Detienen en Rosario al acusado de asesinar al chofer del dirigente de la UATRE

Detuvieron en Rosario al acusado de asesinar al chofer de un gremialista de la UATRE en Colón. Se llama Iván A., tiene 19 años y lo apresaron en la esquina de Mendoza y Cullen de la ciudad de Rosario. Le atribuyen haber disparado a quemarropa a Mauricio Cordara el 18 de noviembre.

Un joven de 19 años sospechado de haber asesinado en noviembre al chofer de un gremialista de Uatre en la ciudad bonaerense de Colón fue apresado ayer a la tarde en Rosario. Fuentes judiciales lo identificaron como Iván A., quien estaba en la mira de una investigación por la que ya había otros cuatro rosarinos imputados como partícipes.

Iván A. fue detenido por personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en Mendoza y Cullen, en la zona oeste. Para los investigadores es el autor material del asesinato de Mauricio Cordara, ejecutado de varios tiros el 18 de noviembre pasado. La víctima llegaba a la casa de su jefe Pablo Ansaloni, ex diputado nacional por el massismo y dirigente del gremio de peones rurales UATRE y de la obra social Osprera.

Una cámara de la casa de Ansaloni mostró el momento en el que un joven sorprende por atrás al chofer mientras éste se aprestaba a bajar equipaje del baúl del Volkwagen Vento. Si bien Cordara había llevado a los hijos de su jefe a la casa, se presume que el ataque había sido orquestado contra el sindicalista Pablo Ansaloni, ya que al parecer debía ser éste quien estuviera al volante del vehículo.

La detención de Iván A. es la quinta de una pesquisa en conjunto entre la Justicia y la policía bonaerenses con la Agencia de Delitos Complejos de la Fiscalía de Rosario. La pata rosarina de la investigación se activó a partir del seguimiento del auto en el cual el gatillero llegó a la ciudad de Colón, un Fiat Palio rojo robado en la provincia de Buenos Aires.

El vehículo fue captado al momento del crimen y su trayecto hasta Rosario se determinó en base a cámaras ubicadas en tres rutas por las cuales circuló. Una vez establecida la patente, también robada, comenzó la búsqueda del auto a través de un sistema de monitoreo vehicular y se determinó que merodeaba el oeste rosarino. También se supo que antes de ser usado para el crimen de Cordara también había sido guardado en esta ciudad.

Tres días después del crimen el auto fue localizado y su conductor fue apresado. Sorpresivamente se trató Ramón Vallejos, padre de Hernán “Lichy” Romero, un pesado de Nuevo Alberdi sospechado de comandar desde la cárcel una banda asentada en esa zona. A la detención de Vallejos siguieron la de Blas Sosa, acusado de cuidar y mover el auto para Ángel Ochoa, un preso de Piñero sospechado de vender desde su celda autos robados para ser utilizados en hechos delictivos. Luego fue detenido Fernando Burgos, presunto nexo entre los proveedores del auto y los ejecutores del crimen.

En ese marco, antes de la detención del supuesto homicida, cuatro rosarinos ya fueron imputados en Colón por haber participado del plan que culminó con el crimen, al parecer por error, del chofer de Ansaloni. La fiscal Magdalena Brandt imputó a tres de ellos como partícipes primarios y a Vallejos por encubrimiento agravado.

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