La historia de John Deere (Capítulo 9)

Si bien esta parte de la historia ya fue contada, en este nuevo Capítulo le vamos a dar contexto a la historia de la primera (foto) famosa hoja de arado que desarrolló John Deere.

POR: José Luis Amado -Periodista Agropecuario e Investigador-

La historia indica que a medidos de 1836, el matrimonio Deere ya tenía cuatro hijos y Demarius estaba embarazada del quinto. En este marco de situación y por otras vicisitudes, John estaba en situación de quiebra económica. Esa fue la razón por la cual Deere decide vender su taller de herrería ubicado en Vermont a su suegro. El dinero obtenido de esa venta se lo deja a su esposa Demarius y prácticamente con lo puesto, se dirigió a la zona de Illinois. Una región que, por sus destacadas tierras agrícolas, prometía ser el futuro de los agricultores americanos.

En septiembre de 1836, Deere llegó a Chicago con sus herramientas de herrería y 73 dólares en el bolsillo. De allí continuó viaje hasta el poblado de Grand Detour, Illinois, ubicado a unos 180 kilómetros de Chicago. Sucedía que allí no había herreros, por lo que Deere tuvo trabajo de inmediato. En 1837 construyó su nuevo taller en un terreno alquilado y comenzó la construcción de una vivienda de madera para poder recibir a Demarius y sus hijos.

Estaba en esos menesteres cuando se entera que los agricultores de esa zona estaban experimentando los mismos problemas con la labranza del suelo que en Vermont, pero agravado, porque en esa región de Illinois el suelo era o muy pesado y pegajoso por la agricultura continua o con cobertura de pastos perennes. Aunque cabe destacar que en su mayoría eran tierras vírgenes.

Por esa época, romper esa pradera requería de un arado pesado el cual era impulsado por hasta ocho yuntas de bueyes. Esas herramientas eran muy escasas y quienes la poseían cobraban valores elevados por la tarea. Es por esto que la mayoría de los colonos optaron por arar la tierra ellos mismos con un arado más pequeño y sus propios caballos o bueyes.

El trabajo de arar era una tarea lenta y ardua, la cual requería el uso constante de una paleta o elemento de mano para raspar la tierra que insistentemente se adhería a la vertedera. Esta problemática insalvable fue la que llevó a que los granjeros de Grand Detour a consultar con John Deere por una solución. La idea era ver la posibilidad de construir una herramienta de roturación más eficiente.

Indica la historia que John Deere un día visitó el aserradero de Leonard Andrus. Deere encontró en ese lugar una hoja de sierra de acero rota y le preguntó a Andrus si podía llevársela. De vuelta en su taller, Deere cortó los dientes, calentó la hoja, le dio forma con un martillo, la afiló y luego la pulió. Es en este punto donde uno puede presuponer que la hoja de sierra ya estaba pulida por el uso, pero lo cierto es que esa particularidad y la decisión de utilizar el acero, fue lo que terminó facilitando las labores de los agricultores y resolviendo el problema.

El primer arado con hoja pulida que forjó Deere data de 1837 y funcionó mejor que cualquier otro arado anterior. En 1838 construyó dos arados más, uno de los cuales se vendió a Joseph Brierton, que cultivaba al sur de Grand Detour. Ese implemento fue descubierto y comprado más tarde por Charles Deere (hijo de John Deere), el cual hoy está en exhibición en el Museo Nacional de Historia Estadounidense.

Para mayo de 1839, Deere había construido tres arados más y antes de que terminara el año había producido un total de diez. Los arados se vendían entre 10 y 12 dólares cada uno, lo que era un precio considerable para un agricultor de esa época.

En 1840, Deere produjo cuarenta arados; en 1841, setenta y cinco; en 1842, cien; y en 1843, cuatrocientos. Si bien estos números son bajos para los estándares actuales, hay que tener en cuenta que los magros ingresos de los agricultores y el escepticismo acerca de la durabilidad del arado hacían que tuviese poca demanda.

