La campaña comercial 2025/2026 de trigo promete ocupar un lugar destacado en la historia productiva argentina. En muchas zonas se registran rindes nunca vistos, pero cuidado que la calidad no es la esperada y los precios tampoco.
POR: JOSÉ LUIS AMADO -PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD
La nueva campaña comercial de trigo nació con resultados nunca vistos en Argentina: rindes que ya superan marcas históricas impulsan una oferta sin precedentes. Sin embargo, la llegada masiva de mercadería a los puertos y la presión global sobre los precios hunden las cotizaciones a los niveles más bajos desde 2017.
El aporte de tecnología, el clima favorable y manejos eficientes está dejando rindes extraordinarios de trigo a medida que avanza la cosecha. Tanto es así que técnicos y productores proyectan un promedio de 60 qq/ha, una marca sin precedentes en toda la historia del cultivo en argentina (casi 16 décadas).
Los testimonios relevados en plena cosecha muestran lotes que superan los 100 qq/ha, una cifra impensada hasta hace pocos años. Para dimensionar el fenómeno, el máximo rendimiento histórico registrado por SAGyP fue de 71,86 qq/ha en 2009/10 en el partido de Monte, Buenos Aires. Lo cual queda ampliamente relegado frente al desempeño actual.
Con semejante rinde, era de esperar que la cosecha impacte de lleno en el sistema logístico. Por ejemplo, se duplicaron las descargas de trigo en los puertos del Gran Rosario que alcanzaron el doble del promedio del último quinquenio y 80% por encima de la media de la última década. A esto se suma un fuerte ingreso de soja.
La consecuencia directa es una fuerte presión sobre los precios. El trigo disponible cayó de un promedio de US$ 182/Tn a mínimos de US$ 161/Tn, estabilizándose entre US$ 165 y US$ 171/Tn. En términos reales, la pizarra de Rosario se ubica en su nivel más bajo desde diciembre de 2017.
La baja no responde solo al enorme volumen argentino: en el plano internacional, Australia -otro gigante exportador-, transita una campaña excepcional, con una cosecha estimada 30% por encima del promedio de la última década. Mientras el FOB australiano se mantiene entre los más altos del mundo, el argentino es hoy el más bajo entre los principales exportadores, en valores que no se veían desde enero de 2020.
En el mercado interno, dos factores profundizan la debilidad:
*Presión logística, con diferencias de hasta 4% entre entregas inmediatas y contractuales debido al valor del cupo.
*Diferenciales por proteína, que generan descuentos de hasta US$ 10-15/Tn entre calidades y trasladan la caída al mercado doméstico.
Al margen de todo, días pasado un productor de Junín, decía: Acá lo importante no son los precios bajos, lo importante es que tenemos un cosechón. Y yo prefiero, antes que todo, tener la mercadería y venderla de a poco que no tener nada”, sintetizó.
La calidad del trigo
Mientras el trigo avanza hacia una campaña histórica en rindes, los primeros análisis del INTA advierten un riesgo silencioso que podría recortar la rentabilidad del productor: la caída de la calidad comercial del grano.
La alta producción, impulsada por lluvias excepcionales en la región central, está diluyendo los niveles de proteína y gluten. Y el dato no es menor: por debajo del 11 % empiezan los descuentos, punto por punto.
Según los resultados del Laboratorio de Calidad Industrial del INTA Marcos Juárez, que analiza muestras de 100 acopios en Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos, los niveles de proteína se ubican en torno al 9,6 % en promedio, con casos que descienden a 7,6 %.
Las lluvias registradas entre junio y agosto -4 veces superiores al promedio histórico-, dispararon los rindes. Bajo la regla agronómica clásica: Cada 100 mm extra equivalen a cerca de 1.000 kilos por hectárea. Así, no sorprenden los lotes que alcanzan los 6.000 kilos.
Sin embargo, sin una segunda fertilización, la proteína se “diluye” y no alcanza los estándares industriales. Incluso en campos refertilizados, el incremento de producción fue tan elevado que la calidad igual terminó afectada.
En este sentido, los molinos aplican rebajas acumulativas según proteína:
*De 11 a 10 %: –2 %.
*De 10 a 9 %: –3 %.
*De 9 a 8 %: –4 %.
Solo con una segunda fertilización -según el INTA-, se lograron valores superiores al 11 % y una mejora real del gluten. De todas formas, se recomienda que cada productor triguero realice estudios en laboratorios de referencia, como el INTA; porque algunas variedades compensan con gluten alto aun con baja proteína, lo que preserva la calidad panadera y puede cambiar el precio.
















