Durante el 2023, el consumo de carne total aumentó de 111 a 113 kilos per cápita. Es decir que, a pesar de la pérdida del poder de compra, en 2023, los argentinos aumentamos la ingesta de carnes.
POR JOSÉ LUIS AMADO -PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD
Nuestro país registró en 2023 un consumo total de 113 kilos per cápita de los tres tipos de carnes (vacuna, pollo y cerdo). Así lo manifiesta un informe del mercado ganadero de Rosario, Rosgan, que puntualizó que «frente a un proceso de fuerte deterioro real de los salarios y los aumentos sostenidos en los precios, el consumo de carnes no cayó, sino que aumentó ligeramente», explican.
«En 2023, las cifras oficiales suman un consumo total de los tres tipos de carnes de 113 kilos per cápita, aunque en la composición la carne vacuna perdió en comparación con 10 años atrás unos 10 kilos mientras que el pollo y el cerdo aumentaron en promedio entre seis y siete kilos, respectivamente», precisó Rosgan en un relevamiento publicado a mediados de semana.
En este sentido, consideró «curioso» que «frente a un proceso de fuerte deterioro real de los salarios», que aumentaron solo el 152% en 2023 contra una inflación de 211% anual, y «a pesar de los aumentos sostenidos en los precios, el consumo de carnes no sólo no cayó, sino que aumentó ligeramente».
Según el relevamiento de precios minoristas que realiza el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), «mientras que el precio de la carne de pollo aumentó 240% en 2023 y la carne de cerdo 254% anual, la carne vacuna registró un aumento de 307% en esos 12 meses».
Concretamente, los precios de la carne vacuna aumentaron tres veces desde diciembre de 2022, mientras que las otras carnes lo hicieron en 2,5 veces.
«En diciembre de 2023, con el equivalente en pesos a un kilo de carne vacuna ($ 4.969) era posible comprar 3,5 kilos de pollo fresco ($ 1.448) cuando un año atrás se compraban 2,9 kilos y algo semejante sucede con la carne de cerdo», comparó Rosgan.
Además, la entidad remarcó que «la carne vacuna, que representa el 65% del presupuesto total de compra, en promedio se encuentra un 11% más barata que lo que costaba en 2021, llevado a moneda actual».
De todas formas, hay que decir que hace 10 años atrás, el consumo total de carnes en Argentina -según datos registrados-, estaba en torno a los 110 kilos de carne por habitante por año. En aquel entonces, se consumían en promedio unos 60 kilos de carne vacuna, 40 kilos de pollo y 10 kilos de carne de cerdo por año y por habitante.
Hoy esa ecuación es muy distinta, pues los últimos datos explican que se consumen 50 kilos de carne vacuna, 46 de pollo y 17 de cerdo por habitante y por año. Nótese que la cantidad de pollo consumido está a punto de empatar el consumo de carne vacuna.
En este marco, es probable que lo haga en poco tiempo más, dado que especialistas del mercado ganadero proyectan que los precios de la hacienda, que oscilan entre $ 1.700 y $ 1.800 el kilo vivo para el novillito de consumo bueno, se mantendrá en febrero. Esto conlleva a un precio promedio para la carne vacuna entre $ 6.000 y $ 6.500 el kilo en el mostrador. Un precio alto, para bolsillos flacos.
Un millón de terneros menos
De apoco van trascendiendo los resultados de la segunda campaña de vacunación contra la aftosa terminada en diciembre, que incluyó sólo las categorías “menores”, o sea terneros y terneras, vaquillonas, novillos y novillitos.
Si bien falta computar aún muchas actas y datos de la mayoría de las provincias, puede decirse que el número de terneros vacunados al pie de la madre resultaría solo un 6% inferior a la campaña 2022, cuando la estimación general era que dicha caída sería del 10% interanual.
Hay provincias, como La Pampa, donde la sequía no pegó tan fuerte y, por lo tanto, la merma no llegó al 2%, y hay otros distritos donde el nivel de vacunación ha caído más de un 10%.
En números absolutos, la caída en el stock de terneros al pie de la madre sería del orden del millón de cabezas, cuando se esperaba una baja de 1,5 millones de terneros.
La cantidad de terneros a destetar el otoño próximo podría mostrar una caída menor aún, porque muchos terneros han nacido este año entre 20 y 30 días más tarde que lo habitual, y este atraso hace que no hayan sido vacunados en esta Campaña.
Es verdad que la parición está atrasada y el número de terneros destetados caerá, pero menos de lo esperado. En este sentido, se estima una existencia ganadera nacional de unas 51 millones de cabezas, con una reducción interanual del orden de los 3,2 millones de cabezas. La caída de las existencias es muy importante, pero inferior a lo esperado.