De todas formas, poco después, Deere se convirtió en un hombre con gran reputación como fabricante de arados. Según el historiador Wayne G. Broehl, Jr.: «Fue en gran parte su capacidad (de J. Deere) para desarrollar estos productos y ponerlos en manos de sus clientes…, lo que lo convirtió en un éxito».

Su primer socio Leonard Andrus

Decíamos que John Deere había encontrado en el aserradero de Andrus una hoja de sierra en desuso y que fue a partir de esta que había fabricado su primer arado.

Según el libro “John Deere´s Steel Plow” de Stewart Kendall del año 1959, en su primer capítulo cuenta que Leonard Andrus no solo era el propietario del aserradero, sino que también había sido uno de los fundadores de la localidad de Grand Detour y un personaje central del poblado.

Kendall, en la página 12 de su libro, explica que John Deere y Andrus llegaron a firmar tres acuerdos comerciales sobre la fabricación de esos arados. “El primer acuerdo de asociación existente que involucra a Andrus y Deere está fechado el 20 de marzo de 1843. La copia existente no está firmada, pero sus condiciones son las mismas que las de los acuerdos celebrados durante los próximos años”, escribió Kendall y luego indica que se firmó un “segundo acuerdo fechado el 26 de octubre de 1844, que trajo a un tercer socio, Horace Paine”. Ese acuerdo “describió el negocio como «el arte y el oficio del arado de herrería, fabricación de piezas de fundición de hierro y todas las cosas que pertenecen a él …» y declaró que la coparticipación debe llevarse a cabo «bajo el nombre y firma de L. Andrus and Co.”.

El tercer acuerdo entre las partes fue “fechado el 20 de octubre de 1846, en el que aparecía otro hombre en lugar de Paine, daba el nombre de la firma como Andrus, Deere y Lathrop. Esto incluía un anexo fechado el 22 de junio de 1847, en el que Andrus y Deere compraron la participación de Lathrop en el negocio y acordaron continuar bajo el nombre de Andrus y Deere”.

El relato es más largo y muy prodigioso en datos, pero lo importante es que según el historiador esta es la única mención a la asociación entre Andrus y John Deere.

También hace mención a que ese acuerdo debe haber durado muy poco, porque en 1847 Deere se mudó a Moline y estableció allí su fábrica de arados.

Dice Kendall: “Estos acuerdos sugieren que Leonard Andrus era el capitalista de la joven comunidad de Grand Detour”, dando a entender que solía hacer esto con los emprendedores de aquel poblado.

John Deere el industrial

Como es de imaginar, la alta demanda de hojas de sierra en desuso para transformarlas en rejas de arado excedió la oferta existente, por lo que era necesario buscar proveedores de ese insumo. Fue esta necesidad lo que impulsó a Deere a comprar el acero en Sheffield, Inglaterra, a un costo de 300 dólares por tonelada, pero aún requería pulido para que cumpla su función.

En 1844 consiguió un acero mejorado producido por Lyon Sharb & Company de St. Louis, que utilizó para la reja del arado, pero siguió utilizando hierro forjado para la vertedera. En 1846, su búsqueda de acero similar al que se fabricaba en Sheffield terminó cuando Jones y Quigg Steel Works de Pittsburgh produjeron la primera hoja de acero fundido para arado fabricado en los Estados Unidos. Este fue muy superior a cualquier otro acero en el mercado.

En 1843, el ferrocarril debía haber pasado por Grand Detour, pero no fue así, por lo que Deere decidió que era una ciudad condenada al fracaso y se asoció con John Gould y Robert Tate y se mudó a Moline (Illinois). Esta era una comunidad agrícola mucho mejor, con suministros casi ilimitados de carbón y a las orillas del rio Mississippi, que proporcionaba energía hidráulica y un menor costo de distribución.

Deere, Tate & Gould advertisement, circa 1848-1852

Portada de un folleto original de Deere, Tate y Gould en donde hay una foto de esa primera fábrica.

