LA HISTORIA DE JEROME CASE (Capítulo 16 Final)

Una Corta y Trilla CASE en Argentina

POR: José Luis Amado -Periodista Agropecuario e Investigador-

Cuando comencé a contar la historia de Jerome Case y su empresa, Miguel Orciani, empleado repuestero de la empresa Compañs SA de Villa Cañás (Santa Fe) la cual en ese momento era Concesionario Oficial CASE IH, me comentó que un señor de apellido Quintana de la zona de Vedia había adquirido una antigua Espigadora-Trilladora de arrastre marca CASE. Además, me dijo que esa antigua trilladora estaba en excelentes condiciones y que era de principio del siglo pasado.

Miguel, también me sugirió que me contacte a su nuevo dueño y en un papel me escribió el número telefónico de Alejandro Quintana, el hijo del propietario de la máquina don Ernesto Quintana.

La cuestión es que decidí que contar la historia de esa antigua “Corta y trilla” era una buena forma de terminar esta apasionante historia. Lo cierto es que la historia de la empresa CASE me ha llevado muchos meses de investigación, y a poco de terminar este trabajo, la pandemia mundial por el Covid-19, se metió en el medio y el virus enfermó a mi amigo Miguel, quien lamentablemente falleció.

Todos quienes lo conocieron saben de su buena persona. Miguel Orciani, además de haber sido un gran conocedor de la historia de la empresa y de las maquinarias CASE, fue un verdadero apasionado de la marca americana. Por todo esto, le dedico este capítulo a su memoria. Gracias amigo! y Q.E.P.D.

La trilladora de Fortín Acha
La antigua trilladora de la que me habló Miguel Orciani resultó ser una trilladora CASE modelo PA del año 1932, con cabezal de corte lateral de 16 pies de ancho, la cual era, en un principio, arrastrada por caballos y más adelante por tractor.

El actual propietario de esta máquina que tiene 90 años de antigüedad es don Ernesto Quintana, productor de la localidad de Fortín Acha, partido de Leandro N. Alem (ubicada al noroeste de la provincia de Buenos Aires). En una entrevista, Quintana me contó que compró esa máquina en la localidad de Quiroga (partido de Lincoln) y que la trilladora estaba completa, solo había que desarmar el motor para su mantenimiento.


Foto de don Ernesto Quintana.

También dijo que haber conseguido esa máquina fue un hecho fortuito, que está guardada y que al momento de la compra se la entregaron con toda la documentación original y una importante cantidad de folletos de la época.

Ernesto Quintana, me facilitó una copia de la documentación original de la trilladora. Entre la documentación de la máquina se encuentra la factura de compra, la cual nos permite conocer algunos datos muy interesantes. Por ejemplo, la factura original que tiene el número 2750 indica que la máquina fue vendida por la J. I. Case Company ubicada en Av. Paseo Colón esquina Belgrano de la ciudad de Buenos Aires el 16 de noviembre de 1932. También se ve con claridad que fue adquirida por el Sr. Erasmo Ferrari de la Estación Cerrito ubicada en el partido bonaerense de Rivadavia. Otro dato interesante es que el precio que Ferrari pagó en 1932, fue de m$n 7.150 pesos moneda nacional.

Otra curiosidad es que, tanto en el manual original como en la revista oficial de CASE de nombre “Hechos que Hablan”, se refieren a esta máquina como “Espigadora-Trilladora”, sin embargo, en la factura oficial de venta figura como “Cosechadora”.

Además, según consta en la documentación, la máquina fue enviada a los nuevos propietarios en 8 bultos y por ferrocarril. Y en una carta dirigida al nuevo dueño Sr. Erasmo Ferrari, la J. I. Case le solicitaba que la máquina y los cajones sean “llevados a la chacra con cuidado” y que “no sean abiertos sin la presencia de los mecánicos de la empresa”. Es decir, les solicitaban por escrito, y antes de su envío, que la máquina no sea armada por los productores y que debían esperar a los mecánicos oficiales para abrir los cajones de madera. Era evidente que querían asegurarse de su buen ensamblado.

Junto con la máquina, la fabricante J. I. Case también les envió a los nuevos dueños el Catálogo de Piezas de Repuesto. Este impreso es un cuadernillo de 85 páginas con la descripción de todas las piezas de la máquina, donde figura el nombre de la pieza, el número y la clave telegráfica. Esa clave era para que, si se solicitaba un repuesto por medio del telégrafo, el mismo sea más fácil de identificar. De todas formas, se le informaba al nuevo propietario que de ser posible realice el pedido al agente oficial más cercano.

