Después de cinco días, se hizo oficial la rebaja de retenciones que anunció el presidente en la Exposición Rural de Palermo. Lo hizo a través de un decreto, publicado en el Boletín Oficial. La medida, que reduce los derechos de exportación de forma permanente, incluye la soja, el maíz, girasol y también al trigo, la cebada y el sorgo.
El Gobierno nacional formalizó este jueves, a través del Decreto 526/2025 publicado en el Boletín Oficial, la reducción permanente de los derechos de exportación (DEX) para una serie de productos agroindustriales clave. La baja de retenciones, anticipada por el presidente Javier Milei durante la inauguración oficial de la Exposición Rural de Palermo el pasado sábado, alcanza a la carne vacuna de novillo, carne aviar y distintos cultivos de la cadena de granos.
La resolución, que lleva las firmas del Presidente, del jefe de Gabinete Guillermo Francos y del ministro de Economía Luis Caputo, establece nuevas alícuotas que entrarán en vigencia este viernes.
Entre las principales modificaciones, se destacan las siguientes nuevas alícuotas:
*Maíz y sorgo: del 12% al 9,5%
*Complejo girasol: 5,5% para el grano (antes 7%) y 4% para sus derivados
*Soja: 26% para el grano (antes 33%) y 24,5% para subproductos (antes era del 31%)
*Trigo y cebada: se mantienen en 9,5%
* Carne vacuna y aviar: de 6,5% a 5%.
Pero como un aspecto novedoso, porque no fue anticipado, del anexo del decreto se desprende que son muchos más los productos alcanzados por estos cambios decididos por la Casa Rosada.
Según se pudo cotejar y en función de su Nomenclatura Común del Mercosur, otros productos de exportación del agro incluidos en el decreto son los siguientes:
*Exportaciones de animales vivos: alícuota del 3,5%
*Exportaciones de despojos animales: 3,75%, con casos de hasta 2,75%
*Pieles de aves, y huesos: 3,5%
*Semen bovino, embriones: 3,25%
*Trigo y maíz para siembra: 3,5%
*Harina de trigo: 5,5%
*Harina de maíz: 4%
*Malta: 7%
*Embutidos y conservas: si son de origen porcino, quedan exentos. Para el resto, 2,25%
Elogios y promesas
Un párrafo destacado del decreto presidencial, es cuando se promete que las retenciones seguirán bajando hasta desaparecer, en la medida en que no se comprometa el superávit fiscal.
“Esta gestión entiende a los derechos de exportación como un impuesto distorsivo que debe eliminarse y que, en la medida en que lo permita el superávit fiscal, se irán reduciendo hasta su desaparición”, advierte el decreto.
La justificación de la medida
Lo cierto es que, con estas reducciones, el Ejecutivo busca dotar de mayor competitividad a uno de los sectores productivos más dinámicos del país y consolidar una política basada en reglas claras, estabilidad macroeconómica y apertura comercial.
El Gobierno argumenta en el decreto de hoy que la reducción de estos tributos es posible gracias a los resultados económicos obtenidos durante 2024 y el primer semestre de 2025, periodo en el que las exportaciones agroindustriales experimentaron un crecimiento significativo.
Según datos oficiales incluidos en el decreto, durante 2024 los volúmenes exportados de productos agroindustriales crecieron un 56% y el valor de las exportaciones aumentó un 26%. Solo en junio pasado, el tonelaje exportado de trigo subió un 29%, el de girasol un 26%, y el maíz y el aceite de soja un 4%.
El texto oficial también recuerda que ya fueron eliminadas las retenciones para economías regionales, lácteos, carne porcina y algunas categorías de carne vacuna. Entre los fundamentos, el decreto destaca que el sector agroindustrial genera exportaciones por cerca de u$s 48.000 millones anuales, de los cuales el 75 % corresponde a las cadenas de granos y carnes.
Expectativa de ingreso de divisas
Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyecta que la producción agrícola argentina podría alcanzar los 172,3 millones de toneladas hacia 2035, lo que implicaría un crecimiento del 8% respecto a las estimaciones previas, impulsado por la eliminación de la brecha cambiaria y la reducción de las alícuotas de retenciones.
Según la entidad, estas condiciones permitirán que los productores accedan a un «dólar cash», es decir, un tipo de cambio cercano al valor completo del precio FOB (Free On Board), lo que mejora significativamente la rentabilidad exportadora. Con este nuevo esquema, los ingresos por exportaciones podrían situarse en niveles comparables a los registrados entre 2016 y 2018, los más altos desde 2012.
Además del impacto directo en el agro, desde la BCR anticipan un efecto multiplicador sobre la economía, ya que se espera un repunte en sectores complementarios como el transporte de cargas, la demanda de insumos y servicios financieros, el acopio, el acondicionamiento y otras actividades logísticas y de intermediación comercial asociadas a la cadena agroexportadora.
En el plano inmediato, la medida también busca destrabar la operatoria comercial que se encuentra virtualmente frenada desde junio, cuando finalizó la rebaja temporal de retenciones implementada a comienzos de año por el ministro de Economía, Luis Caputo. De acuerdo con estimaciones del mercado, aún quedan u$s 11.000 millones sin liquidar, lo que representa un volumen clave para el ingreso de divisas.
Finalmente destacar que fuentes del mercado granario indican que aún quedan entre 18 y 20 millones de toneladas de soja para vender con destino a exportación y unos 15 millones de toneladas de maíz, lo cual representa, a precio de hoy, unos u$s 11.000 millones de dólares. Pero para que esa cantidad sea efectivamente liquidada dependerá de si los precios muestran una evolución favorable, y que, si esto sucede, podría generar que las ventas vuelvan a activarse.