La clave para vencer la resistencia de los productores a su venta es la abrupta caída de la brecha cambiaria. Si se compara el «dólar exportador» con el tipo de cambio paralelo, la brecha está en un 11%, el valor más bajo de los últimos cuatro años.

Bajó, pero igual es alta

Otro dato que vale la pena destacar es que, si bien la presión impositiva sobre el campo bajó, igual resulta alta para un negocio que tiene tantos riesgos.

En este sentido, se conoció esta semana que en promedio el 59% de la renta en el campo se va en impuestos. El dato lo aportó la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA). Hay que tener en cuenta que hasta hace solo tres meses, la participación del Estado en la renta agrícola era del 76%.

Para aclarar este tema, la economista de FADA, Nicolle Pisani Claro, dijo que “la caída de 17 puntos porcentuales respecto a la medición anterior de septiembre se explica principalmente por el aumento en los rindes, no tanto en las medidas anunciadas por el gobierno”.

Lo cierto es que este nuevo trabajo económico destaca que de cada $ 100 que genera el productor (ingresos menos costos), $ 59 se lo llevan los distintos niveles del Gobierno a través del cobro de impuestos.

“Este índice mide cuánto de la renta, es decir, de los ingresos menos los costos, no queda en el productor. Los impuestos son nacionales, provinciales y municipales y se analizan soja, trigo, maíz y girasol”, explican desde de FADA y agregan que la participación del Estado en soja es del 64,8%, maíz 49,6%, trigo 60,7% y girasol 45,8%.

Según explicó David Miazzo, economista jefe de FADA, la devaluación, que implica una suba del tipo de cambio oficial, mejora el poder de compra de los granos en relación con los costos en pesos, como fletes y labores, ya que se abaratan al expresarse en dólares. Sin embargo, se espera que en los próximos meses estos costos se encarezcan, lo que podría impactar en un aumento del índice en mediciones futuras.

Por otro lado, el desdoblamiento cambiario genera un tipo de cambio mayor para los insumos importados en comparación con el dólar exportador. El dólar importador afectará inflando los precios de los insumos importados, ya que el importador deberá pagar un tipo de cambio de $947 por cada dólar importado. En la práctica, al productor se le cotiza a un dólar oficial de $807, lo que implica que esa diferencia está contenida en el precio en dólares de los insumos. Es decir, los precios de los insumos se «inflan» para compensar la brecha cambiaria.

La contraparte

De todas formas, el nuevo Gobierno no es muy generoso que digamos con el campo. Sobre todo porque la cartera de Economía acaba de mandar al Congreso una ley que pretende aumentar las retenciones a varios cultivos, como el trigo, el girasol, el maní y el maíz. Además de algunos productos de las denominadas economías regionales. Esta medida le va a reportar a Milei unos 1500 millones de dólares extra.

Además, el Banco Central -sí el mismo que prometió derrumbar Milei-, acaba de renovar hasta el 30/06 una de las peores medidas del kirchnerismo. Es la Comunicación “A” 7931 del BCRA, mediante la cual se indica que aquellos productores que “acaparen” más del 5% de su producción de soja se les encarecerá el crédito bancario un 20% más. Como dice el dicho popular: No todo es color de rosa, doña Rosa. Hasta el próximo domingo estimado lector y ¡Próspero y Feliz 2024!

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