Y como detalle final indicar la preocupación de la empresa, ya en 1932, por la utilización de los repuestos no originales. Tal es así que el Catálogo, sobre el final de la primera página destaca: “Jamás acepte piezas que no sean de fabricación Case y se evitará así correr riesgos peligrosos”.

Características del modelo PA
Esta máquina venía en dos versiones, la P con plataforma de corte de 12 pies y la PA con plataforma de 16 pies. En el caso de la de 16 pies, se sugería utilizar hasta 16 caballos en dos hileras, dependiendo del tipo de suelo. Estos modelos de “Corta y trilla”, se empezaron a vender en 1924.

La plataforma de corte denominada “Espigadora”, tenía un lienzo trasportador de material de 36 pulgadas de ancho y tiene la particularidad que se puede plegar al costado de la trilladora. De tal forma que cuando la plataforma se encuentra plegada, toda la máquina es de más fácil trasporte.

Otra particularidad, es que se podía usar como trilladora estática o fija, para esto se le colocaba un elevador de paja en la cola. También la empresa destacaba la posición del operador:

Entre las características más importantes de esta cosechadora de arrastre se puede mencionar que posee un motor Case 12-20 Hp de 4 cilindros que traía dos tanques, uno para nafta y otro para querosene. De hecho, la empresa en el manual recomendaba que el motor debía trabajar en el esfuerzo con querosene y cuando estaba desembragado o sin esfuerzo pasarlo a nafta. Este motor tiene la particularidad que cuando el embrague está desconectado gira en 500 Rpm, y cuando se conecta el embrague gira entre 1050 y 1100 Rpm. En cuanto al aceite del motor se recomendaba cambiarlo luego de usar 400 litros de querosene o 900 litros de nafta y se sugería utilizar la marca de aceite Case. El motor traía magneto y el embrague, que pone en funcionamiento el mecanismo de trilla, era accionado manualmente por una palanca. Por supuesto que los agricultores, que aún no tenían un tractor, la remolcaban con caballos.

Por esos años, además del modelo “P”, Case fabricó los modelos “H” con “Espigadora” de 12 pies para 10 caballos y el modelo “A”. Todas venían con y sin cernidor y la empresa destacaba que estas máquinas traían cojinetes a bolillas.

Las “Espigadoras-Trilladoras, o “Corta y trilla”, fueron la evolución tecnológica de las trilladoras estáticas y las antecesoras de las cosechadoras con cabezal frontal. Estas “Corta y trilla”, facilitaron considerablemente el trabajo de cosecha y fueron parte de la evolución lógica de la agricultura moderna.

La opinión de los usuarios
En Argentina, la J. I. Case Company, tenía una publicación donde se reflejaban las cartas que los usuarios de las cosechadoras enviaban a Buenos Aires. En esas breves esquelas, los productores le contaban a la empresa su experiencia y resultados con las distintas máquinas o tractores. En estas publicaciones se pueden leer de las más variadas historias de agricultores de diferentes lugares de la Argentina.

Por ejemplo, el Sr. Alejo Griot de la localidad de Jacinto Araus (La Pampa), el 23 de diciembre de 1927 le escribió a la J. I. Case T. M. Co, los resultados de la cosecha de trigo de esa zona: “Continuando con el informe respecto al resultado de cosecha con mi juego de tractor 15-27 y Cosechadora Case de 16 pies de corte, le detallo las horas diarias de trabajo a las que hay que descontar el tiempo necesario para el desayuno, almuerzo, mate cocido y el engrase y carga de combustible de ambas piezas, o sea 2 horas y 10 minutos por día. El día 12 de diciembre se comenzó a las 9 y se terminó a las 20,20, con 680 bolsas cosechadas. El día 13, de 4,50 a 20,30 con 840 bolsas cosechadas, el 14 de 9 a 20,40 con 679 bolsas cosechadas, el 15 de 5,10 a 20,40 con 1019 bolsas cosechadas…”, y así enumera distintos resultados de la cosecha de trigo año 1927 con su cosechadora de arrastre.

La publicación oficial de la empresa tiene unas cuarenta cartas similares como la anterior. Por ejemplo, el productor Juan Bolatti de la localidad de Ballesteros (Córdoba), en su misiva fechada el 26 de enero de 1926 escribió: “Comunícoles mi conformidad con la máquina cosechadora Case que les compré este año; lo único que les puedo decir que si viene bien la cosecha venidera les voy a comprar otra más. La máquina CASE de 16 pies me dio excelente resultado. Corté 350 hectáreas de trigo en planta sin ninguna dificultad y sin rotura de piezas…., La arrastré con mucha facilidad con 12 caballos bien flojos y por la limpieza es lo mejor que se puede pedir y no pierde ni un solo grano”. Firmado: Juan B. Bolatti.

