The Economist advierte sobre una catástrofe alimentaria mundial

«La catástrofe alimentaria que se avecina» titula el influyente medio sobre el conflicto bélico iniciado el 24 de febrero y aún no finaliza.

Según refleja en su portada el periódico «The Economist», la guerra entre Rusia y Ucrania conllevará una masiva hambruna en todo el mundo.

La nota periodística comienza diciendo: «Vladimir Putin destruirá la vida de las personas que se encuentran lejos del campo de batalla, y en una escala que incluso él puede lamentar».

El medio señala además que «Las exportaciones de cereales y semillas oleaginosas de Ucrania se han detenido en su mayoría y las de Rusia están amenazadas. Juntos, los dos países suministran el 12% de las calorías comercializadas. Los precios del trigo, que subieron un 53 % desde principios de año, subieron otro 6 % el 16 de mayo, después de que India dijera que suspendería las exportaciones debido a una alarmante ola de calor».

La idea, ampliamente aceptada de una crisis y del aumento del costo de vida, comienza a captar la gravedad de lo que se avecina. Tal es así que el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió el 18 de mayo que los próximos meses amenazan “el espectro de una escasez mundial de alimentos” que podría durar años.

De tal forma que el alto costo de los alimentos básicos ya ha elevado el número de personas que no pueden estar seguras de obtener lo suficiente para comer. De tal forma que pasaron de 440 millones a 1600 millones y casi 250 millones están al borde de la hambruna.

The Economist, también explica que «Si, como es probable, la guerra se prolonga y los suministros de Rusia y Ucrania son limitados, cientos de millones de personas más podrían caer en la pobreza. El malestar político se extenderá, los niños sufrirán retrasos en el crecimiento y la gente morirá de hambre».

Además, el costo de los alimentos se ha vuelto a incrementar después de que India haya suspendido las exportaciones de trigo «con efecto inmediato» debido a que las altas temperaturas de las últimas semanas han mermado la productividad de la cosecha india.

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