Cuál es el precio y la rentabilidad de los campos en Estados Unidos

Muchos productores locales solían comprar o alquilar campo es Uruguay. El cierre de fronteras que implementó Uruguay terminó por desviar el interés por lotes productivos fuera del país. Cómo es el negocio en el Norte.

La turbulencia que exhibe la economía argentina en general, y el segmento del agronegocio en particular, reavivó una tendencia que había desaparecido del mapa de inversiones hasta hace poco más de un año. Enfocados en eludir las trabas a la exportación, el esquema de retenciones vigente y la disputa permanente con el oficialismo, el interés por adquirir lotes productivos en los Estados Unidos volvió a ganar presencia entre los actores del maíz y la soja domésticos.

Este «revival» por el campo norteamericano se fortaleció en el último año, también, por efecto de las trabas al ingreso de extranjeros que, por motivos propios de la pandemia de Covid-19, comenzó a aplicar Uruguay.

El país vecino, hasta la irrupción del coronavirus, venía atrayendo a productores y ahorristas con intenciones de diversificar activos fronteras hacia afuera. La decisión charrúa de «blindar» sus fronteras cortó tanto el interés creciente como el flujo de dólares que comenzaba a tomar color.

Ese cambio, señalan en el sector inmobiliario, potenció el retorno de Estados Unidos como destino para la compra de tierras. Tallan aspectos como la renta, que duplica con comodidad a los números de Argentina, la ausencia de una burocracia pesada para ingresar en la actividad agropecuaria, y la facilidad para vender esos mismos lotes en caso de decidir una salida del negocio.

Por otra parte, la ausencia de retenciones a la exportación de «commodities» y la excepción en el pago de impuestos como el IVA suman atractivo. También es clave el rol del sector bancario estadounidense que, señalan los comercializadores, presta a bajo interés sin importar que el interesado resulte extranjero.

«La demanda de campos se aceleró en los últimos meses. Si bien siempre lo usual fue la inversión de los argentinos en departamentos, lo ocurrido con Uruguay cambió mucho el perfil del inversor. Es muy sencillo entrar en el negocio en Norteamérica, comprar y luego alquilar esa misma tierra», comentó Federico Nordheimer, director de la comercializadora homónima.

«Hoy por hoy la renta se ubica en el orden del 3 por ciento, mientras que en Argentina promedia el 1,5. En Uruguay el parámetro es muy bajo, del orden del 1 por ciento. El inversor va, arma una sociedad, y avanza con una compra que por lo general está en el orden de las 40 hectáreas. Estamos hablando de desembolsos cercanos al millón de dólares», añadió.

Nordheimer sostuvo que el interés es tal que, desde el último tramo de 2020 a esta parte, «1 de cada 5 consultas que recibimos corresponden a campos en los Estados Unidos». El comercializador no tuvo dudas en definir a este movimiento como un «renacimiento» a partir de una tendencia que no se veía prácticamente desde 2018.

«La renta que se genera en Estados Unidos se cobra en dólares fijos o mediante un porcentaje de la producción. No hay limitaciones para los extranjeros que quieren comprar tierra en Norteamérica. Hay oportunidades importantes en Indiana, el delta del Misisipi, Illinois. Estamos hablando de los mejores campos maiceros y sojeros en ese país», aseguró.

Venta ventajosa
En esos estados el valor más caro que se puede pagar por una hectárea se ubica en torno a los 30.000 dólares. También hay opciones para maíz, soja, arroz, algodón e incluso maní en Tennesse, Arkansas y Louisiana.

«La renta en esas zonas representa el doble que lo se obtiene en Argentina. Y el inversor puede entrar y salir al mes porque la operatoria del mercado es dinámica y transparente. Armar una sociedad en Estados Unidos es muy sencillo y los bancos prestan dinero para comprar la mitad de un campo a tasas del 3 por ciento y por lapsos de hasta 30 años», afirmó el experto. «Con el alquiler del campo pagás el crédito. Te capitalizás», dijo.

En cuanto a los aspectos impositivos, Nordheimer sostuvo que «los impuestos que se pagan corresponden a la hectárea, con valor del orden de los 30 dólares el acre en Illinois, por poner un ejemplo. Y Ganancias, igual que lo abona cualquier empresa local».

Entre los comercializadores destacan como ventajas del escenario estadounidense el hecho de que el campo no recibe subsidios, no existen retenciones y la política tributaria es «amigable».

«En los últimos 50 años el precio de la tierra en Estados Unidos creció un promedio anual de 6 por ciento. Los campos siempre son un gran resguardo del capital. Y son fáciles de alquilar y vender», afirman reportes de la actividad.

Argentina, más barata
Con relación a lo que ocurre en la Argentina en términos de opciones de inversión en campos productivos, el actual es un escenario de abaratamiento en los lotes y la aparición de contraofertas agresivas como no se veía en una década.

Expertos coinciden en que, con el 2020, concluyó el peor año de los últimos 10 en términos de compraventa. Pero que ese mismo final generó un presente de oportunidades para quienes apuntan a la tierra como reservorio de valor.

A diferencia de otros momentos, en menos de un año los precios cayeron cuanto menos 10 por ciento en las mejores zonas de la Argentina. Pero los comercializadores coinciden en que los propietarios que quieren vender sus lotes incluso aceptan contraofertas de hasta un 30 por ciento menos respecto del valor de publicación.

Según el mismo Nordheimer, en puntos bonaerenses como General Villegas, Laprida o General Lamadrid «hay lotes excelentes para producir trigo o hacer ganadería». En esas zonas la hectárea se ofrece ahora en el orden de los 2.500 a 3.000 dólares si a lo que se apunta es un campo para criar ganado.

«Los lotes agrícolas están entre los 5.000 y los 7.000 dólares la hectárea. Además de trigo, también es una muy buena zona para hacer maíz», dijo.

En el caso de las tierras a la venta en General Villegas, el experto sostuvo que «los campos que se ofrecían a 10.000 dólares la hectárea ahora se negocian en torno a los 7.000».

En la zona maicera correspondiente al sur de la provincia de Santa Fe y el norte bonaerense, los precios también cayeron algo más del 20 por ciento y la hectárea se ubica en torno a los 12.000 dólares.

Agricultura

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