Por su parte un productor de Bahía Blanca (Buenos Aires), en su carta del 10 de mayo de 1928 escribió: “Me es grato manifestarles algunos datos de las tres máquinas cosechadoras Case que le adquirí a los señores Linares y Cia de Tres Arroyos. Coseché 1300 hectáreas de cereales entre avena, trigo y lino. Terminé de levantar la cosecha en 23 días de trabajo, a pesar de las malas condiciones y del terreno muy desparejo. La Plataforma articulada es un verdadero suceso en terreno desparejo y cereal bajo. Su gran capacidad de limpieza no deja nada que desear. La he tirado con 10 caballos fácilmente. Quedé muy satisfecho y autorizo a publicar, si lo creen conveniente”. Firmado: José Vizzolini.

Como conté, las cosechadoras se podían usar tanto de arrastre como en condición estática. En la carta fechada el día 17 de febrero de 1930, el productor Pedro Schmidt de la localidad de Monte Nievas (La Pampa), detalló: “Tengo el gusto de informarles el espléndido resultado de la Cosechadora Case comprada en 1926. El primer año trillamos 150 hectáreas en planta y 457 hectáreas en parvas…y (ahora) en el cuarto año hemos trillado 165 hectáreas en planta y 500 hectáreas en parva”.

Los escritos, en solo dos publicaciones, llegan a casi un centenar, y todas las opiniones de los usuarios de las distintas zonas productivas de Argentina son similares. Cabe destacar que la mayoría de las cartas estaban acompañadas de fotos de estas máquinas trabajando. En esta publicación oficial de la empresa CASE, en su primera página había una carta dirigida a los agricultores, era esta:

Las trilladoras de arrastre
Las primeras cosechadoras combinadas, es decir aquellas que cosechan, trillan y esparcen las sobras en una misma operación y con motor auxiliar, aparecen en los Estados Unidos aproximadamente en 1918. Aunque en 1913 las empresas McCormick y Deering construyen un modelo experimental de trilladora de arrastre pero impulsada por la rueda de mando, se trató de la Deering Nº 1. Esta máquina se convirtió en la base de las futuras cosechadoras/trilladoras de la International Harverster Company, más tarde, la socia de la J. I. Case Company.

Las combinadas de arrastre en Argentina
En un paper presentado el 3 de diciembre de 1924 ante la “Farm Power and Machinery Division of the American Society of Agricultural Engineers” reunida en Chicago, el Ingeniero Wallace McGregor de la J. I. Case habló de su rol en el desarrollo de distintas tecnologías en la trilla de cultivos y de su aporte con las máquinas combinadas.

Ese escrito de 10 páginas contiene párrafos muy curiosos, por ejemplo hay una parte en que McGregor habla de los productores argentinos. El trabajo está titulado “The Combined Harvester Thresher” (Las trilladoras combinadas) y McGregor, que era “Ingeniero Jefe y superintendente del departamento Trilladoras” de la J. I. Case Threshing Machine Company, habló de las cosechadoras/trilladoras de arrastre y la rápida adopción de estas máquinas por parte de los agricultores argentinos.

En la página 62 de ese escrito, más puntualmente en el segundo párrafo del texto, el Ing. Wallace McGregor escribió: “Todos los años desde que se puso en marcha la primera cosechadora en California, alrededor de 1867, el territorio en el que esta máquina se utilizado se ha ampliado. Hacia 1917 recibió un gran impulso, en parte debido a la escasez y el alto costo de la mano de obra por la guerra. Su uso se extendió rápidamente después de su introducción en Occidente. Kansas a través de todo ese cinturón semiárido, incluido el Panhandle de Texas, el oeste de Oklahoma, el este de Colorado y el oeste de Nebraska. El informe del estado de Kansas Board of Agriculture de 1923 muestra que son 2796 las máquinas en uso en ese estado. Pero también se están vendiendo en muchos otros estados. También estas máquinas americanas han sido enviadas en gran número a la Argentina y algunos a Australia y otros países extranjeros. Parece que los agricultores argentinos se han apresurado y comprenden las ventajas de este método de recolección y han distanciado a nuestros propios agricultores en la rapidez con que han aceptado la nueva máquina”.

Como se lee en el texto, uno de los principales ingenieros de la empresa J. I. Case Co., ya en 1924 destacaba a la Argentina como destino de gran importancia para las máquinas combinadas de arrastre.

Hoy, casi 100 años después, aquellos primeros productores innovadores que invirtieron en estas tecnologías comenzaron a dar los primeros pasos para colocar a la Argentina como una de las grandes potencias en la producción mundial de granos.

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Jerome Case

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