Bajo la nueva sociedad, Deere era libre de realizar trabajo de ventas y marketing. Se completó un nuevo edificio el 31 de agosto de 1848, y en ese mismo año se construyeron y vendieron unos 700 arados.

La planta industrial se amplió justo a tiempo, ya que en los primeros cinco meses de 1849 se encargaron más de 1.200 arados. Las innovaciones de fabricación se estaban introduciendo rápidamente y Deere, siempre líder en la adaptación de la última tecnología, compró varias máquinas nuevas. Con el nuevo equipamiento y una fuerza laboral de 16 personas fabricó en 1849 unos 2.100 arados. En 1850, la empresa comenzó a desarrollar la sembradora de granos Seymour. Esto fue significativo porque fue el primer paso de Deere para expandirse más allá de ser estrictamente una empresa fabricante de arados.

Cada año, los pedidos continuaron aumentando. La producción se mantuvo a la altura de la demanda y, en 1857, se fabricaron 10.000 arados. Desafortunadamente, la crisis económica de 1857 dificultó las proyecciones de crecimiento y hasta puso en riesgo la continuidad de la empresa. Es por esto que en 1858, John Deere entregó el liderazgo a de la compañía a su hijo Charles Deere. Según el historiador Wayne G. Broehl, Jr .: «Él (J. Deere) era enérgico y decidido, avanzando a pesar de las disputas de propiedad, los altibajos comerciales, las batallas de marketing e innumerables otros problemas. No fue … un inventor importante … e innovador del marketing. No era un financiero…, pero tenía un don para la organización, una preocupación constante por la calidad y un sentimiento por el papel de la industria de equipos agrícolas en el crecimiento de Estados Unidos que lo convirtió en un fabricante y distribuidor preeminente de maquinaria agrícola”.

Durante los tiempos difíciles de 1858, Joseph Fawkes, desarrollador de un arado a vapor, se asoció con John Deere. En 1859 los dos ganaron la medalla de oro en la Feria Estatal de Illinois. Por ese entonces tenían 70 empleados y se producían 15.000 arados al año. Los datos del censo americano de ese año, indican que la empresa se encontraba entre las seis primeras de un total de 420 fabricantes de arados que había en los Estados Unidos.

La particular hoja de arado de Deere

Dice Kendall en su libro “John Deere´s Steel Plow” de 1959 que “El examen del arado de 1838 sugiere que Deere cortó la vertedera como una sola pieza, que luego se calentó y se dobló a la forma deseada… su vertedera de una sola pieza de metal pulido sin juntas fregaría mejor que una de madera cubierta con tiras de acero, ya que las cabezas de los clavos y las juntas entre las tiras proporcionarían lugares para que la tierra se pegara”.

Diagrama de cómo probablemente Deere cortó y dobló la placa plana de su arado de 1838 para formar la vertedera y el lado de tierra. Debido a la forma de la vertedera, se le conoció como el arado de diamante.

También explica que la publicación Country Gentleman, “Basado en una visita a la fábrica de Deere en 1857, arrojó una producción anual de 13.400 arados. Representaba cuatro de los siete modelos y decía, «todos están hechos de acero fundido y perfectamente pulidos antes de ser enviados, y se mantienen brillantes con el uso, de modo que no se les adhiera tierra». Luego dice que “es bastante concebible que en este período algunos de los arados tenían vertederas de acero, mientras que otros tenían de hierro forjado”.

Finalmente explica Kendall que “Un análisis del metal en diferentes partes de un arado John Deere de 1855, hecho en la fábrica de Moline, arrojó algo de luz sobre esto. Parece probable que la mayoría de los arados de John Deere durante las décadas de 1840 y 1850, tenían vertederas de hierro forjado con rejas de acero”.

