El 68% de los productores cosechó menos de lo esperado

El relevamiento entre casi 500 productores de distintas regiones del país se hizo para conocer el impacto del clima sobre las diferentes actividades. Lo realizó Synopsis, para Coninagro.

El 68% de los productores consultados en una encuesta sobre el impacto de la sequía y las heladas afirmó que cosechó menos de lo esperado. Y el 71,5% respondió que no está conforme con la ayuda oficial ante las inclemencias climáticas, en el marco de una encuesta que Coninagro realizó entre sus asociados de distintos puntos del país.

Bajo el lema “Una mirada sobre la realidad productiva en un año climáticamente desafiante”, el relevamiento fue realizado por la encuestadora Synopsis para Coninagro.

El sondeo fue elaborado en base a 477 productores agropecuarios de distintas zonas entre el 1 y 22 de abril. Las respuestas arrojaron que las inclemencias climáticas afectaron severamente a sus actividades.

Al respecto, el director y analista político Lucas Romero presentó los datos a la comunidad de Coninagro durante el encuentro que reunió a presidentes de las federaciones y gerentes de las cooperativas que integran la entidad.

El 85,7% de los consultados manifestó haber sido perjudicado por la falta de lluvias.
“Esos niveles de afectación varían de provincia en provincia, siendo las de la pampa húmeda las más castigadas por las inclemencias, donde los niveles de afectación ascienden por encima del 90%”, indicó la gremial que integra la mesa de enlace junto a la Federación Agraria Argentina (FAA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA).

Tanto en el sector agrícola como en el ganadero bovino, señalaron haber sido afectados por la sequía en un 96,5% y en un 93,9% de los casos, respectivamente.

“En ambos casos son niveles que por sí solo ilustran la dimensión que tuvo la sequía ocurrida esta temporada agrícola”, advirtió la entidad que preside Elbio Laucirica.

Por su parte, un 40,7% de los productores consultados también señalaron haber sido afectados por las heladas, particularmente por la ocurrida a mediados de febrero, que por su “profundidad y anomalía” causó tanto daño como la sequía.

Específicamente por las heladas tardías, todos los rubros tuvieron un grado de afectación, pero por sobre todo el vitivinícola con un 98,6% de productores afectados. Pero también fue un evento climático que afectó a los sectores frutícola y hortícola.

Entre las principales consecuencias de la sequía, el 68% mencionó que cosechó menos de lo esperado, mientras que otras afectaciones señaladas fueron la necesidad de asumir más gastos operativos (33%), más endeudamiento del planificado (33%) y la postergación de inversiones (33%).

Del total de encuestados, el 62,4% señaló que su producción bajó 50% o más en relación a la campaña anterior, lo cual habla de la profundidad de la pérdida ocasionada por el mal clima.

En Entre Ríos por el lado agrícola y en relación a la sequía, y en Mendoza por el lado vitivinícola y en relación a las heladas, se registraron los niveles más altos de pérdida de producción en relación a la campaña anterior.

Más del 70% de los productores dijeron que perciben una “mala o muy mala” ayuda del Gobierno

En relación a la reacción de los productores con los respectivos gobiernos y sus sistemas de asistencia, el 76,8% señaló que su respectiva provincia declaró la “emergencia” en virtud de la situación productiva provocada por el clima.

En ese universo, el 48,2% señaló que tramitó el correspondiente certificado de emergencia y del 51,8% que no lo hizo, de los cuales la mitad manifestó que lo hará en el futuro.

Pero más allá de la declaración de emergencia, el 71,5% de los productores manifestaron percibir una mala o muy mala respuesta gubernamental frente a la sequía que afectó al sector productivo.

En las provincias de Buenos Aires y de Santa Fe fueron donde se registraron las críticas más marcadas al accionar provincial frente a la situación.

“Un aspecto que pudiera profundizar el malestar en el modo en que los gobiernos provinciales acompañan al sector productivo, en un contexto de permanentes cambios en las reglas de juego, y de alta presión impositiva, pero de una ayuda deficiente del Estado cuando el sector se ve afectado por circunstancias climáticas como las que acontecieron durante esta campaña”, sostuvo Laucirica.

Mercado mundial de alimentos: destacan la gran oportunidad que se presenta para Argentina y Brasil

Como estudio complementario, la entidad dio a conocer un trabajo realizado por Gobbée para Coninagro, con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por su sigla en inglés) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El estudio indica que para 2028 se necesitarán producir 62 millones de toneladas adicionales de carne, puesto que a nivel global se prevé la inclusión de casi 2 mil millones más de personas a la clase media y media baja. Se estima que el 50% de la demanda será de carne aviar, 30% porcina y 16% vacuna.

Para alimentar al ganado, eso implicaría, por añadidura, multiplicar por cientos de millones la producción de maíz y soja. A su vez, el relevamiento da cuenta que Argentina y Brasil tienen el mayor potencial de expansión en tierra cultivada y podrían superar las áreas combinadas de Estados Unidos y la Unión Europea.

En tanto, el informe señala que Latinoamérica es la región mejor posicionada para abastecer a nivel global, entre el 50% y hasta un 65% la demanda de alimentos sustentables y biocombustibles durante los próximos 10 años.

Además, el documento menciona que, hacia 2030, la Unión Europea (UE) apunta a que el 25% del total de hectáreas cultivadas sean de producción orgánica certificada. Mientras que, en lo referido al consumo de alimentos, en 2030 se estima que el 54% de la población global estará concentrada en Asia, entre China y la India.

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