El precio de la hacienda en pie espera por las lluvias

La foto muestra una oferta ganadera creciente, a causa de la seca y un alto nivel de ocupación que tienen todavía de los feedlots. El mayor volumen de carne librado al mercado está yendo en su mayor parte al consumo interno, que absorbe ese volumen adicional, pero a costa de un valor para la hacienda y para la carne un 25-30% inferior al de cinco meses atrás.

POR IGNACIO IRIARTE, ANALISTA DE MERCADOS GANADEROS

La exportación ha dejado de ser el factor dinámico que resultó ser en los últimos dos años: los precios de la Hilton y de los cortes que se destinan a China han caído un 30% en pocas semanas, dejando expuesto el brutal atraso cambiario acumulado en los últimos dieciocho meses.

Los buenos precios internacionales compensaron durante dos años el notable atraso cambiario. China, que absorbe 80% de nuestros embarques, ahora no sólo paga menores precios, también está comprando menores volúmenes.

Para que los precios de la hacienda se recuperen, aunque sea parcialmente, es necesario que llueva en forma generalizada y que se corte esta sobreoferta creciente de ganado, tanto de gordo como de invernada.

Para que no se agrave la situación de las exportaciones, es necesario que China cambie su política de Covid-19 con tolerancia 0, y que las compras de este país –aún con precios bajos– permitan absorber el aumento en la oferta de carne que se está registrando en la Argentina a causa de la seca.

Los operadores más optimistas piensan que para noviembre habrá menos oferta de los feedlots, que volverán las faenas con destino a Israel, que los precios y volúmenes de la carne que va a China habrán tocado un piso y que probablemente gran parte del país habrá recibido algunas lluvias.

Una oferta alta, y una inflación descontrolada, están destruyendo en pocos meses la mayor parte de los avances logrados en el 2020-2022.

Cotizaciones, por detrás de la inflación

En los últimos cinco meses, el precio de la hacienda (gordo e invernada) ha sufrido un fuerte retroceso en términos reales.

En el caso del novillito (300-390 kg) tocó los $350 por kilo a mediados de abril, por lo que los precios actuales registran una baja del 32% en términos reales.

También cae el precio del ternero de invernada, que declina sólo un 20%, al experimentar en las últimas semanas una recuperación -en términos nominales y reales- por la escasez estacional.

También cae, pero menos que la hacienda de consumo, otra categoría que venden los criadores, la vaca conserva, siendo los valores actuales de la conserva un 15% inferiores -a moneda constante- que los precios que se obtenían a fines de abril. También en los últimos cinco meses, cae el precio del novillo Hilton un 22% a moneda constante.

En la última década, pero de modo más marcado en los últimos cuatro años, los precios reales del ganado logran su máximo anual en marzo-abril, para declinar -suavemente- en los meses posteriores, hasta recuperarse en noviembre, cuando empieza a faltar ganado proveniente de los feedlots.

Este año, el deterioro de los precios reales a partir de marzo-abril se aceleró, con una inflación de entre cinco y siete por ciento mensual que erosiono rápidamente los altísimos valores de la hacienda del otoño pasado.

El mercado doméstico registraría en noviembre una recuperación de las cotizaciones corrientes, pero se teme que el salto de valores no podrá equiparar el salto inflacionario acumulado entre marzo-abril y noviembre.

Hoy, tanto el mercado de hacienda liviana de consumo, como el mercado de ganado para exportación esta sobreabastecido, y cuesta proyectar una mejora importante en los precios reales para los próximos meses.

Los precios del ganado deberían tener un aumento importante primero, para recuperar el terreno perdido, pero después tendría que mantener esa mejora con subas mensuales del 6-7%, para no volver a atrasarse en términos reales.

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