La respuesta a qué material usó Deere en su arado del año 1938 se respondió cuando se le realizó un análisis de prueba de chispa del metal en la vertedera y la reja. En este sentido, dice Kendall que “No se observaron explosiones de carbono en los patrones de chispa, lo que indica que el material era hierro forjado. La reja consta de una pieza, en sección transversal en forma de cuña, soldada al borde inferior o frontal de la vertedera. Esto se probó en varios puntos a lo largo de su borde afilado, todos los cuales dieron un patrón y color que indicaban que el material era acero al carbono medio alto… Por lo tanto, parece que el éxito de Deere con sus arados en la roturación de la pradera, dependía tanto de la superficie lisa que producía al esmerilar y pulir como del material utilizado”.

Foto en primer plano de la hoja de arado fabricada por John Deere.

Otro dato que aportó el estudio de la pieza, es que “El limado del borde de la vertedera para la prueba metalúrgica reveló que la losa de hierro forjado constaba de cinco láminas delgadas, aparentemente forjadas juntas, pero con separaciones visibles”.

El famoso arado original de JD

Uno de los primeros arados fabricados por John Deere se encuentra en Museo Nacional de Historia Estadounidense de la Institución Smithsonian en Washington, DC. El arado, considerado una pieza histórica única, se encuentra a solo 10 metros de la puerta de entrada al museo y como es de imaginar, es una de las herramientas más admirada.

La historia de ese arado comienza cuando Charles Deere (hijo de John Deere) se anoticia de la existencia de esta herramienta en 1901. Es que ese arado había pertenecido al agricultor Joseph Brierton, quien lo había comprado al propio John Deere en 1838.

Foto del famoso arado de John Deere que data de 1838. Este arado antiguo está justo en el ingreso principal del museo.

Según el historiador americano Edward Kendall, en su libro El Arado John Deere del año 1959, pag 16, “Charles H. Deere llevó (el arado) a la oficina de Deere & Company en Moline, Illinois, para su conservación y exhibición. En 1938, Deere & Company lo presentó al Museo Nacional de EE. UU., donde se exhibe. Puede verse que la vertedera está hecha de una plancha metálica curva en forma de diamante. Este fondo de arado se ajusta a la descripción de los arados de «diamante» fabricados por Deere en la década de 1840. La Compañía afirma que, según sus registros, este fue uno de los tres arados fabricados por Deere en 1838 y que probablemente era idéntico al primero fabricado en 1837. Es difícil de probar…, pero todo sugiere que el arado del Museo es uno de los tres primeros, ya que es particularmente evidente una evolución de la forma de la vertedera desde una forma simple, casi tosca, a una forma más sofisticada”.

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El arado de acero de John Deere se adaptaba mejor al suelo del Medio Oeste que el arado tradicional de hierro fundido.


Así era el arado de John Deere en el año 1838.


El primer modelo de arado de John Deere visto desde arriba.


Este se trata de una reproducción de un arado John Deere de 1837. El mismo se encuentra en el John Deere Pavilion (Museo John Deere) ubicado en Moline, Estados Unidos.


Publicidad de la época, que dice: «En la tierra prometida con el arado de John Deere». Como se ve en la foto, el arado está siendo trasportado colgado al costado de la carreta. Se puede observar también que el agricultor viaja con un ayudante y su familia y que va armado con un rifle.


Folleo original del año 1884 en donde se ve un modelo de arado de esos años, el cual ya tiene una evolución muy importante respecto al primero.


Foto de una tarjeta postal del año 1854, en donde se ve la primer fábrica denominada John Deere Plow Factory, la cual estaba ubicada en Moline.


La forma de la vertedera siguió evolucionando, como lo ilustra este arado John Deere del año 1855. (Foto de Deere & Company 57192-A)


Esta foto ilustra perfectamente el problema que tenían los agricultores americanos antes que John Deere diseñe su hoja de arado. Los agricultores tenían que parar a cada rato para limpiar la tierra que se le pegaba a al hoja. Deere solucionó ese inconveniente. Foto archivo JD.


Foto original del año 1884, en donde se promociona uno de los modelos de arados que en esos años se fabricaban.

John Deere

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